A este supuesto se aferra el futbolista Heung-min Son para evitar perderse dos temporadas completas con su equipo, el Tottenham inglés, y qué mejor escenario para brillar con su país que el Mundial de Rusia. El escenario se antoja complicado, ya que Corea del Sur, que se encuentra emparejada con Alemania, Suecia y México en su grupo, debería igualar el hito del Mundial 2002 en el que ejerció como coanfitriona y alcanzó las semifinales tras eliminar a Italia y España en dos partidos cargados de polémica arbitral para que se cumpla este supuesto.
El Gobierno de Corea del Sur hizo una excepción con el equipo que obtuvo el cuarto puesto en el Mundial de 2002 y de esta manera, jugadores como Ji-Sung Park y Jung-Hwan Ahn evadieron la obligación de prestar el servicio militar.
Cantera alemana
A pesar de su origen surcoreano, Son es futbolísticamente un producto de la cantera alemana. En 2008, siendo un adolescente de apenas 16 años, llegó a Hamburgo de la mano de un acuerdo entre el club germano y la Asociación de Fútbol de Corea del Sur. Dos años después, se convertía en el futbolista más joven en debutar con la camiseta del histórico HSV en la Bundesliga. Tras tres temporadas con una presencia notable, el surcoreano fichó por el Bayer Leverkusen en 2013 a cambio de diez millones de euros en concepto de traspaso.
En el club de la aspirina dio el salto definitivo en su juego, que le llevó a la Premier de la mano del Tottenham en 2015. En los 'Spurs' este ambidiestro ha sido partícipe de una etapa dorada del club, que de la mano de Mauricio Pochettino ha alcanzado el top-3 de la liga inglesa en tres ediciones consecutivas, convirtiéndose también en un habitual de la Champions League. El jugador se encuentra plenamente adaptado en el club del norte de Londres, donde es uno de los jugadores más queridos en el vestuario por su carácter alegre y positivo, una forma de ser que transmite en el césped con su juego ofensivo y vertical. Estrella en su país, el día a día de Son dista mucho del estilo de vida asociado a un futbolista mediático. El surcoreano vive en Londres junto a sus padres, que le han acompañado desde que llegó a Hamburgo hace una década y han continuado a su lado en Leverkusen y en la capital inglesa.
Ahora, Son llega a la cita mundialista como una de las estrellas de la selección dirigida por Shin-Tae yong, vigente subcampeona asiática. Habitual de los onces de Pochettino con los del norte de Londres, el extremo es ya uno de los pesos pesados del combinado surcoreano, con más de sesenta internacionalidades y una veintena de goles a pesar de sus 25 años.
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