Carlos Sainz toma el rumbo hacia el podio

El madrileño demostró en su primer viernes en un circuito italiano como piloto de Ferrari que, sin lanzar las campanas al vuelo aún, ya le ha cogido la mano al SF21 y desde el primer momento que pisó la pista de Imola fue competitivo. No fue un viernes común para él, dado que aún no tiene la experiencia que su compañero Charles Leclerc, y sin embargo supo situarse en una posición en la que puede afirmar sin miedo a pecar de pretencioso que puede aspirar al podio.

Sexto por la mañana y cuarto por la tarde, Sainz cuajó un viernes que ya hubiera querido firmar su compañero. Leclerc no acaba de sentirse cómodo con el comportamiento del SF21, y la mejor prueba de ello es el absurdo accidente que tuvo al final del día. En la entrada de la Arrabiata 2, una de las curvas más complejas del circuito de Imola, el monegasco se fue contra el muro tras intentar controlar, sin éxito, la trasera de su coche, que se fue sin remedio. La clave es que el sobreviraje le vino en la entrada de la curva y no en la salida o a mitad de la trazada, que es lo más habitual.

La aspiración de Fernando Alonso y de Alpine para esta carrera es llegar a la zona alta de la zona media. No es lo mismo ser cabeza de ratón que cola de león, y en Baréin parecía que Alpine estaba en la cola de ratón, que es donde nadie quiere estar. Ahí se sitúa Haas, condenado con un coche que es poco más que un apaño del de 2020 y un piloto como Nikita Mazepin que es carne de 'meme' por sus continuas salidas de pista y trompos. Este viernes protagonizó tres, al menos que se enfocaran en televisión.

Visto que en esa zona solo hay lugar para la sordidez y el humor burlesco, Alpine quiere salir de ahí cuanto antes. Por eso han llevado a Imola un nuevo fondo plano, un difusor retocado y algunas modificaciones menores con las que mejorar las sensaciones. Lo visto este viernes confirmó que, si bien el paso no es tan largo como aspiraban (al menos de momento), sí han tomado la dirección correcta.

Pese al susto que protagonizó Esteban Ocon en los primeros libres (se tocó con Sergio Pérez y acabó abandonando), en la segunda tanda sacaron un buen resultado. Bueno si se pone en contexto: undécimo para el francés y decimotercero para Fernando Alonso. Visto que en Baréin el español solo pudo ser decimoquinto y decimosexto en los libres, y a más de dos segundos del mejor del día, quedarse a menos de segundo y medio de Bottas (el dominador de la jornada en Imola) y a apenas dos décimas del 'top 10' es un resultado más que positivo.

'Piano, piano', Alonso sigue readaptándose a la Fórmula 1 e incluso se atreve a guardarse cosas para los sábados. En un trazado como el de Imola, donde adelantar es muy complicado sin ayuda del DRS, la clasificación es clave. Que se lo cuenten al asturiano, que tiene grabado a fuego aquel Gran Premio de San Marino de 2005 en el que sostuvo la victoria gracias a su defensa numantina sobre Michael Schumacher. Por eso, las dos horas de ensayo de este viernes las dedicó a poner a punto el A521 sin buscar una vuelta de clasificación óptima, algo que hará este sábado. Y aún le queda algo en la manga: no abrió el DRS en ninguna de sus vueltas rápidas, ni mucho menos en las de ensayo de carrera.

Por delante habrá que ver si los problemas que tuvo Red Bull este viernes se reproducen. Max Verstappen sufrió una avería en la caja de cambios cuando, en un salto sobre uno de los altos pianos de este circuito, rompió la transmisión. Tuvo que dejar el monoplaza aparcado. Un problema fácilmente reparable para plantar cara a los Mercedes, que sin esa ventaja que tenían el año pasado, siguen siendo firmes candidatos para el resto del fin de semana.