La pandemia paraliza el fútbol palentino

Son tiempos muy difíciles para todos. El avance de la segunda ola de la pandemia ha paralizado a muchos sectores, pero también el deporte más humilde se ha visto afectado. La capital palentina sufre desde ayer nuevas medidas restrictivas encaminadas a atajar el ritmo de transmisión de la covid. Esas nuevas medidas afectan a la movilidad, con lo que no se puede entrar ni salir del municipio excepto, entre otras causas, por motivos laborales.

Tanto el Palencia Cristo como el Becerril han visto trastocadas sus agendas de pretemporada por esta situación de prevención, que les ha obligado a suspender los encuentros que ambos equipos tenían previsto disputar ayer, aunque los capitalinos aún están pendientes de si podrán jugar o no el partido frente al Diocesanos. «No sabemos si se va a suspender el partido de este sábado o no», explica David Nieto, presidente del Palencia Cristo. «A nosotros nos gustaría jugarlo pero está todo en un limbo. Dependemos del Ayuntamiento, ellos de la Junta y esta última no está cumpliendo lo que firmó con el Consejo Superior de Deportes», confirma el mandatario morado, que considera que no se está teniendo un trato justo con el club. «No nos dejan hacer lo que sí están haciendo en otros sitios y eso nos resta ingresos y patrocinadores. Estamos cumpliendo con todos los protocolos exigidos, pero dependemos de las instalaciones que son municipales. Si se estuviera aplicando el protocolo del Consejo Superior de Deportes haríamos vida normal. Lo que se firmó con ellos no se está cumpliendo», explica, rotundo, Nieto.

Una situación que no cambia mucho en Becerril donde el equipo se ha visto obligado a cancelar los dos encuentros que le quedaban esta pretemporada. «Lo que está ocurriendo en Palencia impidió que los jugadores del CIA pudiesen venir a disputar el partido en el Mariano Haro», señala Juan Antonio Redondo, presidente del equipo becerrileño. Al problema de la capital palentina, se le suma también el partido del fin de semana. «Es más complicado porque uno de los jugadores del Bupolsa ha tenido un contacto directo con un positivo. Por este motivo, el club nos ha llamado a nosotros y a la Federación para suspenderlo», explica Redondo.

Muchos jugadores del vestuario de Narganes residen en la capital palentina, por lo que el presidente del club ha firmado justificantes de desplazamiento para que, al menos, pudiesen acudir a Becerril a los entrenamientos. «Durante una hora y media su lugar de trabajo es el terreno de juego del Mariano Haro», indica el dirigente.

Y es que este año los clubes de Tercera División cuentan con esa 'ventaja'. «La categoría está más profesionalizada ya que tenemos contrato laboral con el club y por ese motivo se nos permite desplazarnos hasta Becerril», explica el técnico, Edu Narganes.

Todo sigue siendo muy confuso antes de que comience la competición liguera el próximo 18 de octubre. «En la Federación no nos han comunicado nada. Lo cierto es que viven al día. Si hay un positivo en un equipo, el partido a disputarse quedaría inmediatamente suspendido y a la espera de poder jugarse», explica el presidente del Becerril, Juan Antonio Redondo. Algo que también piensa David Nieto. «No sabemos nada del primer partido de Liga. En teoría nos dejan desplazarnos porque realizamos una función laboral, ya que este es el trabajo de los jugadores. Todo es cambiante de un día para otro».

La suspensión de los encuentros supone un handicap para ambos ya que comenzarán la temporada con menos nivel. «Lo que nos da ritmo de competición son los partidos. No nos queda otra que entrenar y ponernos a preparar el partido del Atlético Bembibre», concluye Edu Narganes.

La incertidumbre sobrevuela ahora una competición diferente, subdividida, en la que un solo caso de coronavirus podría paralizar cualquier partido y poner en jaque a clubes y calendario.