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El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi. | Efe
Draghi apaga el «motor» de las compras pero teje una red de seguridad para el euro

Draghi apaga el «motor» de las compras pero teje una red de seguridad para el euro

El BCE ratifica el fin de la era de los estímulos tras inyectar 2,6 billones, aunque se reinvertirán los vencimientos tras la futura subida de tipos

adolfo lorente

Bruselas

Jueves, 13 de diciembre 2018, 14:19

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Todo comenzó en marzo de 2015 y todo terminó este jueves, en un Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo que será recordado en los anales por aquella reunión en la que Mario Draghi puso fin al QE, al histórico programa de compra de activos, sobre todo deuda pública, que ha inyectado 2,6 millones en el peor momento. «En algunos momentos, el QE ha sido el único motor de la recuperación», admitió con cierta resignación. Los grandes líderes políticos ni están ni se les espera, de ahí que la 'draghidependencia' siga siendo una religión. El adiós no es tal, sino un hasta luego. Draghi se va sin irse. Hay plan B, que consiste en reinvertir los vencimientos que se vayan produciendo. Como avanzó este diario, la cifra será de 200.000 millones solo en 2019. Hay red de seguridad y, además, para bastante tiempo.

«El Consejo de Gobierno prevé seguir reinvirtiendo íntegramente el principal de los valores adquiridos que vayan venciendo durante un período prolongado tras la fecha en la que comiencen a subir los tipos de interés y, en todo caso, durante el tiempo que sea necesario para mantener unas condiciones de liquidez favorables y un amplio grado de acomodación monetaria», recalcó el italiano. En plata: que se prolongarán más allá de 2019 e incluso 2020.

Respecto a los tipos, nada nuevo. Se mantienen en el 0% y la facilidad de depósito, penalizada con el -0,4%. «El Consejo de Gobierno espera que los tipos de interés oficiales del BCE se mantengan en los niveles actuales hasta al menos durante el verano de 2019 y en todo caso durante el tiempo necesario para asegurar la continuación de la convergencia sostenida de la inflación hacia niveles inferiores, aunque próximos al 2% a medio plazo», reza el comunicado.

La inflación roza el 2%

La jerga comunitaria y en especial la del Eurobanco es una maraña indescifrable de siglas anglosajonas. Aunque la era de los estímulos extraordinarios se conoce por las siglas QE, este programa de compra de activos (APP) está compuesto de cuatro subprogramas: el ideado para el sector público (PSPP); el de adquisiciones de deuda corporativa de las empresas no financieras (CSPP); el de cédulas hipotecarias o bonos garantizados (CBPP3) y el de titulizaciones (ABSPP). A día de hoy el balance es abrumador. En total se han inyectado 2,6 billones, de los que 2,1 han sido adquisiciones de deuda pública, más de un 80% del total (española, más de 260.000 millones ).

Son muchas las dudas que todavía se ciernen sobre la economía mundial. Las nuevas previsiones macro de la institución así lo certifican. Por tercera vez consecutiva, vuelven a revisarse a la baja. Poco, pero a la baja. Se espera que el PIB de la Eurozona sea del 1,9% este año, una décima menos de lo estimado en septiembre. En 2019 será del 1,7% (una décima menos), en 2020, del 1,7% (se mantiene) y para 2021, del 1,5% (este dato se publica por primera vez).

En lo referido a la inflación, se prevé que cerrará 2018 al 1,8%, una décima más de lo esperado. Sin embargo, el BCE ha reducido una décima su pronóstico para 2019 hasta el 1,6%, mientras que para 2020, ha mantenido su dato de inflación en el 1,7%. En 2021, el 1,8%.

«Pensamos que disponemos de todos los instrumentos para abordar posibles contingencias en el actual clima de gran incertidumbre», recalcó Draghi, que se felicitó de la reciente sentencia del Tribunal de Justicia de la UE, «que convierte al QE en un instrumento más de la caja de herramientas del BCE». El mensaje no puede ser más contundente.

Apuesta por la 'tasa Google'

El pleno del Parlamento Europeo pidió este jueves la creación de un impuesto europeo que grave el suministro de servicios digitales por parte de multinacionales con presencia en el bloque comunitario que superen los 40 millones de euros en ingresos por ejercicio. A pesar de ello, la Eurocámara no tiene competencias fiscales, por lo que se trata de una opinión no vinculante.

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