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CaixaBank reducirá 800 oficinas, un 17% del total, en tres años

CaixaBank reducirá 800 oficinas, un 17% del total, en tres años

La entidad, que mantendrá el millar de sucursarles rurales, anticipa una «inevitable» recorte de plantilla y no descarta que los conflictos judiciales de sus clientes vayan a más

José María Camarero

Londres

Martes, 27 de noviembre 2018, 11:08

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CaixaBank tiene previsto acometer un importante cierre de oficinas en los tres próximos años para dejar el número de sucursales en 3.640 en 2021. Este drenaje supondrá la clausura de «más de 800 oficinas» según las estimaciones incluidas por la entidad en el Plan Estratégico que será presentado ante los inversores en Londres este martes. Cuando se materialice la operación, supondrá una reducción del 17% con respecto a la red con la que cuenta ahora la entidad financiera.

Sin embargo, esta medida no tendrá el mismo efecto en todos los lugares donde ahora mismo opera el banco. La mayor reducción de oficinas llegará entre las que tiene distribuidas en las ciudades. El recorte en este ámbito «urbano», como lo denomina el plan estratégico presentado por su presidente, Jordi Gual, y consejero delegado, Gonzalo Gortázar, en Londres, será de de más de un 40% con respecto al novel actual que fija esta red en 3.100 sucursales en la actualidad.

Sin embargo, CaixaBank mantendrá su nivel de presencia actual en el ámbito rural, donde el banco cuenta con algo más de un millar de oficinas que no tiene previsto cerrar. Se trata de oficinas de cinco empleados o menos situadas en municipios de menos de 10.000 habitantes, que «cumplen una labor importante de inclusión financiera», ha explicado Gortázar durante la presentación del plan.

Y al mismo tiempo, la reestructuración de oficinas supondrá una extensión del modelo de sucursales Store en ciudades para pasar de las 285 actuales a las más de 600 en el año 2021. Se trata de puntos de atención más centrados en el asesoramiento y la gestión del patrimonio de los clientes, descartando el modelo de las oficinas para realizar operativa, dado que cada vez se registra un mayor uso de internet con el banco. «No vemos contraposicion entre los digital y lo presnecial, sino complementario», ha aclarado Gortázar.

El ritmo de cierre de sucursales se acumula a las casi 900 clausuradas en los cuatro últimos años, un 16% menos, y a lasmás de 3.200 (un drenaje del 42%) en la última década, como consecuencia de la crisis.

Ante las nuevas previsiones, el consejero delegado de CaixaBank ha reconocido la «inevitable reducción de plantilla» que deberá acometer la entidad en los tres próximos años, aunque no ha querido cuantificar cuántos trabajadores tendrían que salir del grupo. «Buscaremos con los sindicatos la mejor manera de hacer frente a esta realidad», ha afirmado Gortázar, quien sí ha puntualizado que el porcentaje de salidas de personas será «sustancialmente menor» al del 17% en que se cerrarán oficinas. En la actualidad el grupo CaixaBank cuenta con más de 37.511 trabajadores entre España y Portugal (a través de la entidad lusa BPI).

El renovado plan estratégico de CaixaBank prevé, entre otros objetivos, alcanzar una rentabilidad del 12% dentro de tres años, así como mantener el reparto de dividendos ('pay-out') en el entorno del 50% dentro de una apuesta que se centrar, entre otros aspectos, en la digitalización.

Sin embargo, los responsables de la entidad han reconocido que en esos cálculos han tenido que contemplar el escenario de litigiosidad judicial a la que se enfrenta el grupo, y todo el sector bancario, como consecuencia de conflictos como el de las cláusulas suelo, o recientemente el problema del Impuesto de Actos Jurídicos Documentados. Lejos de dar por zanjadas resoluciones judiciales que impacten en sus cuentas, el presidente, Jordi Gual, ha admitido que los cálculos del plan estratégico tienen un «tono de prudencia» por si la litigiosidad «no bajase o incluso fuese en aumento» en los próximos años. «Es probable que esta sitaución continúe en el futuro próximo», ha apostillado Gortázar.

Lo hacen conscientes de que aún quedan muchas sentencias por fallar, que pueden ir en su contra, como la que la semana pasada ganó Adicae a través de la macrocausa que presentó contra todo el sector por la límitación de los tipos hipotecarios. Además, aún se encuentra abierto el mecanismo extrajudicial de devoluciones de las cláusulas suelo, y más de 200.000 casos pendientes contra el sector en los tribunales específicos habilitados para agilizar este conflicto.

Las hipotecas no terminan de arrancar

Entre las palancas que los ejecutivos de CaixaBank quieren tener en cuenta para alcanzar sus objetivos a tres años no se menciona en ningún momento el avance del mercado hipotecario. En este campo, la entidad también ha querido ser «prudente», consciente de que aún tiene un mayor volumen de hipotecas que amortizan capital de aquellas que concede. «No esperamos crecimientos muy fuertes del crédito en el sistema», ha apuntado Gortázar, quien ha indicado que mantienen la misma previsión que hasta ahora por el proceso de desapalancamiento en el que aún se encuentran inmersas las familias.

Por eso, ha condicionado cualquier crecimiento hipotecario «en la medida en que los tipos de interés vayan subiendo» en los próximos ejercicios. Pero incluso en este caso esperan que esas alzas sean «poco a poco» por parte del BCE. La entidad tampoco ha incorporado ningún tipo de impacto en las cuentas por tener que asumir ahora el impuesto hipotecario y han anticipado que irán modulando la oferta -ya pagan todos los gastos, incluida la tasación- en función de lo que haga la competencia.

Donde sí quieren centrar buena parte de su crecimiento es en el crédito al consumo, un negocio cuya previsión de aumento se situaría entre el 6% y el 7% anual hasta 2021. Lo harán a pesar de que la demanda doméstica pueda moderarse por la ralentización de la economía española. Pero incluso contando con esta circunstancia, consideran que «aún hay margen para buena demanda interna financiada», ha señalado Gortázar. Se escuda en que los niveles actuales son inferiores a los de crédito al consumo en otros países de la UE, a pesar de las advertencias del Banco de España sobre el «acelerado» auge de la morosidad en este segmento.

Otras áreas donde CaixaBank pretende crecer se centran en el ahorro a largo plazo, el crédito a empresas, los seguros, los medios de pago y el negocio del luso BPI. También prever realizar un «elevado» esfuerzo inveror y de transformación y una reducción considerable de los activos problemáticos -el 40% menos en tres años, con un os 7.000 millones de euros-.

El presidente de la entidad también ha reconocido que si los tipos de interés no suben en la medida en que el grupo espera, a pesar de que será lentamente, la rentabilidad no será del 12% sino del 10% en 2021, lo que supondría un impacto de unos 200 puntos básicos.

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