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Los suplentes ante Irán, durante un entrenamiento. EFE
Convicción interna pese a la imagen ofrecida

Convicción interna pese a la imagen ofrecida

Hay confianza en el juego y en el tono físico de un grupo bien avenido, que disfrutó del día libre tras una victoria ante un rival duro que los españoles intuyen se le atragantará a Portugal

Rodrigo Errasti Mendiguren

Enviado especial a Krasnodar

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Viernes, 22 de junio 2018, 00:57

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«De verdad que estamos bien. Ha sido este partido, que era mucho más jodido de lo que se piensa la gente. Tened confianza, de verdad», explicaba por la zona mixta a un grupo más cercano fuera de micrófono uno de los futbolistas que 'sufrieron' ante Irán. Tenía una sonrisa en la cara y había perdido la cara de susto, la misma que tuvieron los casi 15 millones de personas que siguieron en España el partido. Antes, en público y con los micrófonos encendidos, los mismos jugadores incidían en la dificultad del partido ante Irán y la peculiaridad del rival. Saben que en un cruce alguno de los rivales podría encerrarse, Uruguay por ejemplo, pero los más veteranos sólo recordaban un cerrojazo así: el Chelsea de Di Matteo en 2012. Y antes, la Grecia de 2004.

Nadie se aferra a los datos por mucho que España tuvo la posesión (78%) y combinó mucho (772 pases, de ellos 696 buenos) y bien (90,16% de acierto), pero Irán le asustó varias veces con sólo 137 combinaciones acertadas. En la caseta muestran su convicción de que «las sensaciones son buenas» y están en la línea correcta, «no como en otros campeonatos». La frase se le escapó a Jordi Alba este jueves ante los medios, pero es algo que tiene interiorizado la parte más veterana de la selección, que vivió con tristeza el rendimiento colectivo del grupo en Brasil y Francia. «Estamos contentos. Es un paso más y era complicado. Ahora tenemos que intentar quedar primeros de grupo. Es el objetivo. Podemos mejorar en todos los aspectos», aclaró Sergio Ramos.

Al equipo le había calado el mensaje de Lopetegui, que desde el sorteo en el Kremlin el pasado mes de diciembre advertía a los suyos de que este grupo B era 'el de la muerte', con las mejores selecciones de Europa, Asia y África. Irán cumplió todas las partes del guión elaboradora por los ojeadores españoles. «Nos esperábamos algo así. Es muy difícil jugar con diez o los once jugadores por detrás del balón, a veces metidos dentro del área. Todos los partidos están costando mucho a todos los equipos. Sabíamos que ellos se iban a meter atrás. El empate les era favorable, pero por suerte supimos aprovechar una de las oportunidades que tuvimos», explicaba Rodrigo tras sus primeros minutos.

Por el pichichi

Rodrigo entró en el campo por Diego Costa, que por ahora lucha con Cristiano Ronaldo por el pichichi, y que destacó que España no perdió la compostura ante un rival tan agazapado. «Contra Portugal hicimos un partidazo, pero Irán estaba metido muy atrás. Tardaban mucho en volver al juego. Ya sabíamos que había que tener paciencia y esperar nuestro momento», dijo el punta del Atlético, enchufado de cara a gol.

Hierro también se había 'empollado' esos apuntes que tenían hechos desde hace meses para Lopetegui. «Lo hemos pasado como pensábamos. El Mundial es difícil para todos. ¿Quién no está sufriendo? Irán es un equipo que encaja muy pocos goles con un gran entrenador que lleva trabajando siete años con ellos. Los chicos han ejecutado muy bien el plan. El que crea que en el Mundial todavía se pueden conseguir victorias tranquilas está confundido, y nosotros no podemos confundirnos. Que nadie se equivoque; si queremos ganar vamos a tener que remar mucho y sufrir. Ninguna selección regala nada», dijo el seleccionador, antes de aventurar que Portugal sufrirá para ganar.

Una de las sorpresas del malagueño en el once fue Lucas Vázquez, que insiste en que «no hay dudas» y recuerda la templanza mostrada para «con paciencia, sin desesperarnos y sí, de rebote, lograr un triunfo merecido». «Las sensaciones son buenas. Ahora, a ganar el tercer partido», apuntó el gallego, que no ocultó, como Alba, que hay aspectos a mejorar y uno es sujetar la recta final de los encuentros. «Hay que trabajarlo. Al final tenemos que controlar el partido y hubo fases en los que ellos, con sus balones aéreos y sus segundas jugadas, nos crearon peligro» , dijo Lucas Vázquez en relación a los siete remates intimidatorios de Irán, que buscó las bolas desde los costados.

Menos drama, más confianza

Piqué, que junto a Ramos en la primera mitad adelantó su posición hasta el centro del campo actuando casi de pivote, trató de explicar, una vez detectado el error, la razón por la que España terminó tan encerrada en torno a su portero: «Cuando estás 60 minutos atacando a una defensa de once y marcas, de repente te presionan más arriba y te entran las dudas. No sabes si defender o ir al ataque y eso ha pasado. Todavía falta un poco para estar en octavos, pero lo importante era ganar. En el próximo partido esperemos sacar un mejor resultado que Portugal y ser primeros». Carvajal, que volvió al once tras su lesión, también mostró su lado optimista. «Gol, portería a cero y cuatro puntos. Costó mucho marcar y con el gol inconscientemente el equipo ha querido amarrar lo que ha conseguido. No queríamos perder esa ventaja y hemos dado un pasito atrás, pero el equipo está bien», tranquilizaba el lateral, que aportó más profundidad que Nacho.

Y es que, mientras los internacionales trataban de sobrellevar el calor de Krasnodar, recordaban a los más cercanos que España es líder de su grupo a la espera de la tercera y última jornada. «Dramatizamos un poco; menos mal que estamos ganando. No nos tenemos que engañar, las cosas van bien. Esperad un poquito a darnos palos, no empecéis ya por favor». Así finalizó Alba, con tono bromista, su rueda de prensa previa a las horas libres que tuvieron los futbolistas, que creen. Por mucho que desde fuera no se vea igual.

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