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La plantilla del Palencia Cristo celebra uno de los goles de Adrián Herrera.

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La plantilla del Palencia Cristo celebra uno de los goles de Adrián Herrera. Marta Moras

Goleada balsámica del Palencia Cristo

Los de Pablo Huerga endosan una ilusionante manita al Briviesca en el retorno de los morados a la victoria

Álvaro Muñoz

Palencia

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Domingo, 16 de septiembre 2018, 22:48

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Festival anotador y de juego. Victoria placentera y sobre todo balsámica para el Palencia Cristo, que necesitaba reencontrar sensaciones tras una dolorosa derrota contra la Arandina, a pesar de ser uno de los rivales llamados a estar en las posiciones punteras de la clasificación. Pero si los burgaleses están destinados a copar los primeros puestos, también pueden hacer lo propio los morados, que ayer ilusionaron a su afición gracias a una goleada que se fraguó desde los primeros minutos.

Palencia Cristo

Samu, Ángel, Dani Burgos (Pelayo, min.66), Kaka, Ramón, Viti, Zubi, Chuchi (Adrián Herrera, min. 66), Ivi (Kike, min. 74), Adri y Alvarito.

5

-

0

Briviesca

Chema, Boris (Aner, min. 71), Saúl, Pibe, Cristian, Iván (Brian, min. 66), Rubén, Mena, Soto, Arce y Sedano (Mario, min. 78).

  • 1-0 Zubi (min.38)

  • 2-0 Alvarito (min.45)

  • 3-0 Adrián Herrera (min.68)

  • 4-0 Adrián Herrera (min.82)

  • 5-0 Adrián Herrera (min. 90)

El Palencia Cristo saltó al terreno de juego con la vitola de favorito. La clasificación, los futbolistas y jugar en casa obligaba al equipo que dirige Pablo Huerga a tomar las riendas del encuentro. La pelota era absolutamente de los morados, sobre todo, por la decisión del entrenador morado de situar a Adri de falso nueve y dominar, aún más, la posesión. Según iba transcurriendo el encuentro, el Palencia Cristo se empezaba a encontrar más cómodo en el irregular estado de La Balastera (el concierto de Maluma hizo mella). El juego se centraba en el campo del Briviesca, que se desgastaba físicamente en busca de tomar las riendas del enfrentamiento y con el objetivo de pillar adelantada a la defensa morada tras robar en la medular.

Precisamente ese fue el aspecto negativo del encuentro, pues los pupilos de Huerga cometieron en la primera parte varias imprecisiones, que, en otro tipo de encuentros, pueden salir caros. Tiene trabajo aún por delante el entrenador leonés para intentar corregir esos pequeños desajustes, que en el encuentro de ayer quedaron como mera anécdota. Esos errores desesperaban a Huerga, que no paraba de recordar a sus jugadores que llevasen a cabo una presión alta para arrinconar la salida de balón de un inoperante Briviesca, que no inquietó los dominios de Samuel.

Entre tímidos acercamientos, el Cristo empezaba a oler la portería de Chema. Los acercamientos morados empezaban a sacar los primeros gritos de asombró de la afición palentina, que se llevó las manos a la cabeza con el tanto de Zubi.

El extremo, como la pasada campaña, ha obligado a no pestañear a la hinchada cada vez que tiene en su poder la pelota. Y eso sucedió ayer, cuando con un control, un recorte y un latigazo adelantó a su equipo. Un gol que le sirvió para quitarle el cabreo que tenía encima tras no pitarle un posible penalti.

El gol tranquilizó a los aficionados, pero, principalmente, calmó a Huerga, sabedor que ya había conseguido lo más difícil, adelantarse en el marcador. Con la ventaja palentina, el Briviesca se vio obligado a dar un paso adelante y a dejar más espacios en la férrea defensa. Esa situación la aprovechó el Palencia Cristo gracias a una triangulación entre Chuchi, Ángel y Alvarito, que mandó a la red el gol de la sentencia al filo del descanso. Mención especial merece el reciente lateral zurdo de los morados, que fue una auténtica bala en la izquierda, lo que obligará al entrenador leonés a dudar en las futuras alineaciones.

Tras el descanso, el guion del encuentro no varió demasiado, aunque durante los primeros 15 minutos, el Briviesca intentó meterse de nuevo en el enfrentamiento con más corazón que cabeza, pero fue un espejismo en La Balastera, porque las ocasiones peligrosas solo llevaban el nombre del Palencia Cristo. El dominio era tal que los morados no salían del campo rival, en esos mismos metros cuadrados en los que Maluma situó un escenario que dejó varios recuerdos en forma de calvas de césped.

Conexión Pelayo-Herrera

Pero si protagonista fue el cantante colombiano en La Balastera, ayer también lo fue el aguilarense Adrián Herrera. El jugador cedido por el Real Valladolid saltó al terreno de juego, junto con Pelayo, en el minuto 66 y desde entonces todos los balones que tocó fueron sinónimo de peligro. Precisamente esa conexión funcionó a las mil maravillas, ya que por la banda del extremo que sustituyó a Dani Burgos llegaron las internadas más peligrosas de la segunda parte. De hecho el tercer gol nació del fruto de la profundidad de Pelayo y el acierto de Herrera, que se reivindicó en la tarde de ayer con un 'hat-trick' de delantero puro. El goleador palentino demostró que en sus botas atesora precisión, gol y colocación, virtudes esenciales para un rematador llamado a conseguir grandes logros con el conjunto vallisoletano.

Según iban pasando los minutos, el protagonismo de Herrera apuntaba al alza, ya que sus tantos sirvieron para reivindicarse y llamar a la puerta de la titularidad del próximo partido contra La Bañeza. Pero para ese encuentro aún falta una semana para trabajar y disfrutar de los tres puntos de ayer, pues, aunque el arranque del Palencia Cristo ha sido ilusionante, el cuerpo técnico, la plantilla y los aficionados necesitaban una victoria contundente y balsámica para volver a creer. Y así fue.

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