Borrar
Los jugadores de la Arandina celebran un gol ante el gesto de desánimo de la Segoviana. Antonio Tanarro
La Segoviana se desploma en cinco minutos ante la Arandina (1-3)

La Segoviana se desploma en cinco minutos ante la Arandina (1-3)

FÚTBOL ·

El único rival que ganó el curso pasado en Segovia remonta el duelo con tres goles y despierta dudas en la Gimnástica

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Domingo, 13 de octubre 2019, 21:34

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Por mucho que la temporada tenga 40 partidos, hay momentos con aroma decisivo. La Arandina llegaba a La Albuera como un animal herido que podía salir a 11 puntos de la Segoviana con una derrota. Ese era el guion hasta que las dudas del cuadro burgalés se convirtieron en certezas y canjeó tres goles en cinco minutos. La Segoviana tuvo bola de partido para romper a un rival directo, el único que se llevó los tres puntos de Segovia el curso pasado. No fue así y las certezas de sus seis victorias anteriores se convirtieron en dudas. Se rehabilitó la Arandina y la Segoviana pierde su primer partido en casa yendo por delante en el marcador desde que cayó ante el Rápido de Bouzas.

Gimnástica Segoviana

Christian, Adrián (Elías, min. 66), Asier, Rui, Domingo, Viti, Dani Arribas, Conde (Diego Gómez, min. 66), Javi Borrego, Dani Calleja (Ivi, min. 72) y Dani Abad.

1

-

3

Arandina

Tienza, Borja Plaza, Borja Paris, Diego Rubio, Barbero, Fernando Rubio, Joaquín, Pesca, Beli (Steylor, min. 88), Narváez (Adeva, min. 74) y Kalifa (Zazu, min. 84).

  • GOLES. 1-0 (min. 38) Dani Abad; 1-1 (min. 58) Diego Rubio; 1-2 (min. 62) Beli; 1-3 (min. 63) Beli.

La Arandina asume los riesgos de su filosofía dominante. Desde el mismo saque de centro, los burgaleses buscaron adueñarse de la contienda. En el primer saque de puerta de la Segoviana plantaron sus fichas sobre el césped: presión alta. Christian entendió que no podría sacar en corto y optó por el pelotazo. Una vez logrado el objetivo, los atacantes amarillos se replegaron. Sin Manu, sancionado por su doble amarilla ante el Bembibre, la salida de balón era todo un reto y la Arandina se empeñó en dificultarlo. Y asumió el riesgo de mover a sus huestes, desnudando su zaga. Un riesgo que asume hasta su meta Tienza, que se resbaló en una de las primeras acciones del partido y resolvió el entuerto con un regate.

Sin Javi Marcos, ausente por paperas, González optó por colocar a Domingo en el centro de la zaga y a Viti como pivote defensivo. El objetivo era defender los centros laterales, explicó después Ramsés, al frente por la sanción de Manu González. Los grandes jugadores, aunque sean tan discretos como Manu, alzan su valor en su ausencia. Y rara vez se siente tan incómoda en su estadio la Segoviana. Incluso Christian dudó hasta tres veces si salir al encuentro de un desmarque de los burgaleses. No hubo consecuencias, pero el nerviosismo no era solo cosa del meta. Los locales no encontraban a Borrego, un microondas en los inicios, ni la racha de Abad, menos protagonista ante un lateral zurdo de entidad como Borja Paris.

La primera parte discurría sin ocasiones. La Segoviana crecía, pero apenas amenazó en un par de faltas en las postrimerías del área. Calleja ejecutó con peligro la primera, que se marchó cerca del palo izquierdo, y contempló desde el suelo la segunda, servida por Asier mientras descontaba los segundos abrochándose la bota. La Arandina presentaba los elementos de ese alumno estudioso al que le espera algún día la matrícula. Pero no acaba de llegar.

La naturaleza del fútbol, por ser un deporte que se solventa en unas pocas acciones, magnifica las rachas. Por eso cuando un equipo como la Segoviana, con seis victorias en su haber, tiene un cierto imán para seguir sonriendo. Su gol partió de un balón peleado por Dani Arribas en el balcón del área. A trancas, asistió la llega de Calleja por la izquierda. Cuando parecía que este último iba a disparar, cedió el pase de la muerte a Borrego. El salmantino fue derribado con claridad dentro del área, pero el colegiado no señaló los 11 metros. En esas, Dani Abad cazó el rechace y batió por alto a Tienza.

La mala racha también se acentuaba en la Arandina, que venía de caer en casa ante el Almazán. El cuadro burgalés lamentó dos fueras de juego muy justos. Ambos pudieron acabar en gol, especialmente el segundo, con el descuento ya cumplido. Gestionó con nota al circunstancia su entrenador, Jordi Fabregat, cuando el colegiado señaló el intermedio. El técnico mandó enérgico a sus pupilos a vestuarios y, con ese traje de responsabilidad, reivindicó en primera persona las decisiones.

Si la Arandina ya arriesgaba con el empate, el déficit aumentó sus urgencias. En estas, la Segoviana tuvo dos balas claras para cerrar la contienda nada más volver de vestuarios. Borrego generó la primera con un sombrero excelso y un pase de la muerte que se le revivió a Abad, algo lento en la finalización. Calleja falló el rechace y, minutos después, Arribas fusiló al portero sin demasiada dirección.

Borrego presiona a Tienza en el duelo disputado en La Albuera.
Borrego presiona a Tienza en el duelo disputado en La Albuera. Antonio Tanarro

El fútbol cumplió otra máxima: la Arandina pasó factura a la misericordia azulgrana. El empate fue la crónica de una muerte anunciada. Christian sacó la manopla ante un tiro centrado de Joaquín y falló en el córner siguiente. A la tercera, no pudo hacer nada cuando Diego Rubio remachó en área chica un balón suelto. El gol despertó al gigante dormido y multiplicó las dudas en la Segoviana, que se volvió un flan.

No tardó el cuadro burgalés en canjearlas. Sin Manu, las heridas en el medio empezaron a sangrar y las transiciones se hicieron imposibles. No pudo cortar la acción Viti y permitió la superioridad numérica en el balcón del área. Debió ajusticiar Joaquín, pero su disparo se estrelló en el pelo largo. No importó, ahí llegó Beli para embocar. Sin tiempo para digerirlo, llegó el apocalipsis. Apenas pasó medio minuto desde el saque de centro hasta que Beli superó por alto a Christian en otra contra de videojuego.

La Segoviana pasó de ir cuesta abajo a ver un Tourmalet. Y la suerte empezó a ser esquiva. González buscó la reacción retirando a Adrián y Conde, que se marchó al banquillo sin saludar a su relevo, por Elías o Gómez. Sin tiempo renacer, se rompió Calleja, así que la entrada de Ivi agotó los cambios. Hubo lucha, pero no réplica, más allá de algún despliegue técnico de Borrego. Y la Arandina, desatada, tuvo opciones para golear. Mientras, Viti y Borrego se resentían muscularmente en una semana con tres partidos. En una temporada de 3.600 minutos, esos cinco serán difíciles de olvidar.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios