El pádel segoviano ya tiene un referente
Jimena Velasco, de 16 años, es la primera jugadora de esa edad en alcanzar los octavos de final en una prueba del circuito profesional
sergio perela
Segovia
Viernes, 16 de abril 2021, 10:04
Tiene tan solo 16 años y lleva cuatro entrenando en serio y con dedicación. Empezó en las escuelas deportivas de su pueblo, San Cristóbal, hasta que Iván García, su actual entrenador, la convenció de que tenía cualidades. Abandonó el fútbol sala, al que también jugaba, y se volcó. «A mí me gustan mucho los deportes de equipo y de pareja. Creo que jugar con una compañera que te esté animando, que te esté apoyando, tanto en los buenos como en los malos momentos, a mí me gusta mucho», esgrime Jimena como argumento de su pasión por el pádel. Una pasión que se convirtió quizá en algo más cuando consiguió irrumpir por primera vez en un cuadro final del World Pádel Tour en la primera cita de la temporada, el Open de Madrid, siendo junto a su pareja, la barcelonesa Noa Cánovas, las dos jugadoras más jóvenes en conseguir ese logro.
«Nos llevamos muy bien fuera de la pista, entonces dentro todo va mucho mejor», dice sobre su compañera la joven segoviana. «Jugué contra ella en 2018 en la final del Campeonato de España y a partir de ahí empezamos a hablar. La escribí yo para jugar el año pasado y llevamos jugando juntas todo este año», cuenta acerca de la construcción de una pareja bien avenida, algo muy complicado en el mundo del pádel. Y más cuando una está en Barcelona y la otra en Segovia.
«Hemos hecho una pretemporada muy dura. Estoy muy contenta con el trabajo que hemos hecho, pero venimos jugando muy bien, muy contentas y con mucha confianza y eso también es importante para llegar a donde hemos llegado», comenta Jimena sobre el camino recorrido junto a Noa para convertirse ambas en la pareja más sorprendente del escalafón mayor del pádel. Y eso que juntas no entrenan: «Hablamos para estar en contacto y ver qué tal todo, pero juntas no hemos planificado temporada ni nada», así que todo ha terminado saliendo. Y tan bien que a Jimena le sigue pareciendo «increíble que hayamos llegado a octavos de final». Porque lo de entrar en el cuadro final, ella no lo veía tan lejano dada la confianza que tenía en el trabajo hecho, «pero el día que entramos en octavos, eso ya sí que no estaba para nada en nuestros planes. Pero bueno, muy contentas. Sabiendo que probablemente no se pueda repetir en todos los torneos, o sea que aprovechar y estar muy contentas por esto. A disfrutar el momento».
En octavos del torneo de Madrid estaban las 16 mejores parejas del mundo y allí estaban ellas, dos adolescentes haciendo historia. «Tuvimos un poquito de suerte», sostiene con una sonrisa.
Un crecimiento veloz
Cuando se pregunta a Jimena sobre la volocidad de su crecimiento como jugadora, ella sonríe y dice que todo ha ido «demasiado» rápido. Su primer Campeonato de España lo disputó en 2016 y cayó en octavos, como en 2017. En 2018 ya fue campeona de España, en 2019 perdió en semifinales y este año toca retomar porque el pasado no hubo. Cosas de la pandemia.
Quizá su entrenador haya sido el menos sorprendido por el logro puntual alcanzado por Jimena Velasco hace apenas una semana. «Iván siempre me ha dicho las cosas como son, siempre me ha dicho que puedo llegar hasta donde yo quiera y que últimamente veníamos trabajando muy bien. Fue un poco como a mí, no le sorprendió que entráramos en cuadro porque teníamos opciones, pero ya lo de octavos fue una locura...demasiado locura».
«Segovia es uno de los sitios donde menos se juega»
Segovia no tiene ni un gran número de federados, ni una tradición de pádel histórica, pero Jimena entrena aquí e incluso tiene tiempo para instruir a niños de edades comprendidas entre los 5 y los 12 años. «Noto que después del coronavirus está viniendo muchísima más gente a jugar al pádel», dice. «Yo no suelo ir a muchos más clubes, pero estoy viendo que aquí cada vez viene más gente a entrenar». Eso a ella le viene muy bien, porque así puede entrenar con chicos de mayor edad, de hasta 30 años, que suben la exigencia física de cada entrenamiento y de cada día de trabajo.
Ganar, el éxito deportivo y logros como estos pueden descolocar a una jugadora joven como Jimena, que en estos momentos todavía está asimilando todo lo que está ocurriendo a su alrededor. «Cuando vengo al club todo el mundo me felicita, también en el instituto, que me resulta raro que me feliciten los profesores y tal. Pero soy una persona que no le quiere dar muchas vueltas porque es más importante mantenerse con los pies en la tierra porque esto puede pasar una vez y no más. Es mejor no creérselo mucho». Un mensaje que sus padres también intentan transmitirle siempre, «son los primeros que me ponen los pies en la tierra».
El sueño de ser profesional
Está claro que, con todo el tiempo que dedica y cómo hace que su vida actual orbite en torno a su deporte, en el corazón de Jimena Velasco late el sueño de ser profesional, de poder vivir del pádel. No obstante, cuando se lanza esa pregunta, la respuesta es muy pragmática: «Lo primero es seguir estudiando, porque al final del pádel viven muy pocas jugadoras. Si sigo entrenando como estoy entrenando, porque vengo muy contenta a entrenar; a los torneos voy con muchas ganas, yo creo que poco a poco iremos entrando en el círculo de más arriba».
Para romper ese techo y entrar de forma más asidua en esas fases finales de torneos de primer nivel, ella cree que lo que más necesita es experiencia. «Jugar contra jugadoras que llevan partidas a punta pala y yo, como quien dice, llevo jugados cinco o seis torneos, la experiencia se nota. Pero al final eso es jugar y jugar y jugar y jugar». Su mayor virtud, dicho por ella pero también por los que más la conocen y más cerca están, sus padres y su entrenador, Iván García, es la cabeza. «Puedo ir perdiendo un partido, pero no lo tiro, sigo luchando hasta la última bola. Esa es una de mis mayores virtudes».
En el otro lado, en el de detalles a pulir, ella se fija mucho en una jugadora como Bea González, número 10 del ránking WPT y finalista precisamente en el Open de Madrid. «Iván me dice que el día que mueva los pies como ella, estaré ahí arriba lo que yo quiera estar. La movilidad, que la estoy mejorando poco a poco, pero tengo que seguir».
Este fin de semana vuelve al ruedo, se marcha a Alicante en busca de otro Open en el que seguir creciendo y sorprendiendo.
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