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Germán de la Puente escala la cascada Adrenalina en Gavarnie. EL NORTE
Por los techos del mundo

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El Ciclo de Proyecciones de Montaña Ciudad de Palencia contará, a partir de mañana, la experiencia de seis montañeros sobre las cimas

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Domingo, 4 de febrero 2018, 10:28

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Reto. Una palabra que solo contiene cuatro letras y sirve como objetivo para millones de personas diariamente. Para los montañeros significa que los límites los marcas tú. «De la montaña me encanta todo. He ido a montañas fáciles o difíciles y complejas. Sentirse en el medio natural es algo que me entusiasma y tener siempre algún reto es algo que me ha enganchado siempre», reconoce Isidoro Rodríguez, que lleva cincuenta años escalando cimas y disfrutando de la naturaleza. El experimentado montañero aterriza el miércoles en el Ciclo de Proyecciones de Montaña Ciudad de Palencia para narrar y mostrar todo lo que rodea a Peña Santa, una montaña a la que sube anualmente.

PROYECCIONES:

  • ‘Un año de mi vida’ Germán de la Puente. LUNES, 5 DE FEBRERO.

El salón de actos del Centro Cultural Provincial acoge del 5 al 9 de febrero el Ciclo de Proyecciones de Montaña Ciudad de Palencia, organizado por el Club de Montaña Espigüete y coordinado por Tente Lagunilla. Seis montañeros, tres de ellos palentinos, compartirán sus aventuras y sus imágenes a partir de las 19:45 horas.

60 días en soledad

«Voy a contar una aventura, una vivencia de dos meses sola en una zona remota de Alaska, donde fui a escalar una nueva ruta en una pared bonita, técnica y de complejo acceso. Diecisiete días de permanencia en la pared para abrir una vía a la que llamé ‘Un pas més’ -un paso más, en catalán- y 540 kilómetros de porteos para ir y volver de la pared, cargando con todo el material y la comida para todo ese tiempo con 150 kilos repartidos en 6 bultos», narra Sílvia Vidal. La montañera catalana estuvo incomunicada, sin radio ni teléfono ni gente que le ayudara a cargar con el material. Sus aventuras cerrarán el ciclo de proyecciones el viernes.

«Me encanta estar en la montaña, es un paraíso para mí y siempre estoy contento allí»

GERMÁN DE LA PUENTE

«De la montaña me gusta todo y el hecho de tener siempre un reto es algo que me entusiasma»

ISIDORO RODRÍGUEZ

«Me gusta la posibilidad de poder conocer a fondo a las personas en los momentos difíciles»

JERÓNIMO LÓPEZ

«Muchas veces, más que la cima, buscas la dificultad, porque llegar arriba no es el único objetivo»

LEOPOLDO ESCUDERO

«Parte de la escalada es el no tener que llegar a la cima porque volver tiene que ser el objetivo»

LOURDES ROJO

«Estoy orgullosa de todas las ascensiones. Cada una, en su momento, supuso un reto para mí»

SÍLVIA VIDAL

Antes de poner el cierre, llega la apertura, a cargo del escalador palentino Germán de la Puente. Entre sus últimas aventuras destaca haber realizado en 19 horas la ascensión de los tres picos: Espigüete, Curavacas y Peña Prieta, partiendo a las once de la noche de Vidrieros y retornando a las siete de la tarde del día siguiente. «Andamos al Espigüete de noche y le escalamos de noche por el corredor noreste y llegamos a la cumbre a las cuatro de mañana. Tuvimos suerte porque pillamos la nieve muy dura», rememora De la Puente, que al día siguiente de esta aventura no podía levantarse de la cama -a pesar de los ibuprofenos-. La aventura que narrará el palentino se titula ‘Un año de mi vida’. Todas las actividades en la naturaleza que ha hecho desde el invierno de 2014 hasta el invierno de 2015.

Este ciclo de proyecciones cuenta con tres generaciones que van desde Tente Lagunilla, coordinador de la actividad y experimentado montañero palentino hasta Germán de la Puente, pasando por Leopoldo Escudero. Lagunilla fue uno de los que introdujeron a Escudero en el mundo de la montaña, del que ya no se ha querido bajar. Mientras que, ha querido la casualidad, que Escudero fuese uno de los profesores de los cursos al aire libre que impartía antiguamente el Patronato Municipal de Deportes y donde De la Puente conoció la montaña.

Por su parte, Leopoldo Escudero y su esposa Lourdes Rojo, ambos palentinos, han recorrido la península ascendiendo a los picos más altos de cada provincia española, argumenta Leopoldo Escudero. «Es una ponencia que vale para todo el mundo, para el que hace alta montaña y para el que hace senderismo», señala Lourdes Rojo, cerebro pensante de este proyecto que ha llevado a cabo aprovechando puentes y de turismo al mismo tiempo. «Siempre procurábamos aprovechar el viaje para hacer turismo, desde un monasterio a cualquier monumento natural y todo eso intentaremos contar en la proyección», agrega Escudero.

El cambio climático también llegará a Palencia de la mano de Jerónimo López y centrado en la Antárdida y el Ártico. Este montañero gallego convirtió de su pasión por la montaña su profesión y es Doctor en Ciencias Geológicas y profesor de Geodinámica Externa en la Universidad Autónoma de Madrid. «Como geólogo me gusta, además de subir las montañas, estudiar cómo se forman y todas las cuestiones que aborda la geología», señala López, que formó parte de la primera expedición española en llegar a la cima del Vinson -el pico más alto de la Antártida- en 1990.

«Voy a hablar de estas montañas y de lo que pasa en los polos, con el hielo, el cambio climático actual y las consecuencias que puede tener en el planeta», resume el montañero y geólogo, que ha estado muchas veces sobre la vertiente sur de la Cordillera Cantábrica, en el Espigüete, entre otros picos.

Jerónimo López, a la derecha, en el Everest,
Jerónimo López, a la derecha, en el Everest, EL NORTE

Sobre la montaña más alta del planeta sin oxígeno

El 14 de octubre de 1988 se convirtió en el primer gallego en coronar el Everest. Lo hizo formando parte de la expedición Everest’88-Epson y, además, lo consiguió sin oxígeno y pasando tres noches en el pico más alto del mundo -de 8.848 metros-. «En aquella época no era común, eran los primeros tiempos de subir a estas montañas tan altas sin usar oxígeno», reconoce Jerónimo López, montañero y Doctor en Ciencias Geológicas y profesor de Geodinámica Externa en la Universidad Autónoma de Madrid. «Sí que era un reto porque el Everest tiene diferencias grandes con respecto a otros ochomiles porque aquí tienes que dormir una noche más antes de hacer cumbre, así que son más horas. Yo pasé tres noches en el Collado Sur, dos antes de subir y otra bajando», rememora casi 30 años después.

«El objetivo no era lograrlo sin oxígeno pero se dieron así las circunstancias. Teníamos una botella por persona para el tramo final o por si pasaba algo, un compañero se encontró mal, había agotado su oxígeno y yo le pasé mi botella», narra. «Como yo no había tomado previamente, pues estaba adaptado pero iba cansado», concluye.

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