La falta de acierto penaliza al CD La Granja

El CD La Granja recibió un serio correctivo en su visita a Miranda de Ebro (3-0), a pesar de que su buen juego durante varias fases no mereció una goleada en contra. Zunzu y un doblete de Alfredo liquidaron a un equipo del Real Sitio poco efectivo. Los primeros minutos ya se impregnaron del color rojillo de un filial más sólido y capaz de llevar la iniciativa en campo contrario. Juan de la Mata tomó el mando desde el eje central y, desde ahí, como si de una partida de ajedrez se tratase, movió todas sus piezas en la fría tarde burgalesa. Ricardo de Andrés trató de minimizar la influencia sobre el juego que desarrolló el mediocentro segoviano y modificó su línea medular. Sin embargo, a esas alturas de partido los chicos de Prado ya no quisieron soltar el balón ni dejar de moverlo ante la presión granjeña. Dani Lázaro buscó la sociedad con Cristian por la banda izquierda para generar peligro sobre la meta de Alberto. El sistema de ayudas del conjunto local hizo un buen trabajo para frenar a la dupla azulona.

El dominio local fue estéril hasta que Carles probó fortuna con un lanzamiento potente pero muy lejano. Tampoco el susto activó a un La Granja sometido, pese a alguna escaramuza aislada de Dani Lázaro, una vez más el mejor y más combativo futbolista de la escuadra del Real Sitio de San Ildefonso. Suya fue la ocasión más clara, al trazar un desmarque y colocar la pelota al segundo palo sin encontrar rematador. Acto seguido, un lanzamiento lateral de falta tomó la dirección adecuada y obligó a Alberto a rechazar la pelota a córner. Dos ocasiones en medio del buen hacer de los pupilos de Jonathan Prado, que siguieron buscando el gol sin descanso. En esa tarea puso especial interés Alfredo, el jugador más adelantado del sistema rojillo. Su juego de espaldas y su capacidad para ganar balones divididos supusieron un problema constante para la zaga visitante. También fue necesaria su colaboración en el primer gol local, después de una buena jugada combinativa por el perfil izquierdo en la que Zunzu remachó el buen centro de Mario en el minuto 36. El tanto sirvió para hacer justicia a lo vivido en la primera media hora de juego sobre el Municipal de Ence.

A partir de ahí y hasta el descanso, La Granja protagonizó un quiero y no puedo contra la tela de araña tejida por la defensa del Mirandés. Una constante que se mantuvo en el comienzo de la segunda parte, hasta que los de Ricardo de Andrés se lanzaron de forma decidida en busca de las tablas.

Como respuesta, el once rojillo se pertrechó en campo propio para disipar el efecto efervescente de los jugadores visitantes tras el descanso. Mejoró de forma notable La Granja con Hamza, que aportó verticalidad y desborde a un conjunto que fue muy romo. Hasta en dos oportunidades pudo empatar el once del Real Sitio, pero la suerte le resultó esquiva en sus mejores momentos. De hasta dos mano a mano consecutivos dispuso Ayoub, que fueron desbaratados por el guardameta local y que supusieron sendos golpes para la moral azulona.

Viendo la deriva que tomó el encuentro para sus intereses, Jonathan de Prado apostó por la habilidad del barcelonés Acedo pese a su falta de ritmo. El cambio resultó decisivo a la postre, y a la hora de juego el equipo base del Mirandés lanzó una sacudida furibunda que desencadenó la tormenta perfecta para dejar el partido visto para sentencia. Primero fue Zunzu quien se perfiló sobre su pierna buena y descerrajó un potente disparo al larguero. Dos minutos después, un robo de pelota protagonizado por Acedo terminó en las botas de Alfredo para que el punta diese continuidad a su buena racha anotadora. No se hizo esperar el tercer gol, también obra del delantero del cuadro rojillo. Los jugadores de Jonathan Prado olieron sangre en un La Granja aturdido y decidieron lanzarse a por la goleada. Lo hicieron con una nueva jugada combinativa iniciada por Carles, continuada con dos regates de Acedo en el balcón del área y finalizada por Alfredo al colocar la pelota lejos del alcance de Loren. El delantero de Aranda de Duero pasa por ser uno de los nombres propios de la categoría y ayer aprovechó la ocasión para seguir llamando a la puerta del primer equipo.

Poco pudo hacer la defensa de La Granja ante el aluvión de juego y efectividad de los futbolistas locales, que solo necesitaron dos chispazos para dejar el choque roto. Aún pudo hurgar en la herida Zunzu con otro remate que rozó el travesaño. Fue el colofón a un partido en el que La Granja únicamente se encontró cómodo durante quince minutos y fue víctima de las individuales de los canteranos del Mirandés.