«El Dakar 2020 está diseñado para que acaben pocos», afirma Roberto Carranza

A principios del mes de diciembre, Roberto Carranza se desplazó con el 'buggy' a Marsella, donde la gran mayoría de los participantes embarcaron sus vehículos rumbo a Arabia Saudita. La semana pasada mantuvo en Madrid la última reunión previa al viaje a la península arábiga con el fin de concretar los últimos flecos y detalles junto con el equipo GPR Sport en el que se integrará para contar con el apoyo técnico y de logística imprescindible.

El nuevo vehículo de Roberto Carranza es un 'buggy' GPR20 construido específicamente para el Dakar. «Es completamente novedoso, una especie de 'pick up', pero más pequeña. Lleva un motor de unos 190 caballos para un peso total de unos 900 a 1.100 kilos. Lleva tracción 4x4, un diseño moderno, frenos y suspensión mejorados, cristales térmicos, neumáticos BC Goodrich 30/10R14 y un sinfín de especificaciones que hacen de este prototipo un excelente vehículo de competición», señala Roberto Carranza, que apenas ha tenido oportunidad de probar el vehículo. «La fabricación del 'buggy' se ha retrasado y llegamos un poco justos. Apenas hemos tenido tiempo para probarlo y de hecho tras las primeras tomas de contacto vimos que había un problema con un diferencial que hubo que arreglar, por lo que no pudimos probar el 'buggy' en Marruecos, en dunas, tal y como deseábamos. Así, llegamos un poco verdes en cuanto a relación con el 'buggy', así que tendremos que probar muchas cosas sobre la marcha», afirma Roberto Carranza quien a pesar de todo reconoce que los pocos kilómetros que ha hecho con el GPR20 demuestran que «es un vehículo muy estable, con potencia pero a la vez fácil de llevar. Lástima no haberlo podido probar en arena y sobre todo en dunas, que es donde me manejo mejor», lamentaba el piloto vallisoletano. Por todo ello, Roberto y su copiloto viajarán el mismo día 31 rumbo a Arabia Saudí porque la organización permite recoger el vehículo el día 1 y probar de nuevo las condiciones del coche en un circuito especialmente diseñado para entrenamientos y pruebas, previo a la salida del rally el día 5 de enero. «Queremos estar ahí. Llevamos material para cambiar en caso de que surjan problemas y queremos estar ese par de días probando el coche sobre el terreno», comenta Carranza.

Junto al vallisoletano viajará todo el equipo GPR Sport compuesto por veinticuatro personas entre pilotos, mecánicos, asistentes y logística. Todos ellos con parte de su material personal, ya que otra gran parte viajó con los vehículos de apoyo (dos camiones de asistencia, una furgoneta Mann, una autocaravana, tres vehículos de asistencia, una furgoneta de nueve plazas y los tres 'buggys' de competición).

«Lo único que apenas llevo es ropa de calle, del resto un maletón lleno», comenta entre risas Carranza, que también señala a su compañero Juan Carlos Fernández como una pieza fundamental e imprescindible en el equipo. «En esta edición del Dakar la navegación va a suponer más del 60% del éxito en carrera. Habrá etapas que acabarán de noche y eso en el desierto son palabras mayores. Además, en esta edición facilitarán el 'roadbook', el libro de carrera con los controles, etc, apenas una hora antes del comienzo de la etapa, por lo que habrá que confeccionar la ruta prácticamente sobre la marcha».

El hecho de celebrarse el Dakar en un país hermético como es Arabia Saudita, regido además por unas estrictas leyes musulmanas ha obligado a los pilotos a tener muy en cuenta una serie de consideraciones para evitar problemas. «Nos han facilitado una serie de recomendaciones que debemos cumplir para no sufrir sanciones o cosas peores. Así, no podemos ofrecer muestras de cariño en público, es decir evitar los abrazos y besostanto con personas del mismo o distinto sexo. Tampoco podemos ir de la mano, ni con pantalones cortos fuera del campamento. Las mujeres deben ir con el cabello tapado, no se puede llevar ni tomar alcohol.... Bueno, nos han obligado a firmar una especie de manifiesto de buena conducta», cuenta Roberto Carranza.

Pese a ello, el piloto vallisoletano considera que «contra lo que pudiera pensarse, estoy convencido de que este rally, con una espectacular repercusión mediática por quienes compiten –Fernando Alonso, Carlos Sainz, etc–, servirá para abrir un poco el país a otras costumbres. Hasta hace muy poco no se permitía conducir a las mujeres en Arabia, ahora sí; tampoco se les permitía ir al fútbol, ahora sí y además vamos a coincidir con la Supercopa de España».

Tampoco ve Roberto Carranza un especial problema con el terrorismo. «Nosotros somos deportistas e intentamos estar al margen, pero si participan gente como Fernando Alonso, etc, es que la seguridad es suficiente», afirmó.

Pese a que Roberto Carranza tiene mucha experiencia de conducción en desierto, arena y dunas, por sus muchos años organizando raid por Marruecos, no duda en calificar este Dakar como «muy duro físicamente y también psicológicamente. Hay que saber aguantar y cuando aguantar. Para nosotros será como una gran partida de ajedrez, donde tienes que calcular muy bien todos tus movimientos para finalizar las etapas y conservar la mecánica. Son un total de doce etapas y un día de descanso. Las etapas tienen, en mi opinión, un kilometraje excesivo, pero no tanto por los tramos cronometrados, sino por el tema de los enlaces. Hay etapas con casi 400 kilómetros cronometrados y casi otros tantos de enlace. Y es que es muy importante acabar la etapa, pero si no llegas al campamento también estas eliminado y cuando los enlaces son muy largos te pasas diez o doce horas al volante. Y cuando llegas al campamento apenas tienes tiempo para descansar o para arreglar los posibles desperfectos en el vehículo. Es una tensión diaria muy dura», afirma Roberto Carranza que tiene la experiencia del Dakar disputado en Perú en enero pasado.

«Las primeras etapas son una mezcla de piedras y arena, lo que supone todo un riesgo para la mecánica. Tras la etapa de descanso llegarán las dunas, pero muchas dunas, con lo que ello conlleva de una conducción más lenta. Hay una etapa con 450 kilómetros exclusivamente de dunas... no sé a qué hora acabaremos. Yhay que tener en cuenta la climatología, ya que los contrastes de temperatura entre el día y la noche son brutales y nos han recomendado llevar ropa de abrigo para las noches...», señaló el piloto vallisoletano. , que no dudó en afirmar que «este rally Dakar parece diseñado para que acaben muy pocos pilotos... y es una pena que no hayamos podido probar un poco más nuestro vehículo», volvió a lamentarse Carranza. «Podría conformarme este año con terminar, debido a esos pequeños problemas que hemos tenido con el 'buggy', pero vamos con la intención de mejorar la clasificación de Perú».

En este tipo de carreras, con una fuerte competitividad y además con un enorme número de participantes se plantea muchas veces el tema de las ayudas a los pilotos accidentados o con problemas mecánicos. «Hay una gran infraestructura de ayudas en carrera, tanto por parte de la organización como por parte de los diferentes equipos privados, pero nosotros mantenemos la filosofía de pararnos a interesarnos por cualquiera que solicite ayuda y más aún si es español. En carrera no hay nadie que mejor te pueda ayudar que nosotros mismos, los pilotos. Y si hay que echar una mano a algunos de los que se juegan la victoria final, por supuesto que se le ayudará en lo que sea posible. Lo que deseamos nosotros es regresar a España el día 19, que supondrá que hemos llegado a la meta de Riad».