El Palencia Cristo se condena en Tordesillas

Desde un principio, el Tordesillas buscó balones largos a la espalda de la inédita defensa del Palencia Cristo, que tuvo que ajustarse por las múltiples bajas sufridas a lo largo de la semana. Chuchi Jorques se colocó como central y los vallisoletanos trataron de aprovechar la velocidad de Rubo ante el centrocampista palentino más cómodo en las labores creativas que en el centro de la zaga. Con todo, se notaba que el Tordesillas jugaba en casa. Los vallisoletanos apretaban mucho en el centro del campo para robar y colgar, una y otra vez, centros al área. No había ocasiones, pero el dominio era rojiblanco. El primer disparo a portería fue de Rubo, que lanzó fuera una media volea en un balón que quedó muerto dentro del agua.

La respuesta palentina llegó en un buen centro de Mikel que cortó Pablo cuando Herrera ya esperaba para rematar solo a centímetros de la portería. En esa misma jugada se hizo daño Mikel para confirmar que las lesiones están asolando a los morados esta temporada. El futbolista aguantó diez minutos más en el campo para acabar sustituido por Adri. Mientras, Herrera disparó desviado tras un buen pase en profundidad de Alvarito. El partido intentaba desperezarse, pero el fútbol de ambos equipos se jugaba a ráfagas, tan intermitente que a veces costaba darse cuenta.

El Palencia Cristo había conseguido hacerse con el control territorial, pero su falta de profundidad permitía al Tordesillas vivir muy cómodo a la espera de una contra que aprovechara la velocidad de Rubo. Mientras todo el mundo esperaba a que se cumpliera su plan, los minutos pasaban sin que pasara absolutamente nada. Y cuando menos se esperaba, el partido estalló. Miguel hizo una gran jugada personal por la banda izquierda, llegó a la línea de fondo para colarse hasta el área pequeña. Allí amagó con el centro para acabar con un derechazo seco que superó a Adriá y se convirtió en el 1-0. El Tordesillas se había adelantado en un fogonazo y el Palencia Cristo respondió nada más sacar de centro. Alvarito vio el desmarque de Pablo y le filtró un pase medido para que encarara a Farolo. El lateral morado decidió superar al portero rojiblanco por arriba, pero su disparo se estrelló en la cruceta.

Los palentinos siguen sin concretar sus ocasiones, algo que han arrastrado a lo largo de la temporada. Y como siempre, lo pagaron muy caro. Rubo corrió tras un despeje ante la salida de Adriá en el área grande. Ambos jugadores fueron al suelo, pero el rechace favoreció al delantero rojiblanco, que se repuso y marcó a puerta vacía con un acrobático remate. A pesar de que el portero morado protestó airadamente al colegiado al considerar que había sido objeto de falta, el segundo gol subió al marcador (2-0). En poco más de dos minutos, el Tordesillas había encarrilado el encuentro ante la desesperación de los palentinos. Tras los goles, la tranquilidad regresó al terreno de juego y el árbitro pitó el final de la primera mitad.

Adriá se marchó recriminando al cielo que no hubieran pitado la falta de Rubo y el Palencia Cristo volvió al césped con una vocación claramente ofensiva. Adri disparó por encima del larguero tras una buena jugada de Dani Burgos y Farolo mandó a córner un buen lanzamiento de Herrera en una falta en la frontal. Los de Julio César querían, al menos, meter presión a los rojiblancos. Los morados decidieron volcarse y Santi Sedano buscó velocidad con la sustitución de Juan Fraile por Felipe. Y funcionó. El tercero gol de los locales llegó en una contra bien conducida por Felipe que Rubo se encargó de finalizar con un disparo cruzado (3-0). Como siempre, el Palencia Cristo pagaba muy caros sus errores. El equipo de Julio César ha mejorado mucho en la circulación de balón, pero mantiene sus problemas con el gol.

Lo que no cambia es la fe de los palentinos, que volvieron a lanzarse sobre la portería contraria. Herrera recortó distancias rápidamente al finalizar un gran centro de Alvarito por la izquierda (3-1). Era el premio a la insistencia morada. Es más, los de Julio César pudieron poner tensión al partido en una buena jugada ensayada que Abajo terminó con un potente disparo en la frontal del área chica. Pero ahí estaba Farolo para sacar una mano salvadora y mantener la tranquilidad rojiblanca. Los palentinos siguieron  insistiendo sobre la portería rival, pero el marcador ya no se iba a mover. El Palencia Cristo se había condenado a sí mismo a arder en Tordesillas.