Iberaval fía el futuro de las empresas a la sostenibilidad, impulsada por los nuevos fondos de la UE

La Unión Europea quiere cambiar el rumbo de la economía comunitaria, para que sea más ecológica, más digital y más resiliente. Quiere que el continente salga más fuerte de la pandemia. Ese es el objetivo del plan de recuperación NextGenerationEU, que tendrá como principal efecto práctico la llegada de miles de millones de euros a todos los territorios, y por supuesto también a Castilla y León.

De ello se ha hablado esta mañana en una jornada organizada por Iberaval y El Norte de Castilla con la colaboración del Fondo Europeo de Desarrollo Regional de la UE (Feder) y el Instituto para la Competitividad Empresarial (ICE) de la Junta de Castilla y León, que ha podido seguirse en directo en la página web del periódico. Titulada 'Las pymes, la financiación y los fondos europeos. Instrumentos financieros al servicio de las empresas', ha reunido en el Palacio de Cristal del Museo de la Ciencia de Valladolid a todos los agentes interesados e implicados en ese proceso de transformación.

Ha abierto el encuentro el presidente de Iberaval, César Pontvianne, que ha vinculado el futuro de las compañías a su preocupación por el medio ambiente y ha sentenciado que «en unos años, las empresas serán sostenibles o no serán».

El máximo responsable de la sociedad de garantía recíproca ha manifestado que ese enfoque «es capital para la modernización de la estructura productiva de países como el nuestro», y ha recordado que la transición ecológica es uno de los ejes de la iniciativa Next Generation. Es más, ha vaticinado que los bancos y otros operadores «cada vez van a apostar más por la denominada financiación verde, consistente en primar con tipos de interés más bajos y mejores condiciones a aquellos proyectos que menos huella de contaminación dejen en su entorno».

Pontvianne ha aprovechado la ocasión para «renovar el compromiso de Iberaval con los empresarios y autónomos, con el apoyo de la Junta», para que accedan a «la financiación necesaria» para sus proyectos de la mano de los instrumentos de apoyo que cogestiona junto al ICE, que están cofinanciados con fondos Feder.

La jornada ha contado con el testimonio de los representantes de cuatro empresas que son un caso de éxito porque sus proyectos salieron adelante. El primero en intervenir ha sido José Manuel Fuentes, CEO de la firma burgalesa Tequipo, que está especializada en automatizar procesos logísticos. El directivo ha manifestado que cuando la compañía ha necesitado recursos para desarrollar tecnología y para innovar, «siempre hemos encontrado financiación a través de organismos públicos». Ha recordado que la primera entidad de ese tipo que les ayudó en sus orígenes, «hace doce años», fue la antigua Agencia de Desarrollo Económico (ADE), reconvertida en el actual ICE. Posteriormente han seguido contando con el respaldo del propio Instituto para la Competitividad y también del CDTI e Iberaval.

Amadix, con sede en Valladolid, es pionera en «la detección muy temprana de cáncer en la sangre», de colon –entre diez y doce años antes de que aparezca–, páncreas y pulmón. Lo ha explicado su directora financiera, Lucía Reinoso, que ha afirmado que ha sido posible «gracias a la financiación europea». Ha detallado que «las empresas de biotecnología en España son unas 900, y el 90% somos pymes y micropymes», que tienen en común «periodos de desarrollo muy largos» de sus productos y «necesitan muchísima aportación de recursos». De ahí que esas compañías precisen «instrumentos muy específicos» de financiación. «Contamos con ellos gracias a ejemplos como Iberaval, que apuesta por la innovación y nos ha apoyado prácticamente desde el principio», ha agradecido.

«La transición ecológica y medioambiental tiene una característica importante, y es que es muy cara». La frase es de Salvador Garriga, consejero de LatemAluminium, que ha advertido de que «el nuevo modelo de producción supone un esfuerzo inversor añadido y a corto plazo necesita un empujón por parte de las administraciones públicas». Al hilo de esto, ha incidido en que los nuevos fondos de la UE «concitan mucha esperanza pero también muchas dudas», y se ha mostrado partidario de que las autonomías tengan «un papel mucho más activo en su gestión». «Necesitamos administraciones que apuesten por una política industrial concreta y definida», ha apostillado el responsable de la firma dedicada a la transformación de aluminio, con fábrica en León y que ultima otra en Zamora.

Ha cerrado la mesa redonda José Miguel Hernández, jefe de Área de Análisis y Evaluación de Proyectos del Instituto para la Competitividad Empresarial de Castilla y León (ICE), ente público adscrito a la Consejería de Economía y Hacienda de la Junta. Como técnico experto en la gestión de este tipo de herramientas, ha destacado que «los instrumentos financieros tienen ventajas tanto para la administración, como para las empresas, como para los intermediarios financieros». En el caso del Gobierno autonómico su principal aliciente es que «son sostenibles», porque al ser reembolsables se pueden reinvertir. También favorecen a las compañías, porque obtienen «mejores condiciones», mientras que los bancos se benefician de una garantía adicional.

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