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Alberto Figueiro, este martes en el Acueducto.
Un viaje guiado por la emoción
polideportivo

Un viaje guiado por la emoción

Alberto Figueiro promociona por media España un duatlón que creó para impulsar la investigación sobre el cáncer tras la muerte de su hermano por leucemia

nacho sáez

Martes, 13 de enero 2015, 22:18

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Hace dos años, Luis Miguel Figueiro Lú se empezó a encontrar mal de pronto. No tuvo tiempo para luchar contra la enfermedad que se estaba cebando con su organismo ya que trece días después murió de una leucemia aguda. Su familia se llevó un golpe durísimo, pero su hermano vio en la tragedia una oportunidad de aportar su granito de arena a la investigación sobre el cáncer.

Alberto Figueiro puso en marcha un duatlón solidario en el que toda la recaudación iría destinada a los proyectos de investigación vinculados a la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Lo bautizó Lúatlón como guiño a su hermano y era la forma de rendirle un doble homenaje. Por un lado, ayudando a combatir la enfermedad que acabó con su vida, y por otro recordando su faceta como deportista, ya que Lú, según explica Alberto, practicaba remo. Había llegado a formar parte de la selección española de este deporte. También quería empezar a correr duatlones o triatlones, por lo que animaba a Alberto, que se dedica a organizar eventos deportivos, a que creara una prueba de este tipo.

A los 33 años todas las ilusiones de Lú quedaron truncadas por una leucemia. Su hermano Alberto, que hoy tiene 39, lucha para que su recuerdo no muera también y estos días se está cruzando media España promocionando ese duatlón que puso en marcha hace un año. El próximo 1 de febrero se celebrará la segunda edición, y Alberto quiere conseguir batir la cifra de 1.000 participantes que reunieron en la primera edición. El pasado día 7 salió de su casa en O Grove (Pontevedra) y ha ido recorriendo diferentes ciudades a pie y en bicicleta en su camino hasta Madrid, adonde llegará mañana.

Este martes hizo un alto en Segovia recién llegado de Valladolid, mientras que hoy volverá a ponerse en marcha para ir hasta Villalba. Cada etapa de este viaje que ha emprendido ha tenido un máximo de 145 kilómetros y no menos de cien cuando las ha completado en bicicleta. Cuando se ha bajado de la misma y las ha hecho a pie, corriendo, han llegado a ser de cincuenta kilómetros. «En los diferentes lugares que visito, la gente se queda asustada de las palizas que me doy. Les parece una buena causa porque la lucha contra el cáncer nos afecta a todos», contó este martes en la Plaza Mayor de Segovia, donde le esperaban las responsables de la delegación provincial de la AECC y la concejala de Deportes, Marta Gutiérrez, para darle la bienvenida.

«El cáncer es una lotería. Mi hermano era un tío muy sano, deportista, y se empezó a encontrar mal y en trece días se murió. Le puede tocar a cualquiera», explica Alberto, que a diferencia de su hermano no era muy deportista. Hasta que se desencadenaron los acontecimientos y se lanzó a este reto, que el año pasado le llevó por Galicia, donde encontró el apoyo del Celta de Vigo y del Deportivo de la Coruña, entre otras instituciones. Este año decidió ampliar su ruta hasta Madrid y, aunque está padeciendo el frío de estos días, está contento con la respuesta que está obteniendo en las diferentes ciudades que va visitando. Lleva un coche de apoyo y tiene la certeza de que conseguirá que muchas de las personas con las que se está encontrando estos días estarán el próximo día 1 en O Grove para participar en el Lúatlón. Para él, luchar para que otros no mueran como lo hizo su hermano es el mejor homenaje que puede rendir a su memoria.

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