Llega 'Diario de campaña': la opinión, jornada a jornada, de José F. Peláez

Una campaña electoral puede ser una de las cosas más aburridas del mundo, una sucesión interminable de clichés, sonrisas y lugares comunes protagonizada por personas que abrazan terneros y corderitos como antes besaban a niños y a abuelos, probablemente porque consideren que unos y otros son lo mismo: ganado. Pero una campaña también puede ser una excusa para analizar la realidad con cierta ironía, con algo de acidez y trascendiendo las fotos y los mensajes que quieren colocarnos asesores y estrategas para centrarnos en lo que está pasando, en la mirada de un observador con un criterio propio. Y ese soy yo, claro, que desde el viernes 28 de enero hasta el domingo 13 de febrero traeré diariamente mis opiniones, reflexiones y análisis a los lectores de El Norte de Castilla. Será cada día a las 22:30 y todo el que lo desee podrá recibirlo en su email suscribiéndose de modo gratuito a la newsletter de este 'Diario de Campaña'.

Todos hemos visto muchas campañas y últimamente tenemos la sensación de vivir en un proceso electoral que no termina, haciendo de la política y de la búsqueda del bien común un asunto banal, algo meramente instrumental al servicio del verdadero objetivo, que no es otro que el de alcanzar el poder y conservarlo. A menudo a costa de lo que sea, de deslealtades, de mentiras y de traiciones, el poder por el poder. Y la campaña es la fiesta grande de la demagogia, la gran feria de las promesas, un aquelarre de abrazos y apretones de manos. Y quizá tenga sentido porque es mucho lo que se juegan y este es el único momento en el que un político tiene la sensación de estar en manos de los ciudadanos, de estar siendo evaluado y sujeto a examen, como usted y yo cada día en el trabajo, pero ellos cada cuatro años. Y se ponen nerviosos, claro, y bajan del pedestal y se quitan la corbata para parecer cercanos e incluso los fines de semana sacan del armario esa cazadora de cuero de cuando fueron más jóvenes y menos cínicos. Y caminan por las ciudades y los pueblos repartiendo saludos y llamando por su nombre a los vecinos. Y hasta se emocionan en 'prime time'.

Pero son estas una elecciones raras, atípicas y extraordinarias. Entre otras cosas porque, por una vez, toda España tiene los ojos puestos en esta pobre tierra y no solo se están jugando el puesto los candidatos locales sino también sus jefes en Madrid. Está en entredicho el liderazgo de Casado, otro posible fracaso de Sánchez, la respuesta a Garzón tras sus críticas a parte de nuestra ganadería, el proyecto de Yolanda Díaz, el posible punto y final de Ciudadanos, la importancia real de los movimientos de la España Vaciada o la magnitud del avance de Vox. Y todo tiene derivadas nacionales. Y por supuesto, una importancia enorme para Castilla y León, que es de lo que se trata, aunque no lo parezca.

Les invito a que me acompañen en esta campaña. No tengo la menor idea de por dónde saldremos ni de qué nos va a deparar estos quince días. Pero algo me dice que será interesante y divertido acabar el día con una mirada diferente y una opinión personal y en primera persona. Allá vamos.

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