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Colin Chapman y Jim Clark, un binomio que hizo historia en la F1 de los años sesenta y que protagonizó un curioso incidente.
Chapman y la policía
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Chapman y la policía

El Gran Premio de Holanda de 1965 culminó con el triunfo de Jim Clark con Lotus,pero Chapman no pudo celebrarlo porque aquella noche durmió en la comisaría

santiago de garnica

Sábado, 15 de octubre 2016, 13:58

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La policía del holandés circuito de Zandvoort allá por los años sesenta debía ser muy celosa de sus obligaciones, pero poco conocedora del mundo de la F 1. Ya en el año 1963 nada menos que Jim Clark lo sufriría en carne propia. Durante los entrenamientos, el escocés se fue a ver una curva tras los estands para estudiar el paso de sus rivales. Uno de los policías le acusó de no tener el pase adecuado y, ni corto ni perezoso, lo detuvo y se lo llevó al puesto de los gendarmes del circuito. Y solo tras largas discusiones fue liberado. El domingo, ante miles de ojos incluido los de su guardián, Clark ganó con Lotus el Gran Premio de Holanda de aquella temporada en que el gran escocés logró su primer título mundial.

Pero si aquello apenas trascendió fuera del ambiente de la Fórmula 1, no ocurriría lo mismo con un incidente que hizo correr mucha tinta dos años después y que tuvo como protagonista al creador de los Lotus, al gran mago de la Fórmula 1 Colin Chapman.

Hacía mucho calor aquel 18 de julio en el que se disputaba el Dutch Grand Prix de 1965. En aquella época, se colocaba un brazalete identificativo, pero Colin Chapman, al llevar un polo de manga corta, en lugar de en el brazo se lo colgó del cinturón. Tras hablar en la línea de salida con Jim Clark, volvió a su box para seguir desde allí la carrera. Pero en el camino un policía auxiliar encargado de desalojar la pista no vio el brazalete oficial de Colin y agarrándole con fuerza le lanzó al otro lado de los guardarraíles de protección. Chapman, enfurecido, le pegó un puñetazo en pleno rostro.

El patrón de Lotus ya casi ni se acordaba de este incidente y siguió la carrera de sus pilotos desde el box saltando finalmente a la pista para alzar los brazos (como era su costumbre) al paso de Clark bajo la bandera a cuadros como vencedor de la carrera.

Batalla en el box

Al volver a su box se sentó en una mesa y un grupo de policías le ordenaron que les acompañara. Chapman se negó y los agentes lo agarraron por los brazos mientras el ingeniero pedía ayuda a gritos a sus mecánicos que, ni cortos ni perezosos, tiraban de las piernas. Incluso en pleno rifirrafe hubo un policía que le agarró del pelo. Finalmente, las fuerzas del orden se lo llevaron detenido hasta la dirección de carrera, adonde acudió en su socorro el corpulento sir Louis Stanley, el patrón de BRM y una de las figuras con mayor autoridad en el ambiente de la Fórmula 1 de los años sesenta. Buen negociador y apoyado por los organizadores, Stanley logró un acuerdo de compromiso: la policía dejaba irse a Chapman a su hotel para ducharse y cambiarse de ropa, mientras a la espera de su regreso el director de carrera se quedaba con ellos como garantía.

Dos horas más tarde, Big Lou, como se conocía a Stanley, llevó personalmente a Chapman en su impresionante limusina al cuartelillo, donde el ingeniero pasaría la noche como detenido.

Jim Clark había tenido que irse nada más acabar la carrera y estaba previsto que Colin le representase en la fiesta de entrega de premios, que se celebraría aquella noche, como era costumbre de la época, en un hotel que había junto al circuito. Ante la situación que se había producido, Colin encargó al periodista Gérard Crombac que fuera él quien recogiera los trofeos y de paso realizara una incendiaria declaración. Al llegar al hotel, Crombac avisó a los organizadores de sus intenciones y estos, al conocer que Chapman estaba detenido, decidieron suspender el acto.

Diseñando en el calabozo

Más tarde, una serie de seguidores de Lotus se dirigirían al cuartel de la policía para entonar canciones de ánimo a Chapman. Este no perdió el tiempo y con un lápiz se dedicó a trazar en grandes líneas en el reverso de la hoja de denuncia lo que sería el monoplaza de Fórmula 3 de la temporada siguiente: una noche bien aprovechada por el gran genio de la F1.

Al día siguiente, la Embajada del Reino Unido puso a los miembros del equipo en contacto con un abogado que se ocuparía de la defensa de Chapman en la vista que se celebraría el martes. Chapman perdió el proceso, pero la sala del tribunal estaba repleta de periodistas ingleses y sus medios criticarían en días posteriores de forma contundente la actuación de la policía holandesa. El abogado, al ver el impacto de aquel proceso, decidió pasar una factura a Chapman muy elevada y este se negó a pagar. El letrado viajaría más tarde a Londres para renegociar su minuta, pero murió electrocutado en la bañera de su hotel la mañana de la reunión, un triste hecho que impactó a Chapman y a su equipo.

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