Alice Campello y Álvaro Morata, no hay vuelta atrás

En cada ruptura sentimental, siempre hay una de las partes que lo pasa peor. Pero en el caso de Alice Campello y Álvaro Morata parece que los dos están sufriendo con la ruptura. Ambos se llevan bien por no hacer daño a sus hijos, e incluso están en permanente comunicación, pero según el entorno más cercano de Campello no hay posibilidad de reconciliación, como confirma la revista '¡Hola!' y recoge Bekia.

Morata y Campello hablan a diario y acercan posturas, ambos se mantienen a kilómetros de distancia porque el futbolista se ha ido a Italia y ella ha preferido quedarse en España con sus cuatro hijos. Los dos han reconocido haber pasado por momentos difíciles. «Si no hubiera sido por Andrés Iniesta y Bojan, no hubiera jugado esta Eurocopa», dijo él. Mientras ella reconocía en una entrevista con Vicky Martín Berrocal que había pasado por varias depresiones tras el parto de sus hijos: «Estuve muy mal emocionalmente, es normal, le pasa a muchas mujeres», decía.

La colaboradora de televisión Alexia Rivas ha hablado con el entorno más cercano del futbolista y ha revelado cómo está en este momento: «Esta lesión la achacan precisamente a todo el estrés, consideran que lo está pasando muy mal, que no lo está sabiendo gestionar de la mejor manera. A veces este estrés lo somatizamos y nos pasa factura de esta manera», ha dicho en 'Vamos a ver'.

«Él considera que le ha pasado factura el cansancio, que no está en su mejor momento... y esto es un nuevo palo que le hunde un poco más. Creo que tiene muchas ganas de cuando vuelva de cerrar el libro de Alice Campello, no solo de pasar página, y centrarse en el deporte y en sus hijos. Él está derrotado, triste, apático y enfadado. Dice que se llevan bien y nada más», añadía.

Mientras tanto, Morata ha compartido una reflexión en sus redes sociales con la que se puede entender un poco el momento en el que se encuentra. Se trata de un texto que él no ha escrito, pero con el que parece que se siente identificado: «Sobreviví a la peor crisis existencial de mi vida. Estuve en medio de la depresión, de la ansiedad y el estrés, entre noches interminables y días agobiantes, lleno de preguntas sin respuestas, miedos e inseguridades, preguntándole al cielo por qué me estaba pasando esto. Y fue justo ahí cuando lo entendí: entendí que si sobreviví a todo eso, puedo con lo que sea. No hay nada que no pueda aceptar o superar».

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