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Progresión blanca frente a declive azulgrana
clásico

Progresión blanca frente a declive azulgrana

Los números del Madrid refuerzan a Zidane, que no pierde en Liga desde hace nueve meses y aventaja ahora en 17 puntos al Barça tras 25 partidos.

Amador Gómez

Martes, 29 de noviembre 2016, 00:32

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Ambos llegarán al clásico no sólo separados por seis puntos, sino por dinámicas muy diferentes que han encendido la luz de alarma en el Barcelona y ponen en tela de juicio a Luis Enrique, mientras que han reforzado el ánimo del Real Madrid, además de la capacidad de Zinedine Zidane, aunque los blancos también estén muy justos de fútbol. Hace nueve meses Zidane sufrió su primer varapalo con la derrota ante el Atlético en el Bernabéu (0-1), pero el Madrid no solamente no pierde en la Liga desde entonces, sino que el entrenador francés ha devuelto recientemente la lección táctica al técnico rival (0-3 en el Calderón), después de triunfar también en el Camp Nou el pasado 2 de abril, con remontada incluida (1-2). Zidane le ganó aquella batalla particular a Luis Enrique, quien después de ser superado el domingo de principio a fin por Eusebio al frente de la Real, está cada vez más confundido y, a pesar de la Liga y la Copa de la pasada temporada, el equipo ha experimentado un declive reflejado en números, juego y actitud.

El Real Madrid acumula ya 31 partidos consecutivos sin conocer la derrota, desde que cayera el 6 de abril ante el Wolfsburgo en la ida de cuartos de final de la Liga de Campeones (2-0) que obligó a remontar en el Bernabéu camino de la undécima, pero en la Liga no pierde desde el 27 de febrero, cuando el Atlético rompió el efecto Zidane. Desde entonces, jugando bien, regular o mal, como ocurrió el sábado ante el Sporting, frente al que mereció perder dos puntos, el Real Madrid suma 22 victorias y sólo tres empates , que además han sido consecutivos, ante el Villarreal en el Bernabéu (1-1), Las Palmas en Gran Canaria (2-2) y el Eibar en el coliseo blanco (1-1). Todos ellos al comienzo de la presente temporada, en la que el Barça ya ha sufrido dos derrotas ( frente al Alavés en el Camp Nou y en Balaídos) y tres empates: Atlético, Málaga y Real Sociedad.

Desde la dolorosa derrota ante los rojiblancos que dejó al Real Madrid a nueve puntos del Barcelona para acabar después la pasada Liga a sólo uno del campeón, el conjunto de Zidane, aunque haya tenido escasos rivales de entidad, ha experimentado una progresión notable en cuanto a resultados, que en el equipo blanco mandan casi siempre por encima del fútbol. El Real Madrid ha sacado nada menos que 17 puntos al eterno rival en 25 partidos. El potencial goleador de los blancos, casi siempre agarrados a Cristiano Ronaldo, aunque en este principio de curso el portugués que ya es Pichichi estuviese de baja y haya sufrido su peor racha anotadora en el Bernabéu, también es enorme, con 75 tantos a favor. En este aspecto, el Barcelona lleva en el mismo período 76.

Cambio de sistema

Cierto es que ambos equipos siguen sin defender bien, y el Real Madrid, con la BBC siempre criticada por no trabajar en la destrucción, ha echado en falta la contención y el equilibrio que concede Casemiro. La lesión durante dos mes y medio del centrocampista brasileño ha obligado a Zidane a diversas combinaciones, y Kovacic ha cumplido en su puesto en el que antes era un inamovible 4-3-3 para Zidane. Sin embargo, ya antes de la reciente lesión de Bale, de la que será operado este martes en Londres y le dejará como mínimo dos meses en el dique seco, el técnico francés dejó de lado su sistema habitual y alineó en el derbi del Calderón un exitoso 4-2-3-1 a veces transformado en un sólido 4-4-2, con el brillo de Isco en la mediapunta por detrás de Cristiano y el galés en su banda natural, la izquierda.

El 4-4-2 que reclaman sus aficionados, sobre todo en los choques de máxima exigencia y ante los grandes rivales, fue evidente el sábado contra el Sporting, donde el Real Madrid, tan malacostumbrado a la relajación cuando toma una ventaja que cree definitiva, puso en peligro, echado atrás y dejando jugar al contrario, un triunfo de los que al final sirven para ganar títulos de Liga. El Real Madrid no juega bien, pero el fútbol del Barça, a expensas de las genialidades y la pegada de su MSN, es en ocasiones aún peor. Los números de Zidane son incontestables frente a Luis Enrique, criticado por no saber gestionar una plantilla de tal calibre y no reaccionar, como ocurrió el domingo, cuando sólo realizó un cambio en Anoeta mientras su equipo era vapuleado por la Real. El líder no sólo presume ahora de mejor estado psicológico, sino de ser el más goleador del campeonato (36 tantos, frente a los 33 del Barça) y el segundo menos goleado (11 en contra, al igual que el Atlético), superado por el Villarreal. A expensas del clásico, la Liga está ahora teñida de blanco.

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