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José María Díaz Díaz
Viernes, 22 de mayo 2015, 13:57
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Vino a cuerpo y lo pagó. En Palencia había amanecido con frío, aderezado además con viento del norte, y los paseos por las calles de la capital palentina solo resultaban aconsejables para aquellos que querían estirarse el cutis un poquito más de lo habitual. Pero Juan Vicente Herrera no parece que hiciera demasiado caso a las predicciones meteorológicas y se acercó a Palencia sin abrigo, a cuerpo, que para eso soy de Burgos. Y un rato, vale, pero mucho más... Al final, no le quedó más remedio que encomendarse a alguno de sus muchos acompañantes y pedir que le consiguieran alguna prenda con la que se protegerse del frío. Al final, tras probarse algunos y desechar otros, -este no, que me tira de la sisa, y esas cosas-, el candidato popular a la presidencia de la Junta pudo completar con comodidad su recorrido por las calles palentinas, demostrando que se crece grandemente en las distancias cortas, cuando puede acercarse a una viandante cualquiera y bromear sobre el tinte del pelo o sobre los precios de los escaparates.
Recorrió escoltado por tremenda comitiva la plaza de abastos de La Castellana y algunas calles del Ave María, feudo socialista de los de siempre, para después encaminarse hacia Los Jardinillos y la Calle Mayor, con el fin de recorrer el otro mercado de abastos, esta vez el municipal que se ubica en los anejos de la Diputación.
Herrera quiso con esta visita a Palencia en el último día de campaña reforzar a los candidatos de una de esas provincias en donde las encuestas todavía muestran un elevado grado de fuerza de las siglas populares frente a las de otros partidos. Pero un último apoyo del máximo lider autonómico nunca viene mal y más cuando los resultados en la capital palentina, aunque presagian victoria, no parecen tan halagüeños como los obtenidos hace cuatro años.
Y el candidato del PP a la Junta no dudó en cambiar para esta última jornada su discurso habitual centrado en la política generalista de Castilla y León, con un profundo guiño dirigido a las cuencas mineras, para centrarse ampliamente en las figuras de los principales candidatos palentinos, el alcalde Alfonso Polanco, que opta a al reeleción, y el presidente del PP local, que encabeza la candidatura a las Cortes, Carlos Fernández Carriedo. Fueron palabras de aliento y de alabanza. «Hombre bueno, gran gestor, buen administrador» fueron algunos de los halagos dirigidos a Polanco, de quien Herrera señaló que llega a las elecciones con los deberes bien hechos, por lo que «tiene todo el derecho y toda la fuerza moral para volver a solicitar a los palentinos su confianza».
Con Carriedo, Herrera demostró otro nivel de confianza mucho más profundo, el que otorgan los largos años de trabajo juntos, y así, el cariño llegó mezclado con la ironía. «No te cansas nunca de hablar. Eres eterno, eres maravilloso, un portavoz maravilloso», sentenció Herrera, entremezclando admiración por la capacidad oratoria del candidato palentino, con un algún dardo dirigido a su facilida para extenderse en los discursos más de lo recomendable.
Y tras pasar frío en Palencia, saludar a vecinos, besar a señoras, entablar conversaciones con cualquier viandante que se le cruzase y devolver un abrigo, Juan Vicente Herrera siguió camino para despedir la campaña definitivamente en la ciudad de Valladoli.
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