Holguín (Podemos): «Se han hurtado decisiones a los vecinos; seremos el 'electroshock' para avanzar en el progresismo en Valladolid»
El candidato a la Alcaldía de la capital por la formación morada aboga por retomar el soterramiento y avanzar en los procesos de municipalización de servicios
Está acostumbrado al estrés del hospital y eso quizá le ayuda a tomarse esta campaña con temple, a pesar de una agenda apretada y de ... ser novato en estas lides. Miguel Holguín (Valladolid, 1977) se presenta a la Alcaldía de Valladolid con un objetivo: llevar el mandato de los vecinos al Ayuntamiento. Miembro de UGT, se define como un «tipo normal» en una candidatura que «quiere poner a las personas en el centro de las políticas». Tiene claro que la derecha no volverá a gobernar la ciudad y también que serán exigentes para avanzar en medidas progresistas en caso de pactos.
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–De médico de Urgencias en el Clínico a candidato a la Alcaldía. ¿Necesita Valladolid tratamiento de choque o ha mejorado en estos cuatro años de gobierno progresista?
–En 2015 sí que se abrieron las ventanas del Ayuntamiento. Se puso fin a ese oscurantismo y a ese aire viciado de León de la Riva. Pero estamos en un 'impasse'. Esa apertura se ha parado, se han hurtado muchas decisiones a los vecinos. Venimos a ser el 'electroshock' para seguir avanzando en el progresismo.
–Dar voz a la ciudadanía, insisten. Pero en fórmulas como los presupuestos participativos la respuesta de los vecinos es aún tímida.
–Hay que hacerles entender que su participación y decisiones no solo tienen que ser vinculantes, sino rápidas en la ejecución. En los presupuestos participativos, votas lo del 2017 y por problemas de ejecución no lo ves hasta dentro de dos años. Da la sensación de que participas en algo que a lo que luego no se le ve la cara.
–Su primera pregunta a los vallisoletanos será la del soterramiento.
–Debería ser inmediata, en el momento en que estén actualizados todos los estudios de viabilidad, de infraestructuras, técnicos y económicos. Esa decisión sí que va a ser muy vinculante y la que nos obligue a llevar esa voz al Ayuntamiento.
«¿Por qué en unas ciudades se soterra y aquí no? No queremos una ciudad dividida»
–Pero el devenir se esta operación ha sido un fiasco.
–Hasta la fecha no sabemos cuál es la cuantía. Pilar del Olmo aporta un coste, Puente y Saravia, otro... Lo que significa o que se nos está mintiendo o que no se tienen unas cifras claras. Tiene que ser posible. En otras ciudades se está haciendo. ¿Por qué allí sí y aquí no? El PP dejó una deuda terrible, vinculada con los talleres de Renfe, que pagó el Ayuntamiento, y del que, salvo fijar empleo, no tenía más resultado . Y luego hemos firmado un convenio, que no se ha renegociado, en el que seguimos pagando un 25%, en vez del 8% que se paga en Murcia.
–Su designación como candidato tuvo cierta contestación en las bases. ¿Ya están todos a a una?
–Las tan famosas bases en este caso son cuatro o cinco personas. Nada comparados con los 60 ó 70 colaboradores, ni con los 27 miembros de la candidatura. Nuestro secretario general se presentó a las dos elecciones primarias, cuando optó por presentarse a las autonómicas quedó vacante la cabeza a la candidatura de las municipales y se decidió por mayoría en un consejo que fuera yo. Esto fue refrendado por el consejo autonómico. El que quiera seguir haciendo ruido, que lo haga. Pero no para favorecer al partido, sino para favorecer a sus propios intereses.
–El divorcio con su marca Sí se Puede fue prácticamente inmediato. ¿Tanto se desviaron?
–Es evidente que se habrán desviado cuando el señor Puente premia a Charo Chávez con un cuarto puesto en su candidatura. Nosotros no somos el PSOE y surgimos porque estábamos cansados de la vieja política. Cuando alguien de nuestra formación se va, porque ella se fue voluntariamente, y acaba recalando en un cuarto puesto de otra candidatura evidentemente se separaron del proyecto original.
–¿Algo aportarían al cambio?
–Se aportó inicialmente en el sentido de ver que sí que era posible acabar con León de la Riva y con el PP. A partir de ahí, solo ha habido seguidismo, seguidismo y seguidismo.
«Es evidente que Sí se Puede se desvió cuando Puente premia a Charo Chávez con el cuarto puesto en la lista del PSOE»
–¿Qué le han faltado al actual gobierno para que ustedes digan que está en 'impasse'? Las municipalizaciones aparecen entre las prioridades de Podemos.
–Más participación ciudadana. Y en el progresismo también entra la municipalización de servicios. Ya no solo por el interés público, sino porque son rentables económica y socialmente. Tener a los trabajadores de la ayuda a domicilio con respeto escrupuloso a sus condiciones laborales repercute en el servicio y es fundamental municipalizarlo. Igual que el centro de tratamiento de residuos. Hay que reconocer que hicieron muy bien la remunicipalización del agua, pero hay que seguir insistiendo en esa vía.
–Podemos puede ser llave para continuar con un gobierno progresista. ¿Van a apretar las tuercas a Puente en caso de que gane las elecciones como apuntan las encuestas?
–Enmiendo la mayor. Salimos a gobernar. A partir de ahí, lo que tenemos claro es que no vamos a facilitar que vuelva la derecha. Cuando se evalúen los números y sepamos nuestra capacidad de llave, decidirán los órganos competentes: la asamblea ciudadana y el consejo ciudadano municipal.
–¿Pero con más condiciones?
–Habrá un control estricto y férreo para que se cumplan tanto las políticas que llevamos en nuestro programa, como las que llevan el PSOE o Toma la Palabra. Vamos a ser los garantes del progreso centrado en las personas.
–¿No les hubiera dado más réditos confluir con Toma la Palabra y Saravia a la cabeza?
–Hubo conversaciones. El tiempo de la negociación nos cogió inaugurando, como quien dice, el partido en Valladolid. Llevábamos un año escaso. Había temas programáticos con un claro distanciamiento, como el soterramiento y la derogación de la ordenanza mordaza, y creo que hubo muchos recelos por parte de Toma la Palabra. A raíz de las encuestas internas que tenían, vieron peligrar los puestos de sus concejales en caso de confluencia. Entendimos que por primera vez en Valladolid era fundamental que la marca Podemos se presentara a las elecciones. Había que medir el impacto de esa marca y quitar a la gente la confusión de siglas y ese batiburrillo, que creo que nos va a favorecer.
Holguín, de cerca
Divorciado y con tres hijas con custodia compartida –dos mellizas de cuatro años y otra de casi diez– Holguín se define como «cabezota, constante y trabajador». «Tauro puro». Vive en Girón y no olvida de dónde viene. «De las Delicias, hijo de un cerrajero y una ama de casa». A pesar de la imagen que se tiene de un médico, recalca que a él no se le caen los anillos. «Lo mismo tiro de camilla, que cambio un pañal en el hospital». Le gusta leer y la trilogía de Noah Gordon, autor de 'El médico', le marcó. Ahora tiene en cartera el libro de Pablo Iglesias 'Nudo España'. Estar el máximo tiempo con sus hijas y cocinar son sus pasiones. «Todo lo que sea guisar a fuego lento; hablan muy bien del rabo de toro que hago y también del pulpo, aunque no sea gallego», asegura.
–¿Qué aportará ese Podemos con todas las letras respecto a sus antecesores de Sí se Puede?
–Sobre todo claridad. Es un discurso entendible en todos los sitios. No hay dudas, ni pactos con otras formaciones, que puedan enturbiar u oscurecer nuestras políticas.
–De su programa, ¿qué es irrenunciable?
–La participación ciudadana, especialmente en el tema del soterramiento.
–También dedican una parte importante a la movilidad sostenible.
–Nos va a pillar el toro. La legislación los obliga a reducir emisiones en el 2023 y la principal fuente de contaminación es el tráfico rodado. Hay que implementar medidas. Peatonalizaciones, zonas 30, gestión de la demanda favoreciendo aparcamientos disuasorios, fomento de bicicleta...
-Proponen líneas de autobuses más directas y rápidas.
-Con menos paradas, carriles especiales y preferencia semafórica, que circulen en sentido radial. Mejorarían la velocidad comercial. Es fundamental para que la gente vaya abandonando el coche.
–¿Cerrarían el centro al tráfico?
–Lo que no podemos es recurrir a parches, como se ha hecho hasta ahora, porque la contaminación roza cifras peligrosas. Esto ya no es un problema ideológico, sino de salud. Yo lo veo en el servicio de Urgencias. A largo plazo, habría que cerrar el centro obligatoriamente e ir mejorando la movilidad en el resto de la ciudad, pero de forma progresiva. Nuestro proyecto es un compromiso, un contrato y no papel mojado.
–¿Si es alcalde acudirá a las procesiones y estará en la tribuna con las autoridades?
–Como no soy político, no tengo muy claro qué es el protocolo, aunque sí sé que hay que separar lo representativo de la ciudad de las ideologías de cada uno. Prefiero estar con mis hijas en un lado viendo pasar las procesiones, que encabezándolas.
–¿Quitará el crucifijo del salón de plenos?
–No sé si es políticamente muy correcto, pero hay que desligar lo municipal, lo oficial o lo representativo político de otras épocas pasadas.
–De toros, nada.
–No puede salir ni un euro de dinero público para un espectáculo en el que se maltraten animales y, probablemente, en un tiempo, a lo mejor, hay que replantearse la denominada fiesta nacional y lo que hay que hacer es preguntar a la ciudadanía lo que opina.
–¿Sigue siendo en Valladolid necesario ese rescate ciudadano? La mejora económica parece que asoma.
–Sí. Siguen produciéndose desahucios. Solo contamos con 140 viviendas del parque público y eso hay que potenciarlo. Hay muchas viviendas vacías, en manos privadas y de bancos, lo que impide que la gente viva donde quiere vivir. Los precios de los alquileres son prohibitivos. En el programa llevamos una subida del IBI para las segundas viviendas cerradas con el objetivo de que salgan al alquiler.
–¿Qué ciudad quieren construir?
–Amable, que no esté dividida por las vías del tren y compacta. Y, sobre todo, una ciudad muy social. La crisis nos afectó a todos. Hay muchas personas en riesgo de exclusión y no las podemos dejar de lado.
–Muchos ven a Podemos como el ogro del empresariado.
–Mi debut en los debates fue en la CVE. Un territorio en el que para alguien de Podemos y, además, sindicalista de UGT, es actuar con picadores. Lo dije bien claro. El tejido empresarial es fundamental, pero hay que compaginarlo con todo lo público. Los derechos sociales y de los trabajadores tienen que estar garantizados. Hay que fomentar el comercio de proximidad, leyes de segunda oportunidad para los autónomos...
–Defina a sus contrincantes.
–Puente es poco humilde, no tolera la crítica y es poco agradecido con los que le han apoyado. A Saravia no le conozco. Todos me dicen que es buena persona, que eso es algo bueno para estar en un Ayuntamiento, pero no es suficiente, porque ha pecado de hacer un gran seguidismo a Puente. El PP ha tirado la toalla en las municipales. Creo que Pilar del Olmo no quería ser candidata. No quiere esa cruz y no seguirá en el Ayuntamiento si no gana. Y Fernández Antolín, de Ciudadanos, es el que más cercano se ha mostrado a mí porque también es nuevo. No viene con muchas cortapisas, pero es un proyecto sin definir. Puede enganchar por la marca, pero no por la persona.
–¿Qué le ha pasado a Podemos en las generales para pasar de 71 a 42 escaños?
–Hemos sido víctimas del voto útil mal entendido. Las elecciones generales se plantearon contra la derecha del trifascito. Al final la gente recurrió a lo fácil, lo más cómodo, que era votar al PSOE. Mucho del resultado del PSOE es con votos de Podemos.
–¿Esa respuesta se trasladará a las municipales?
–Son comicios difícilmente extrapolables. En estos cuatro años una de las ventajas de que desapareciera León de la Riva es que la gente también tiene conciencia de que no quiere volver a peor. Volver a permitir que gobierne la derecha es un error y la ciudadanía no lo quiere. Nadie quiere a Santiago Abascal en su Ayuntamiento.
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