El restaurante de Íñigo Onieva celebra su primer aniversario

El restaurante de Íñigo Onieva, Casa Salesas, ha cumplido su primer aniversario. Una fecha que no ha pasado de largo para su mujer, Tamara Falcó, quien ha querido felicitarle en las redes sociales por «todo el esfuerzo que hay detrás».

Después de tanto ruido, barullos, críticas y problemas, el proyecto de restauración del marido de Tamara Falcó ha tirado para adelante y ha cumplido su primer aniversario, desafiando así los pronósticos de los más agoreros. «Todo el esfuerzo que hay detrás y ahora, por fin, celebrando el primer aniversario de muchos de Casa Salesas», ha escrito su mujer.

El empresario cumplió un gran sueño al abrir Casa Salesas, cuyo menú cuesta alrededor de 35 euros por comensal, según desveló la propia Tamara Falcó en ‹'El Hormiguero'. El «nuevo concepto de bistró y coctelería», como definieron sus dueño, abrió sus puertas en Madrid con una gran fiesta de inauguración. «Salesas es un barrio que tiene muchísima vida tanto de día como de noche. Por la mañana hay un gran movimiento de gente con una actividad enfocada en el 'wellness' y el deporte, así como de vecinos con trabajos más flexibles y menos corporativos trabajando con sus portátiles en las cafeterías de la zona. Mientras que, por la noche, cobra nueva vida con coctelerías, restaurantes, piano bars o karaokes», explicaban Manuel Campos e Iñigo Onieva, fundadores de Casablanca Hospitality y creadores de este nuevo concepto.

Los problemas no tardaron en llegar. La primera polémica apareció cuando Google mostraba cinco estrellas en sus reseñas... cuando ni siquiera había abierto.La madre del chico, Carolina Molas, fue una de las primeras en reseñar con cinco estrellas el negocio. «Un lugar súper acogedor con una comida riquísima y un servicio muy atento, todo a muy buen precio además. Me encanta que se pueda ir tanto a desayunar como a tomar un café, como a una comida de trabajo o de diversión y cena con música. Tienes para elegir», escribía. Hasta el propio Íñigo Onieva se dio cinco estrellas a sí mismo. Y el restaurante respondió con cortesía: «Muchas gracias por tu valoración, Íñigo!».

Otra cosa fueron las críticas 'de verdad'. «Todo habría sido perfecto si no fuera porque te clavan 17€ por el pan (3 personas) y pides un brugal con coca cola y te lo cobran a 20€ poniéndote un reserva sin haberlo pedido. Una tomadura de pelo el reírse así de los clientes», decía uno de los clientes. Aparecieron también diferentes críticos gastronómicos para criticar tanto la comida como los precios desorbitados por platos generalmente sencillos. Por ejemplo, el conocido influencer gastro Alberto de Luna compartió en su perfil de Instagram una cuenta de 261 euros dividida entre dos comensales.