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Donalt Trump y Xi Jinping se estrechan la mano tras el acuerdo de hace un año. Afp
El coronavirus impide a China cumplir el acuerdo comercial con EE UU

El coronavirus impide a China cumplir el acuerdo comercial con EE UU

Delegados de ambos países revisarán los resultados de la fase 1 para desactivar una guerra comercial que se prevé larga

Zigor Aldama

Shanghái

Viernes, 14 de agosto 2020, 00:15

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La guerra comercial que le declaró a China hace ya dos años ha sido uno de los pilares de la política económica de Donald Trump. El presidente de Estados Unidos justificó la avalancha de aranceles para gravar productos chinos con el abultado déficit comercial que lastra las relaciones comerciales entre las dos grandes superpotencias. China vende a Estados Unidos mucho más de lo que le compra. Así que Trump prometió recuperar miles de puestos de trabajo perdidos como consecuencia de la globalización y recaudar miles de millones de dólares en impuestos especiales para compensar a los agricultores que se ven afectados por esos mismos gravámenes.

Según el mandatario americano, esa es la única forma de presionar a China, un país que, en su opinión, se aprovecha de las leyes del libre mercado cuando sus empresas salen al extranjero mientras erige barreras en su territorio para mantener a las compañías foráneas en desventaja. Y, aparentemente, la fórmula ha funcionado: en la fase 1 del acuerdo comercial, firmada el pasado mes de enero, Pekín aceptó importar productos estadounidenses por un valor 200.000 millones de dólares superior al de sus compras en 2017.

Pero ha pasado ya más de medio año y es evidente que no ha cumplido sus promesas. Es más, incluso ha adquirido menos productos agroalimentarios que en el mismo período de 2017, cuando debería haber incrementado ese volumen en un 50% para alcanzar los 36.500 millones de dólares previstos para el conjunto del año. Por su parte, en el sector energético solo ha cumplido con un 5% de las adquisiciones planteadas para llegar a un valor de 25.300 millones en 2020. Para hacer un pormenorizando análisis de lo sucedido, delegados de ambos países tienen previsto conversar por videoconferencia el sábado.

China argumenta que la pandemia del coronavirus ha echado por tierra los planes. Con el consumo en mínimos y crecientes dificultades logísticas, las importaciones de productos americanos se han complicado. Pero no ha sucedido así con las exportaciones chinas. Buena muestra de la situación son los datos del comercio exterior chino en julio: mientras el gigante asiático compró al mundo un 1,4% menos, vendió un 7,2% más. Comparado con las expectativas de los economistas, las importaciones del gigante asiático cayeron más de lo esperado y las exportaciones crecieron por encima de las previsiones. Así, la balanza no se equilibra, sino que se escora aún más hacia China. Concretamente, el superávit alcanzó los 62.330 millones de dólares, 20.000 millones más que en junio. En el caso de Estados Unidos, la brecha se ensanchó en un 5%.

Con esos datos, la semana pasada el candidato a la presidencia por el Partido Demócrata, Joe Biden, tachó el acuerdo firmado por Trump como «un fracaso». En su opinión, el problema está en la falta de capacidad para obligar a su cumplimiento. «Eso permite que China continúe subsidiando a sus empresas y robando las ideas de América», criticó. Lógicamente, el Ejecutivo de Trump lo ve de forma muy diferente: «La realidad es que estamos avanzando. Los números son muy buenos», afirmó el director del Consejo Económico de Estados Unidos, Larry Kudlow.

Por parte de China, el único que ha hecho comentarios hasta ahora ha sido su embajador en Washington, Cui Tiankai. Teniendo en cuenta las deterioradas relaciones bilaterales, se ha limitado a calificar de «muy positiva» la reunión del próximo sábado. No obstante, pocos tienen esperanza alguna en que sirva para mejorar la situación actual.

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