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Miguel Olmeda
Lunes, 18 de junio 2018, 20:37
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Todavía restaban siete minutos para el final del Bélgica-Panamá cuando Roberto Martínez dio entrada a Thorgan Hazard para hacerle coincidir con su hermano Eden sobre el terreno de juego. Aunque el mayor de la familia ha desarrollado una carrera mucho más brillante tanto en el Chelsea como en la selección belga, donde ha disputado más de 80 partidos, no siempre fue considerado el más talentoso de la pareja. En una ocasión llegó a decir de su hermano pequeño, que podría fichar por el Valencia este verano, que era mejor que él y que «podría llegar más lejos». A la vista está que el bueno de Eden se equivocaba.
Los Hazard no son la única pareja de hermanos en este Mundial. De hecho hay hasta cuatro en Rusia, una de ellas en la selección anfitriona. Los Miranchuk se desempeñan además en el mismo club, el Lokomotiv de Moscú, donde han sido piezas clave para que su equipo levantase el título de Liga esta temporada. Aleksey, mediapunta llegador, partía con opciones de ser titular para Cherchesov en el debut mundialista, pero ni él ni Anton, mediocentro, dispusieron de minutos finalmente. Ambos son dos de las mayores esperanzas del fútbol ruso.
La historia de los hermanos Dos Santos es de sobra conocida. Canteranos ambos del Barcelona, siempre dio la sensación de que se carrera no se correspondió con el talento que atesoraban. En cualquier caso Giovani, el mayor con 29 años, afronta en Rusia su tercer Mundial con México. Por contra es el primero de Jonathan, un año más joven, aunque ninguno de los dos tuvo minutos en la victoria ante Alemania. Actualmente sus carreras han vuelto a reunirse en Los Ángeles FC, de la MLS estadounidense.
Con nueve años de diferencia, Nordin (31) y Sofyan (cumple 22 en agosto) Amrabat han tenido que esperar hasta 2018 para coincidir en la selección de Marruecos, el país de sus padres. Ambos comenzaron sus carreras en Holanda, donde nacieron y donde el menor de la pareja todavía trata de hacerse un sitio en el Feyenoord. Polivalentes los dos, aunque con mayor vocación ofensiva el extremo del Leganés, en el debut frente a Irán Sofyan sustituyó a Nordin en el lateral derecho a falta de un cuarto de hora para el final.
Los gemelos De Boer siempre serán recordados en España por su paso por el Barcelona, donde llegaron apadrinados por su compatriota Louis van Gaal. Frank, central, sí que terminó rindiendo a un buen nivel en la Ciudad Condal y también tuvo más continuidad que su hermano en la selección holandesa (112 partidos). Debutó en 1990 y disputó junto a Ronald los mundiales de Estados Unidos 1994 y Francia 1998, en el que además fue capitán de la 'Oranje'. Sin embargo, no son los únicos holandeses que han coincidido en una lista mundialista. En 1974 y 1978, los también gemelos Rene y Willy van de Kerkhof se quedaron a las puertas de la gloria; y en 1990 Ronald y Erwin Koeman coincidieron en Italia tras haber ganado juntos la Eurocopa dos años antes.
Michael y Brian Laudrup coincidieron con la selección danesa en el Mundial de Francia 1998... Aunque echando la vista atrás, ellos hubieran preferido hacerlo en una Eurocopa, la de 1992, concretamente. En aquella ocasión Dinamarca acudió como invitada de última hora por la sanción a Yugoslavia en plena Guerra de los Balcanes, y terminó llevandose el título. A los futbolistas daneses la llamada les pilló de vacaciones y Michael, pensando que sus opciones de hacer un torneo destacado eran mínimas, rechazó la convocatoria. Sí que estuvo presente Brian, cinco años menor, y fue uno de los artífices de un triunfo histórico.
Costa de Marfil fue, durante años, una eterna candidata a revelación de los mundiales. Por primera vez lo fue en Alemania 2006 con una selección que encabezaban Didier Drogba desde la delantera y Kolo Touré desde la defensa. El central del Arsenal era entonces una de las figuras de su selección y su hermano menor Yaya, un secundario. Más tarde, el centrocampista triunfaría en el Barcelona de Guardiola y el Manchester City, donde también coincidió con Kolo. Juntos jugaron además el Mundial de Sudáfrica y el de Brasil, y ganaron la Copa África de 2015.
Honduras siempre será un rival de grato recuerdo para España. Y es que en Sudáfrica 2010, después del tropiezo inicial con Suiza, una victoria ante la selección centroamericana cambió el chip de La Roja, directa hacia la Copa del Mundo. En aquel combinado hondureño coincidían Jhonny, Jerry y Wilson Palacios, el único trío de hermanos en la historia de los mundiales. Los dos últimos también coincidieron en Brasil cuatro años después, y Wilson fue quien tuvo una trayectoria más destacada, haciendo carrera en la Premier League.
El mundo se paralizó en el saludo inicial previo al Ghana-Alemania del Mundial de Sudáfrica. Jerome y Kevin-Prince Boateng, hermanos de padre, se enfrentaban por primera vez en la historia de la Copa del Mundo... Y lo hacían con polémica. Kevin-Prince, un año mayor e internacional por Ghana, el país de su progenitor, había lesionado un mes antes a Michael Ballack, la gran estrella alemana, y no había escapado de las críticas ni por parte de su hermano. El apretón de manos no pudo ser más frío, aunque sus asperezas se limaron con el paso del tiempo y cuando se enfrentaron de nuevo en Brasil 2014, lo hicieron con una sonrisa en la boca. Jerome reiría el último, eso sí, porque pese a empatar a dos ese encuentro se proclamaría campeón del mundo semanas después.
Siendo hermano de Bobby Charlton, uno de los mejores futbolistas británicos de la historia, el nombre de Jack ha quedado en el olvido del gran público. Sin embargo, también fue parte de aquella selección inglesa que ganó el Mundial en 1966. Bobby ya había disputado dos copas del mundo antes que esa, y juntos volvieron a repetir convocatoria en 1970, aunque ni mucho menos con el mismo éxito.
Probablemente la historia no haga justicia con Ottmar Walter, siempre opacado por la figura inconmensurable de su hermano Fritz, capitán de la primera Alemania campeona del mundo y uno de los mejores delanteros de la historia. Sin embargo, el menor de los Walter también levantó la copa Jules Rimet en Suiza 1954 y con 336 goles en 321 partidos de Liga y Copa con el Kaiserlautern posee el récord de mayor promedio de goles en las grandes ligas europeas.
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