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Viernes, 1 de marzo 2019
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Óscar Husillos atravesó la meta golpeándose el pecho y lanzando un grito en Glasgow tras conseguir su pase a la gran final del Europeo bajo techo. El palentino necesitaba liberar tensión, esos nervios que le habían atenazado en las series matinales, donde logró el pase medio gas, pero sin encontrar sus mejores sensaciones. Tras su gran exhibición en las semifinales (46.31), Husillos confesaría que la presión le había traicionado por la mañana.
Pero el velocista se centra ya en la final de mañana, 21:22 horas, donde se va a enfrentar al gran favorito, el noruego Warholm que firmó un estratosférico 45.95 en su semifinal, donde Lucas Búa también logró su pase por tiempos (46.81).
Husillos se movía nervioso antes de colocarse en los tacos para tomar la salida. El palentino era consciente de que necesitaba encontrarse para mantener sus opciones a la medalla. Y vaya si lo hizo. El velocista dejó sus nervios atrás al mismo ritmo que su braceo marcaba la diferencia. El paso por el 200 dejaba claro que nadie iba a discutir la presencia de Husillos en su tercera gran final internacional en un año.
Husillos correrá mañana sin esa tensión, consciente de que ahora mismo tiene una medalla en sus piernas.
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