El Quesos se confía y salva los muebles sobre la campana

El sábado era ya extraño de por sí: tarde demasiado calurosa y soleada para tratarse del primer fin de semana primaveral, regreso a la competición después de varias semanas y un equipo como contrincante con buenos números en sus últimos enfrentamientos. El resultado final refleja un claro demérito local, pero también amerita el trabajo de los visitantes, que no se plantearon otra cosa en Pepe Rojo que la victoria. Y de hecho cerca estuvieron de conseguirla, porque al último minuto del partido se llegó con un 24-27 que permitía soñar a los vizcaínos. El empate no es ganancia menor, pero un triunfo hubiese supuesto todo un golpe de efecto para sus aspiraciones de alejarse de la zona baja.

Pero antes de esa última jugada pasaron muchas cosas, si bien al Quesos le hubiese gustado que pasasen muchas más. Las primeras jugadas ya sembraron dudas sobre el nivel que iba a mostrar el Entrepinares, pero el ensayo inaugural de Pablo Miejimolle despejó el nerviosismo en la grada, de regreso cuando Facundo Epinal y Timoti Morr volteaban el electrónico con dos marcas. Sería John Wessel-Bell el que respondería poniendo su sello en el partido. Partido 'rara avis', pues Gareth Griffiths erraría las dos primeras patadas, dejando sin cuatro puntos extra al VRAC que a la postre se terminarían echando de menos. Cerca del descanso Hamish Graham aliviaría con un nuevo ensayo la situación, pero el perfecto reflejo del partido se vivió en la última jugada antes del intermedio. Un error de los vallisoletanos puso en bandeja la transformación de castigo de Matías Frutos con la que se llegaría al asueto.

Tras la reanudación, todos los presentes en Pepe Rojo intuían una reacción del VRAC dadas las circunstancias y el follón clasificatorio en el que se podía meter el equipo. Casualidad o no, Gernika saltó al césped bastantes antes que el Quesos. Como si poco más tuviesen que hablar en vestuarios, al contrario que un Entrepinares que retrasó al máximo su reaparición sobre el verde. Mucho que corregir.

Los minutos pasaban sin movimientos en el marcador, y tuvo que ser de nuevo John Wessel-Bell el que despejase provisionalmente el panorama con otro ensayo sumado a su larga cuenta. Pero la respuesta de Matías Frutos, en plan Juan Palomo, puso el 24-24 a falta de poco más de 10 minutos para el final.

Afloraron los nervios. El VRAC se decidió por ir a palos para tomar ventaja y Griffiths falló, dejando el oval al Bizkaia Gernika, que jugó a la perfección sus cartas. Buscó las cosquillas al Quesos y encontró una acción a la desesperada de Wessel- Bell para evitar el ensayo que propició un castigo que de nuevo Frutos pasó. Gernika lo tenía entonces en su mano, y parecía tener controlada su mínima ventaja a la vez que jugaba con el cronómetro, prácticamente rozando el minuto 80. Llegó entonces el castigo a favor del VRAC y la decisión que las próximas jornadas dirán si fue o no acertada. El Quesos renunció a ir a por la victoria y aseguró el empate y tres puntos que le permiten, mínimamente, seguir dependiendo de sí mismo con tres complicados partidos por delante hasta la conclusión de la fase regular