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Di María, en un partido con la selección argentina. efe
La espina clavada de Di María con el Real Madrid

La espina clavada de Di María con el Real Madrid

Desde su confinamiento parisino, el argentino recuerda que rompió sin abrir la carta que le envió el club blanco para que no jugase al estar lesionado la final del Mundial de 2014 ante Alemania en Maracaná

colpisa

Domingo, 29 de marzo 2020, 17:00

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Han pasado ya cerca de seis años pero Ángel di María mantiene clavado en su corazón el ingrato recuerdo del 13 de julio de 2014. Ese día, Argentina perdió por la mínima ante Alemania la final del Mundial en Maracaná y el Fideo no jugó porque estaba tocado y el Real Madrid presionó porque esperaba una venta millonaria del jugador al París Saint-Germain y ya tenía apalabrado al colombiano James Rodríguez.

Instalado en París junto a su familia, Di María ha revelado detalles sobre lo que aconteció en los días previos a esa final en la que el combinado albiceleste se quedó en las puertas de la gloria. Levantar la copa más codiciada del planeta en territorio brasileño hubiera convertido a Leo Messi en leyenda y a los hombres que dirigía Alejandro Sabella en héroes.

Di María se lesionó durante la competición y llegaba al límite desde el punto de vista físico. Él estaba dispuesto a forzar pero el Real Madrid se temía una dolencia más grave que perjudicara un traspaso sonado. Tanto que le envió un escrito al fútbolista. «Cuando me trajeron la carta yo ya me imaginaba todo, porque se decía que James iba a ir al Real Madrid; y es un jugador que iba a ocupar mi posición. Yo sabía que me iban a querer vender, y cuando me llegó la carta del Real Madrid, me cerró todo. Sin abrirla, la rompí. No quise leerla, ni mirarla. Sabía que el que tenía que tomar la decisión de jugar era yo», reveló el atacante en una entrevista al programa 'Podemos hablar', de la cadena 'Telefe'.

La videollamada durante el programa televisivo se extendió y el exjugador de Rosario Central continuó describiendo la intimidad de la concentración argentina en el país vecino: «Cuando me reuní con Alejandro (Sabella) le dije llorando que no estaba al 100%. Sabía que él me amaba y quería que jugase; y yo estaba en un 90%. Sólo pensé en lo mejor para el equipo. Me tenía que infiltrar para no sentir el dolor, pero estaba la posibilidad de que me rompiera del todo. Yo lo quería intentar, pero le pedí a él que eligiera a los mejores«.

El encuentro entre el técnico y el jugador determinó que el Fideo se quedase de suplente. «En el entrenamiento que tuvimos antes del partido puso a Enzo Pérez. Después, todo el mundo sabe lo que terminó pasando. Lamentablemente no se nos dio, no tuvimos la suerte para ser campeón, pero fue el mejor partido que hicimos», agregó Di María.

En medio de su cuarentena, el actual atacante del París Saint-Germain mostró la preocupación globalizada que ha generado el coronavirus al asegurar que «es algo loco lo que estamos viviendo». «No lo estamos pasando muy bien. Estamos aislados hace catorce días, desde que el presidente de Francia exigió la cuarentena. Nosotros dos días más a solicitud del club», manifestó.

«Yo voy mucho al supermercado y tengo una vida normal habitualmente, pero con todo esto solamente ha ido una vez a comprar mi mujer. Se quitó toda la ropa en la puerta antes de entrar a casa y se fue a bañar. Te asusta un poco todo. La situación que uno mira y escucha te da miedo», relató el Fideo.

Además, Di María contó cómo sobrelleva la situación en medio del encierro y el aislamiento obligatorios: «No salgo de casa. La tele francesa no la veo. Pregunto a gente que conozco del club, que habla en español y me explica la situación acá. Todo es una incertidumbre. Cada vez hay más muertos e infectados. Te pone muy mal y uno no sabe qué pensar. Uno está encerrado. Tengo una casa en la que puedo estar cómodo y donde mis hijas pueden disfrutar, salir afuera y no estar encerradas. Todo eso es importante. Lo que vi en Argentina es que la gente está haciendo caso, respetando lo que el Gobierno dice. Si nos quedamos adentro, más rápido vamos a poder estar con el otro», concluyó.

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