«El dinero se invierte en activos líquidos porque se va a consumir»
La tasa de ahorro de las familias se sitúa en niveles históricos lo que lleva a pensar en un consumo «bastante sostenido» en el futuro
Cómo ven los analistas el momento económico actual y lo que pueda pasar en los próximos meses está íntimamente relacionado con la evolución de la pandemia. «Esto es una crisis que arranca de un tema sanitario y hay mejoras en marcha como las vacunas», fijó como punto de partida de su intervención en el Foro Mercados Santander, Beatriz Tejero, economista sénior del Área de Mercados de la entidad. Este encuentro virtual fue organizado por El Norte de Castilla y patrocinado por Banco Santander.
Si se toman como referencia las crisis de 2001 y 2008, en el primer caso el momento actual es parecido desde el punto de vista de que los atentados de las Torres Gemelas también pararon determinados aspectos de la vida y el movimiento se produjo con ciertas condiciones.
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En cuanto a 2008, nada tiene que ver con las circunstancias actuales. «La situación de balances de las familias y las empresas es muy diferente», insiste la analista, que habla de cuentas de resultados mucho más saneadas. Las propias políticas monetarias son bastante diferentes a las de hace 13 años, con un capítulo de medidas puente, «para intentar sobrepasar el bache», y medidas de relanzamiento, a través de las acciones europeas.
Pero si hay algo que la economía tiene claro, independientemente del punto desde el que se analice, es que «vamos al son del virus» y esto ha cambiado, incluso, los modelos que los analistas utilizan para hacer previsiones en relación al PIB, «esto es una crisis acelerada y se nota tanto en los picos de caída como de subida».
En un momento de ralentización de los contagios, «la luz no está tan lejos», pero fijan hasta tres escenarios para determinar la evolución del PIB, siempre teniendo en cuenta si la inmunidad de grupo llegará de forma rápida, en medio año o se dilata más.
Las bases
Esta realidad ha obligado a identificar las bases para la recuperación sólida que, en primer lugar, pasan por la vacunación.
Otra de esas bases son las políticas monetarias, que nada tienen que ver con la aplicadas por el Banco Central Europeo o la Reserva Federal en 2008, «ni por la celeridad ni por la magnitud. Se ha actuado antes y de forma más contundente, esto tiene que ayudar a la recuperación».
Añade que el suministro de liquidez es «tremendo» y este parámetro «debería ayudar». De este modo, con los activos líquidos disponibles, «parece que las ganas de consumir están ahí».
La política fiscal es otra de las bases, a día de hoy, «bastante laxa con el beneplácito de la Unión Europea», aprecia Tejero. «No están metiendo prisa para que se vuelva a la situación anterior».
La deuda pública se sitúa en costes de emisión mínimos y la vida media se va alargando «lo que es muy positivo de cara a cuentas públicas y al objetivo de financiación de la economía española».
Por último, hace falta confianza, «hemos visto niveles de confianza muy bajos y de repente está subiendo por las vacunas porque las condiciones fiscales son laxas y la gente y las empresas lo perciben».
En este sentido y aunque la confianza está ahí «lo que están haciendo básicamente las familias es ahorrar, la renta disponible no ha caído tanto porque se han puesto en marcha una serie de medidas para estos efectos, pero el consumo se ha desplomado, en parte, por miedo, y en parte por cierres y restricciones de movilidad». Esa conjugación de factores conduce a tasas de ahorro «en niveles récord», pero lo que se observa es que se lleva a efectivo y depósitos «el dinero se invierte en activos tremendamente líquidos porque en un momento dado se va a consumir».
En las familias españolas, además, se observa «una reducción tremenda de los pasivos». La conclusión de todo esto y lo que lleva a pensar en que el consumo en el futuro va a ser «bastante sostenido» tiene que ver con la riqueza de las familias que se sitúa en «máximos históricos» y tampoco se descarta que en los próximos seis meses vaya a repuntar bastante más «y esto, al final, da una sensación de seguridad a las familias españolas que, probablemente, vaya a favorecer el consumo».
En el caso de las empresas, la inversión se ha desplomado y en sus balances se aprecia la adquisición de préstamos, algo que viene básicamente de los ICO. Suben, igualmente, los depósitos «luego las empresas también están guardando dinero en activos muy líquidos porque sí que piensan que en un momento dado van a tener que invertir».
Puntualiza Tejero que «estamos sufriendo una crisis, la renta disponible cae», aún así, « las ratios de endeudamiento siguen siendo tremendamente bajos», algo que de cara a posibles inversiones es «muy positivo».
En Castilla y León la variación trimestral del PIB baja menos que la del conjunto del país, favorecido por la composición sectorial con algo menos de servicios, más industria que el resto de España, más agricultura y algo más de administración pública. También el empleo se está recuperando más en la región por lo que «mientras dure la pandemia está bastante bien situada de cara a aguantar el bache».