Torres da calor al Tordesillas desde el punto de penalti

No tuvo un inicio fácil el Tordesillas, que se topó los primeros minutos con un Bembibre bien plantado e intenso en las disputas. Iba a ser uno de esos partidos en los que el juego se tiene que masticar con paciencia, de esos en los que el alimento no se deshace en la boca con rapidez. Canito y Camilo lanzaban la caña para poder conectar con un Samu atado en corto. El primero en descorchar el duelo fue el Bembibre con un disparo de Álex Martínez que taponó Miguel Hernández. Fue entonces cuando las imprecisiones se fueron sucediendo. El tapete de Las Salinas, sacudido por el frío, estaba embarrado. Álvaro se resbalaba cada vez que tenía que sacar un balón en largo.

El Tordesillas no había probado a Ivanildo hasta que Canito sacó su precisión de cirujano para botar una falta al corazón del área. Torres entró con fuerza y su remate se estrelló en el larguero. Popi, algo apagado, quiso llevar veneno y profundizó por el carril zurdo. Cada esperaba en el área, aunque el pase acabó en las manoplas de Ivanildo.

Se fortaleció el conjunto bembibrense y lanzó ofensivas comandadas por un incisivo Martiña, que soltó un latigazo desde la frontal del área tras ir recortando a sus rivales. Tuvo que emplearse el Torde en defender su trinchera, con un bloque compacto. Miguel Hernández se multiplicaba para sofocar los conatos de incendio.

El empuje del Bembibre no cesó tras el paso por las casetas. Giovanni remató una falta lejana por Lolo y Álvaro se mantuvo atento. No se acababa de encontrar el conjunto anfitrión, cuyos desplazamientos en largo no conectaban con los hombres de arriba. La propuesta no cuajaba, hasta que Villa cayó en el área fruto de un codazo cuando se disponía a rematar. No le tembló el pulso a Torres desde los once metros. Anotó y con este ya suma cinco goles. Su precisión desde el punto fatídico no caduca.

Miguel de la Fuente movió sus peones en busca de mayor frescura. Ubicó a Unai arriba para cazar los envíos y colocó a Héctor junto a Canito y Torres para robustecer la medular. La pugna seguía estando en el medio del campo. El Torde no lograba llegar con claridad y fió su ataque a los envíos largos aprovechando la fortaleza física de Unai. Los destellos de Giovanni se vieron frenados por Cachuli y Miguel Hernández. El Tordesillas decidió mantener un bloque bajo, juntar líneas y no dejar una costura visible. El Bembibre se afanó en las acciones a balón parado, pero los minutos se evaporaron y el conjunto tordesillense se llevó el calor de la victoria en una jornada heladora.