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Vista del edificio en el que se encuentra la sede de la CNMV. Archivo
Las alertas por chiringuitos financieros no paran y se duplican en cuatro años

Las alertas por chiringuitos financieros no paran y se duplican en cuatro años

La CNMV, que aconseja extremar la precaución en las zonas turísticas, ya ha dado este año más advertencias nacionales que en 2014, 2015 y 2016

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Jueves, 16 de agosto 2018, 00:04

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Si en el siglo pasado el rey del engaño era el timo de la estampita, sus sucesores en esta centuria pueden ser las estafas piramidales y los chiringuitos financieros que, además, tienen bastante en común. Y_su profusión parece ir en aumento por más que las autoridades los tienen en su punto de mira.

Este siglo XXI ya comenzaba con 34 denuncias de inversores contra esos chiringuitos -nueve eran viejos conocidos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), advertidos en 1999 y 2000-, solo en lo que llevamos de año (hasta el pasado 10 de agosto) el órgano supervisor ya ha lanzado 42 advertencias sobre entidades que operan de forma irregular desde España y de otras 342 de origen internacional.

Pero, ¿qué son los chiringuitos financieros? Pues, según el propio regulador del mercado, entidades que ofrecen y prestan servicios de inversión sin estar registradas oficialmente, ni en la Comisión ni en sus homólogos de otros países. Esto es, operan al margen de la ley y, «en la mayoría de los casos», resultan «sólo una tapadera para apropiarse del capital de sus víctimas», con la promesa de una elevada rentabilidad.

Esta última es una de sus principales características. Hoy en día, con los tipos de interés en su mínimo histórico del 0% en la zona euro, para que un banco ofrezca solo un 1% es necesario invertir en una serie de productos de riesgo, cuanto menos, medio; sin embargo, esas entidades irregulares prometen un mínimo de diez veces más arguyendo que son oportunidades únicas -algunas de sus páginas web han llegado a ofrecer rentabilidades superiores al 60%,e incluso del 90%, recurriendo además si se desea a paraísos fiscales-.

 Actúan cual modernos flautistas de Hamelín del engaño, que para dar credibilidad se hacen pasar por expertos del mercado o dicen formar parte de negocios aparentemente reputados y con el respaldo de firmas conocidas. Un ejemplo es la firma ConsorFX -suelen usar nombres en inglés e introducir palabras técnicas ('markets', 'consulting', 'financial services', 'marketing', 'management'...) para mejorar su imagen-, que empezó a operar en octubre de 2014. Supuestamente le apoyaban dos grandes bancos, el estadounidense Northwestern Bank y el alemán Commerzbank.

De perfil bien formado

Al final, ni una cosa ni la otra. Cientos de clientes estafados y entre ellos todo un ministro, hoy de Asuntos Exteriores y en la primera mitad de los noventa de Obras Públicas. Hablamos de Josep Borrell, ingeniero aeronáutico y doctor en Economía, que perdió 150.000 euros. «No me la recomendó nadie», dijo el político al conocerse el caso.

Pese a que los expertos insisten en educar mejor a los inversores, el perfil tipo de las personas engañadas por los chiringuitos no es precisamente alguien con bajos conocimientos financieros o individuos aparentemente ingenuos. Al contrario, según la Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO), de la que forman parte 38 órganos supervisores de distintos países incluida la CNMV, «suele ser un hombre de mediana edad, casado y con buena formación académica». En EE UU, de hecho, el objetivo prioritario resultan los varones de 55 y 65 años, con titulación universitaria y una información del mercado superior a la media.

En España, una de las épocas donde más lanzan sus redes esos chiringuitos es el verano, mostrándose «muy activos en zonas turísticas del litoral», advierte la Comisión. Allí buscan tanto profesionales como jubilados, españoles y extranjeros, dispuestos a invertir sus ahorros y los contactan en grandes hoteles o en centros sociales de reunión.

No obstante, su método usual de contacto es telefónico o mediante anuncios en prensa especializada. Utilizan webs atractivas que cierran una vez descubiertos, para abrir luego otras con nombre distinto (casi el 75% opera de esta forma). La CNMV -que atiende dudas a través de su página web y también en el teléfono gratuito del inversor, 900-535015- solo tiene atribuciones de control y, llegado el caso, de sanción, quedando las investigaciones, cierres de empresas (y páginas de internet) y condenas en manos de Policía y jueces.

En 2017 la CNMV registró un récord de avisos sobre chiringuitos financieros, 53 nacionales -un 51,4% más que en 2016- y 447 internacionales -el doble que en 2015, aunque solo un 1,3% más que en 2016-. Probablemente esas cifras sean superadas en 2018 a la vista del volumen actual de advertencias. Los 42 avisos nacionales dados hasta el 10 de agosto ya superan en un 20% todos los de 2016, en un 10% los de 2015 y casi duplican los de 2014 (82,6% más).

A finales de abril se desmanteló una trama que llevaba 20 años actuando en ese ámbito -Bali Limited y Stockcall eran algunos de los nombres utilizados-, con 79 personas detenidas en Madrid y Málaga. El fraude a centenares de inversores se estima en más de 12 millones de euros.

30 años de una ley revolucionaria

La Ley del Mercado de Valores, que en su día supuso la mayoría de edad para las inversiones en España y revolucionó un sistema en manos de los viejos agentes de cambio y bolsa, cumplió 30 años el pasado 28 de julio. Fue el primer paso firme para acercarse al modelo anglosajón, el más moderno entonces, creando sociedades especializadas y agencias de valores.

Así, el paso de la tradicional contratación en corros a un sistema automatizado ayudó a popularizar las operaciones en Bolsa. También se avanzó mucho en la protección a los inversores y se creó la propia CNMV.

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