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La cadena de montaje trata de sobrevivir a la fabricación del coche 'fantástico'

La cadena de montaje trata de sobrevivir a la fabricación del coche 'fantástico'

El entramado digital que rodea los nuevos modelo precisa inversiones, que las marcas realizan a través de fusiones que tensionan a las plantillas

José María Camarero

Madrid

Domingo, 2 de junio 2019, 00:18

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Dos de los principales fabricantes de coches del mundo (Toyota y Volkswagen) han pasado de utilizar un centenar de plataformas a apenas 25. De ellas salen las múltiples marcas de vehículos que comercializan, prácticamente con la misma estructura. Ese dato ejemplifica la escasa diferencia que ya existe entre un modelo y otro en cuanto al esqueleto se refiere. Ahora, la seña de identidad reside en los servicios digitales que cada uno de esos vehículos ofrecen: ayuda al aparcamiento, conectividad para evitar atascos, geolocalización... Casi como el televisivo coche 'fantástico'. Las grandes marcas necesitan invertir cuantías millonarias y el camino para hacerlo pasa por las fusiones.

La intención de integrarse entre Renault y Fiat Chrysler es el último eslabón. Las corporaciones precisan unirse para ser más potentes en un mercado en el que las cadenas de montaje seguirán existiendo; sí,_pero en paralelo a todo un negocio tecnológico que demandan los conductores. «El valor añadido que representaba el 'hardware' de un coche recién salido de fábrica ha caído, porque sus soluciones de seguridad o potencia ya se dan por hechas», explica Igor Gorostiaga, socio director de Norgestión. «Ahora priman los sistemas, la interrelación que de el vehículo o la sensorización que aporta», apunta.

 Desde la patronal de fabricantes (Anfac) reconocen que el sector está «inmerso en un ecosistema de colaboración y competencia desde hace años». La de Renault y Fiat se une a otras integraciones como las de PSA y Opel, todas las marcas de Volkswagen... «Las estrategias son diferentes en función de la compañía y su capacidad», explican en Anfac. «Las hay que invierten con su propio pulmón financiero, otras optan por las alianzas puntuales, además de las compras de empresas pequeñas o las grandes fusiones».

 La automoción, como otros muchos sectores, pasa por la unión de fabricantes. «Los cambios que debe afrontar el sector exigen importantes inversiones», indica Begoña Cristeto, socia de KPMG en España. «La cooperación, que permite maximizar la eficiencia de esas inversiones, potenciar desarrollos tecnológicos y aprovechar las sinergias geográfica o de plataformas, va a ser una herramienta necesaria», afirma.

Sobrevivió a la crisis

Cristeto insiste en la necesidad de que las grandes fábricas de montaje convivan con otros modelos de negocio ligados al coche. «Son nuevas cadenas de valor paralelas a las tradicionales que darán entrada a firmas tecnológicas, energéticas, financieras, de servicio o 'start up'». Porque las marcas tienen que «incorporar la digitalización y la innovación» a sus negocios.

Ante cualquier fusión la principal preocupación se dirige hacia los puestos de trabajo. Desde la patronal Anfac recuerdan que la industria en España se ha caracterizado «en tiempos de crisis por su flexibilidad con el objetivo de mantener el empleo». Así ocurrió en la crisis. La fuerza tractora de los tres millones de vehículos que salen cada año de las 17 fábricas españolas representan un 10% del PIB, un 9% del empleo y más del 17% de las exportaciones de todo el país. Las plantillas contienen la respiración, aunque los expertos consideran que es el momento de transformarlo hacia perfiles digitalizados sin que suponga una merma de empleo.

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