«Las empresas no han entendido que innovar e investigar es la garantía de su futuro»
El centro tecnológico celebra su treinta aniversario a la vanguardia de la investigación en diferentes áreas
El primer centro tecnológico de Castilla y León y el segundo de España en la participación de proyectos financiados por el programa Horizonte Europa de la Unión Europea se encuentra en el parque tecnológico de Boecillo, en Valladolid. Liderado por José Ramon Perán desde su fundación defiende el impacto positivo de Cartif en el tejido empresarial de Castilla y León.
–Centro de Automatización, Robótica y Tecnologías de la Información y de la Fabricación es el nombre que corresponde a las siglas CARTIF y que le puso en 1994. ¿Cuál le pondría ahora?
–Exactamente el mismo nombre, porque refleja lo que son las tecnologías de la información y la fabricación. Refleja la filosofía de CARTIF.
–¿Cuál es su valor diferencial?
–Nos hemos dedicado, desde el principio, a la investigación algo teórica, mucho más aplicada y, sobre todo, a transferirla a las empresas.
–¿Cuándo habla de transferir a qué se refiere exactamente?
–Aquí hay que diferenciar dos facetas. La primera, cuando una empresa no tiene la capacidad tecnológica para resolver alguno de los problemas que se le plantean o quiere dar un paso más, nosotros desde el punto de vista técnico le resolvemos esa cuestión. La segunda, cuando desarrollamos un proyecto tenemos una tecnología avanzada y si logramos un producto que está próximo a mercado, buscamos empresas que lo puedan industrializar y comercializar.
–¿Algún caso de éxito que pueda citar?
–Desde el punto de vista de transferencia de producto, estamos trabajando en uno muy importante que es conseguir en varios sistemas facilitar la vida de las personas mayores con dificultades en su propia casa. Son sistemas para pedir ayuda o, por ejemplo, andadores inteligentes que favorecen la movilidad. El proyecto EIAROB tiene como objetivo promover la autonomía y la calidad de vida de las personas mayores y dependientes y es importantísimo para nosotros. Lo hemos hecho en colaboración con la Universidad de Valladolid, Fundación Intras y Fundación Asprodes. Este proyecto fue conseguido en concurrencia competitiva en una licitación de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades.
–¿Cómo es la relación del centro tecnológico con el sector educativo?
–Siempre ha estado presente esa relación en CARTIF, desde sus inicios. La Universidad de Valladolid formó parte de la fundación de CARTIF y con ella tenemos acuerdos de cooperación en varios campos; y en nuestros estatutos el vicerrector de Investigación es el secretario permanente de nuestro Patronato.
–En tres décadas ¿cuál ha sido el momento más delicado para CARTIF?
–Fue la crisis económica de 2008, 2009 y 2010. Nos hemos financiado con recursos públicos, en convocatorias abiertas y competitivas. Y en ese momento las convocatorias públicas fueron muy restrictivas. Pero pudimos vadear la situación con proyectos internacionales, especialmente europeos y de cooperación interregional.
–En cuanto a innovación, ¿las pymes aprovechan todo su potencial?
–Las empresas en España todavía no han entendido que la innovación y la investigación, adaptadas al nivel de cada empresa, es la garantía de su futuro. La vida futura no está en los éxitos presentes sino en la visión que tengan de lo que va a ocurrir cuando vayan cambiando las circunstancias. Las pymes son las que necesitan mirar constantemente al futuro, porque parece que creen que viven en un mundo estático y el mundo cambia constantemente.
–¿No se acercan por desconocimiento?
–No lo sé, pero en España entre las ayudas directas y las desgravaciones fiscales es prácticamente gratuito investigar e innovar. Siento verdadera pena porque cuando hemos estado en Alemania, las empresas agobiaban a los centros con ideas para progresar. Aquí casi es al revés. Tenemos un 50% de ingresos por proyectos internacionales y es todo un éxito, hemos superado a prácticamente todos los países de la Unión Europea.
–¿Cómo ve la situación actual de Castilla y León a nivel de investigación, de competitividad y de innovación?
–Creo que está mejorando, si bien en mi opinión no ha alcanzado los niveles adecuados. No hemos entrado en el hacer cosas nuevas y cada vez más aventuradas. Los sistemas de ayuda están mejorando mucho en Castilla y León, pero todavía no tienen nada que ver con otros como el País Vasco. No es solo cuestión de dinero sino también de eficiencia, de regulación y de rapidez de respuesta, entre otras.
–¿Siempre tuvo claro que el lugar de CARTIF era Valladolid?
–Sí, por supuesto. Nacimos en el seno de la Universidad de Valladolid y en esta ciudad y su entorno hemos desarrollado nuestra actividad científica e investigadora.
–¿Qué aporta CARTIF a la comunidad autónoma?
–Talento, conocimiento y estímulo para la mejora de productos y procesos de las empresas. Hemos aportado a Castilla y León desde 2010 una media anual de 13,3 millones de euros, de origen exterior a la comunidad, especialmente internacional. Desde su origen CARTIF ha realizado 1.600 proyectos de innovación para empresas de Castilla y León y en los últimos tres años CARTIF ha traído a la región del orden de 42 millones de euros. Siempre hemos tenido una vocación regional, nacional y, últimamente, a pesar nuestro, europea.
–¿'A pesar nuestro'?
–Porque nos gustaría dedicar todos nuestros recursos a Castilla y León.
–La RAE define innovar como mudar o alterar algo, introduciendo novedades. ¿Le añadiría o quitaría algo?
–La completaría puntualizando 'introduciendo novedades positivas'.
–Son 15 áreas de investigación, que van desde la alimentación hasta las redes inteligentes, pasando por energías renovables, medicina, patrimonio, infraestructuras, economía circular… ¿Por dónde van las tendencias?
–Hace muchos años ya empecé a hablar de la Inteligencia Artificial, pero realmente hablaría de la estructura del conocimiento, los elementos que ha puesto a disposición la digitalización y los sistemas de manipulación de la información, los que nos permiten entrar en esos procesos con una visión más universal.
–¿No hay miedo a la IA?
–No. En la parte científica no hay miedo a la Inteligencia Artificial. Hay miedo a la IA en la manipulación del cambio de sentido de palabras, pero esa instrumentalización está lejos del campo científico.
–Están trabajando 211 investigadores y 39 doctores, pero ¿el futuro es de las máquinas?
–El futuro es siempre de los hombres, las máquinas van a ser auxiliares. Mucha de la inteligencia generativa hay que entrenarla y de la nada no salen los conocimientos. Las nuevas tecnologías nos obligan a pensar más y mejor.
–Mirando hacia delante, ¿qué le preocupa?
–Me preocupa el decaimiento tecnológico de Europa. Lo he vivido en primera en persona y creo que es un gravísimo error de las instituciones europeas porque han seguido la ideología y no la ciencia.
–¿En qué caso?
–En el origen del cambio climático y en las exageraciones del Pacto Verde Europea. Por la apuesta del vehículo eléctrico hemos tirado un billón de euros en investigación en los últimos siete años. Eso fue un movimiento ideológico. La actividad económica está estrangulada por creer que, con unas medidas, casi infantiles, se puede modificar el clima de la Tierra. Esto es de una ignorancia radical.
–En su treinta aniversario, ¿con qué quieren sorprender desde CARTIF?
–Fundamentalmente queremos presentarnos a quienes no nos conozcan, para que la sociedad pueda aprovechar nuestras capacidades y ser más útiles. Hemos tenido en el Museo de la Ciencia la exposición 'CARTIF, 30 años de hitos»'. Y el próximo día 31 organizamos un acto institucional con un centenar de invitados para que conozcan CARTIF.