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Manu levanta la mano para celebrar su gol al Navalcarnero.

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Manu levanta la mano para celebrar su gol al Navalcarnero. Antonio Tanarro

Un golazo para conservar la esperanza

Un gran gol de Manu derrota al Navalcarnero en un intenso partido y permite a la Segoviana seguir con vida en la pelea por salvar la categoría

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Domingo, 15 de abril 2018, 22:27

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El estado de ánimo de la Gimnástica Segoviana es un carrusel de emociones, una montaña rusa, con constantes subidas y bajadas . Se vio de un color más claro tras la victoria frente el Deportivo Fabril, un poco más oscuro tras la derrota frente al Talavera y ahora, de nuevo permite seguir soñando con la permanencia gracias a un gol (un golazo, merece la pena verlo repetido unas cuantas veces) de Manu. Posiblemente el mejor gol de la temporada (y hasta del resto de grupos) vale tres puntos de oro. Todavía es posible. Ese sueño de seguir en Segunda B, a nadie se le escapa, pasaba por conseguir la victoria en La Albuera frente al Navalcarnero.

No era una misión fácil por la clasificación del rival y por su entidad como equipo. Pero si el Navalcarnero es un equipo intenso, a la Segoviana también le gusta ese baile. Y también fue un equipo intenso. A nadie le sorprende que cada partido es una final. Eso lo sabe todo el mundo y por eso el conjunto gimnástico, consciente de lo que se jugaba, trató de llevar el control en el juego. El primer acercamiento fue un centro de Kike que atrapó por bajo el meta visitante Isma Gil. Algo de intención se veía para dominar el juego en esos primeros minutos en un equipo, el segoviano, que apostó por un ataque algo más directo. Tampoco el Navalcarnero vino de paseo. También tenía claro lo que tenía que hacer. Sabía de la necesidad y de las urgencias de la Segoviana y eso podía ser una baza a su favor;por eso trató de hacer que el partido fuese largo, buscando quizás que los nervios o la ansiedad y la precipitación hicieran mella en los jugadores locales a medida que pasaba el partido. No lo hizo. La Segoviana mantuvo un alto nivel de concentración.

Con lo que no contaba (ni el rival ni nadie) era con el gol de Manu. Go-la-zo, en el minuto 12. Cualquier elogio se queda corto. Hasta el propio jugador gimnástico se llevó las manos a la cabeza. No se lo creía, ni él, ni nadie. El mejor gol posiblemente que se ha visto esta temporada. Ese gol trastocó los planes del Navalcarnero y obligaba a otro planteamiento. Para un equipo que se juega entrar en fase de ascenso, necesitaba dar un cambio. Y estuvo bien en defensa, pero la Segoviana no dejó que se luciera en ataque. Bien el conjunto de Abraham García en ese trabajo, aunque no se libra de alguno de esos líos que otras veces han costado caro.

El Navalcarnero generaba más emoción que peligro en las jugadas de estrategia y sobre todo en los saques de banda. El guardameta Pablo apenas tuvo trabajo en esa primera media hora, salvo estar atento a los balones en largo. Y lo estuvo, como en la jugada el último minuto de la primera parte.

La segunda parte ganó enteros en emoción y en intensidad. Un combate en el que ninguno de los dos equipos rehusó la pelea en el centro del campo. El esfuerzo del conjunto gimnástico era notable, con mucha pelea, disputa... Lo intentó el conjunto madrileño, que reclamó un penalti en una cada de Joaquín tras una entrada de Javi Marcos. Habría que ver la jugada. En cualquier caso, la Segoviana seguía manteniendo templanza. El reloj parecía que corría más lento que una tortuga con reúma; nadie se levantaba de su asiento. Cualquier cosa podía pasar y lo que pasó fue que la Segoviana sumó los tres puntos. Otra semana más con vida.

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