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Carolina Marín, durante un partido.
Carolina Marín, la ‘indignada’ del bádminton
Polideportivo

Carolina Marín, la ‘indignada’ del bádminton

La jugadora exige la dimisión del presidente de su federación mientras sus entrenadores negocian un nuevo contrato

Javier Bragado

Jueves, 25 de junio 2015, 15:24

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La sociedad ha trasladado los recientes aires de inconformismo a los deportistas en los últimos tiempos. Los mejores tenistas españoles han reclamado la salida de Gala León como capitana de la Copa Davis y las futbolistas de la selección femenina española han exigido la salida del cuerpo técnico. Carolina Marín se ha fijado en el ejemplo de su idolatrado Rafael Nadal y se ha reenganchado a la cadena de reivindicaciones pidiendo que el presidente de la Federación de Bádminton, David Cabello, abandone su cargo en menos de 48 horas.

El motivo por el que la número uno del deporte de los volantes ha agarrado otra vez la bandera de la indignación es económico. A principios de año ejerció como líder de los jugadores del bádminton para rechazar los acuerdos y formas con los que se iban a repartir los derechos de imagen. Aquel desafío pilló a pie cambiado a la federación y se perdieron los Europeos porque al no firmarse el acuerdo no cumplían los requisitos para competir. No obstante, en este caso la reclamación es más individual. «Estoy decepcionada. No imaginaba que un oro pudiese dar tantos problemas. He llegado a pensar que me da igual la medalla, que casi prefería no ganarla», confesaba este jueves en Santander en uno de los cursos de la Universidad Menéndez Pelayo. La noche en que se coronó no pudo dormir por su inesperado triunfo deportivo pero el insomnio ahora es por euros. «He llorado muchas veces. A las 12 de la noche he llamado llorando a mi entrenador (Fernando Rivas). Cuando debía descansar estaba llorando. He tenido pesadillas...», criticó Marín en uno de sus duelos entre su mente y su carácter pasional. «Se me ha amenazado a través de mi representante, me he sentido como una porquería. Algo que era tan bonito... No se ha ayudado en nada», detalló. Tras esta declaración le invitó a trasladar esas amenazas o «una rectificación urgente».

Nueva estrategia

Carolina Marín ha decidido pasar al ataque de nuevo preparada por su nuevo representante, José Rodríguez, mientras que sus entrenadores negocian un nuevo contrato con ofertas del extranjero en la mesa imposibles de igualar en España (ni siquiera con la suma de la beca ADO que comparten Marín y su entrenador). «Espero la dimisión del presidente (David Cabello) el próximo sábado», lanzó en Santander para fijar la fecha de la próxima asamblea de la Federación de Bádminton como límite. Además, la andaluza denunció las presiones sobre Rivas, quien reconoció en el mismo acto que se le ha ido «degradando», «quemándole», dejó entrever que las cuentas que les han enseñado no han sido claras y aseguró que ha pasado dos meses de insomnio.

«No pienso dimitir porque no sé las razones y lo haré cuando me lo pida el conjunto del bádminton. Hay una razón detrás que yo creo que la gente ya se la está imaginando: controlar la federación desde el entorno de Carolina Marín para hacer y deshacer como les parezca bien. Ya se ha rodeado de personas expertas en ese tipo de cuestiones», argumentó David Cabello. «Si ella quiere un proyecto individual lo entenderemos. Pero la federación paga absolutamente todos los gastos y los premios en metálico son para ella. En cambio, Nadal se paga él a sus entrenadores, a su equipo técnico...», destacó al comparar a la jugadora con su referente.

Ha cambiado mucho la situación de Fernado Rivas, el entrenador-tutor que reclutó para el Centro de Alto Rendimiento de Madrid cuando la onubense tenía 16 años y que mantenía un tratamiento fraternal con David Cabello desde que le ofreció la oportunidad en la federación. «El compromiso con el proyecto es el mismo. Es un reto mayor, pero el objetivo de la federación no es sólo que Carolina o Beatriz (Corrales) lleguen a lo alto. El objetivo es que haya más», aseguraba Rivas en diciembre de 2013. «Es lo que más me ha dolido. En momentos ha sido un hijo y un hermano pequeño. Dicen que de bien nacidos es ser agradecido y yo le conozco desde que tenía 12 años y le inicié pensando en que sería la persona que liderara un proyecto de alto nivel en España», confiesa ahora Cabello. Pero en 2015 las cosas se han volteado tanto que la indignada Carolina Marín ha lanzado un órdago: «Si se va Fernando, me voy yo». En los países en los que el bádminton es un deporte de masas les esperan con los brazos abiertos.

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