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Barberá durante un acto.
Barberá: «Es pronto para hablar pero estamos en situación de estar satisfechos»
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Barberá: «Es pronto para hablar pero estamos en situación de estar satisfechos»

Los cambios técnicos apuntan a un MotoGP más democrático

Borja González

Jueves, 25 de febrero 2016, 19:33

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Héctor Barberá (Dos Aguas, Valencia, 1986) aterrizó en el Mundial de Motociclismo con quince años y siempre le acompañó el aura de estrella, de potencial campeón, de piloto talentoso. Desde su debut en MotoGP en 2010 con Ducati su nombre prácticamente desapareció del mapa, pasó a ser uno más, primero con una moto en su peor época y después con un par de inventos dramáticamente poco competitivos que le dejaban por sistema en la cola de la categoría. "Ahora parece que soy más bueno y que vuelvo a estar, pero Héctor siempre ha sido el mismo", comenta desde Andorra, en la presentación en la estación de esquí de Grandvalira de su equipo, la escudería española Avintia Racing. Barberá está siendo una de las revelaciones de la pretemporada en la clase reina -tercero en Malasia y quinto en Australia-, una pretemporada especial en la que todo se ha igualado por la llegada de la electrónica común y de los neumáticos Michelin.

"Empecé con doce años a correr en velocidad y con quince estaba en el Mundial, con dieciséis era subcampeón y con diecisiete estaba en dos y medio. Todo era muy fácil, demasiado bonito. Y en MotoGP se me nubló todo. También hay un proceso en la vida por el que te haces adulto, y aprendes con esta fase en la que todo parecíafeo. Es pronto para hablar pero creo que estamos en situación de estar satisfechos. Todos van a mejorar pero arrancar desde este punto es positivo. La electrónica única ha sido un paso muy positivo para nosotros, aunque aún tenemos que mejorarla".

El ejemplo de Barberá es una de las pruebas del aumento en igualdad que se puede vivir en este 2016 en MotoGP. Danilo Petrucci terminó segundo en Malasia, Maverick Viñales primero en Australia, el compañero de Barberá, Loris Baz, firmó un ritmo impresionante en la última prueba en Phillip Island, para terminar séptimo -justo por delante de Dani Pedrosa-. Algo podría estar cambiando aunque aún quede mucho por dilucidar y entendiendo que siempre las fábricas contarán con más recursos humanos y técnicos que los equipos privados.

"Después de la carrera de 2014 de Barcelona hablé con el jefe de mi equipo y le dije que teníamos que encontrar una solución", recuerda sobre el cambio de moto en su equipo, de Kawasaki a Ducati, hace menos de dos temporadas. "Me bajé de la moto frustrado, incluso llorando, me sentía engañado por la marca con la que estábamos. No podía ser, yo no era así de malo y me sentía fatal, y para eso prefería bajarme de la moto. Me sentía humillado. Ahí empezamos a hablar con Ducati".

Avintia Racing llegó a un acuerdo con la marca italiana que dos meses y medio después les iba a proporcionar una de sus Desmosedici. "En esas carreras de espera lo pasé fatal. De hecho, en Misano, en la última antes del cambio, acabé el último. Un desastre, no podía más psicológica ni moralmente, estaba destrozado. Y eso, aunque no quieras, se traslada a tu vida personal, y se hace duro. Desde la siguiente carrera, ya con Ducati, empecé a ver la luz. Así que para 2015 teníamos un objetivo, ser campeones de la subcategoría Open. Mi nombre empezó a sonar más y empecé a asomar la cabeza. Aunque sólo era ganar Open,que significa al final ser el trece o el catorce, porque por delante tenía catorce motos de fábrica, pero al menos era un objetivo".

Ahora, tanto Barberá como muchos otros pilotos en la categoría, sueñan con poder reivindicarse, campeones o subcampeones del mundo, ganadores de carreras, autores de podios. Aunque sin perder el sentido de la realidad.

Más igualdad

"Yo creo que las seis primeras motos, las dos Yamaha, las dos Honda y las dos Ducati, por regla general van a estar delante de manera constante, peleando por los podios. A partir de ahí es donde va a haber mucha más igualdad. Y alguno o algunos de los de delante pueden tener un mal día y te puedes colocar con opciones de un quinto, de un cuarto. Los circuitos van a condicionar mucho, cómo se adapte cada uno, pero las diferencias son mínimas. En Malasia di unas cuatro vueltas detrás de Lorenzo y más o menos las podía aguantar, y allí Jorge tenía como medio segundo más que el resto. En Australia me pasó igual con Márquez. Esto hace un tiempo era inviable, me podrían haber metido tres segundos en una vuelta".

Un cambio del panorama que hace que también los pilotos lleguen con más hambre al inicio del Mundial, con la sensación de que en este 2016 pueden pasar muchas más cosas. "Es complicado saber qué puedo hacer, pero intentando ser realista creo que del quinto al décimo podrían estar nuestras posiciones. Pero, si te soy sincero, no me conformo con eso ahora mismo. Tal y como he visto cómo han ido los tests, no firmaría un quinto puesto".

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