El delantero Jona se dispone a chutar a puerta en un momento del partido ante el Mirandés B. Óscar Costa

Cruel derrota del CD La Granja

Un minuto fatídico condena al conjunto granjeño frente al Mirandés B en el estreno de su técnico Miguel de la Fuente

Anxo Táboas

Real Sitio de San Ildefonso

Sábado, 2 de noviembre 2019, 23:38

No se cumplió ese famoso dicho de 'a entrenador nuevo, victoria segura'. No fue el debut soñado. El CD La Granja continúa con su particular calvario tras ver como el Mirandés B, con un hombre menos, daba la vuelta a un partido dominado por el equipo del Real Sitio de San Ildefonso. La andadura de Miguel de la Fuente en el banquillo granjeño no pudo comenzar de forma más dolorosa, con derrota ante un rival directo que, así, suma cuatro de los últimos seis puntos en juego. Todo lo contrario que el conjunto azulón, dispuesto ayer a dejar en el olvido los seis goles recibidos en Zamora. Ni siquiera el tanto de Dani Lázaro en el primer minuto y la expulsión de Lucas Silva sirvieron para vencer en un encuentro donde los de La Granja mostraron dos caras muy diferenciadas.

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CD La Granja

Lorenzo; Cuadrillero, Thanos, Pluma, Kike (Rivera, min. 85); Velasco, Gabriel (Tomás, min. 60), Dani Lázaro, Ramón, Vitolo (Dani Caño, min. 85); y Jonathan Angulo.

1

-

2

Mirandés B

Alberto; Ebuku, Unai, Jonay (Ander Moreno, min. 78), Santo, Eneko; Hassane (Lucas Silva, min. 58), Rodri, Ibrahim, Santa; y Zunzu (Juanjo Díez, min. 86).

  • goles. 1-0 Dani Lázaro (min. 1). 1-1 Santo (min. 83). 1-2 Zunzu (min. 84).

La mejor versión fue la del arranque de ambas partes. Ya en la primera jugada de ataque del choque, con los aficionados aún tomando sitio, Jonathan Angulo dribló a su par y sirvió el pase de la muerte sobre la llegada de Dani Lázaro, que culminó la acción con el 1-0. Acusaron el golpe los futbolistas del Mirandés B, quienes vieron minutos después como Alberto evitaba sobre la línea el segundo tanto tras otro durísimo remate del propio Dani Lázaro. Intentó el filial sacudirse la presión con una contra tras un córner que Rodri remató desde la frontal sin demasiado acierto. Llegó después una fase de mucho dinamismo y actividad en el medio del campo.

Los dos equipos trataban de hacerse con la sala de máquinas para manejar desde allí el ritmo del duelo. Sin embargo, los nervios e imprecisiones eran la nota dominante en las brújulas de ambos onces. Tan solo Gabri era capaz de poner orden y pausa entre unos compañeros muy pasados de revoluciones.

Cumplía La Granja con la idea futbolística de su nuevo entrenador: presión alta y mucha profundidad por las bandas. Así consiguió el cuadro anfitrión presentarse sobre la meta de Alberto con un disparo desviado de Ramón. Tuvo a la media hora de juego Ibrahim la oportunidad de firmar las tablas con un potente lanzamiento de falta directa. Pedro Javier Bañuelos permutaba a sus laterales para frenar el buen hacer de los extremos locales. Sin embargo, cuando más peligro creaba el equipo del Real Sitio era con balones profundos sobre Jonathan Angulo. Pluma, Velasco y Gabri levantaban la vista con frecuencia para encontrar los desmarques del delantero colombiano. Llegó de ese modo la última ocasión para los locales en una primera parte donde se percibió por momentos un cambio de imagen respecto a encuentros anteriores.

De nuevo salió efervescente La Granja en un espectacular arranque de la segunda mitad. Dos ocasiones claras en los primeros compases, tras una primera llegada de Ramón y una segunda aproximación de Dani Lázaro que no encontró rematador, avisaron a la escuadra mirandesa. Quería el cuadro azulón firmar la sentencia y ahuyentar riesgos.

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Buscaba atacar los espacios La Granja. De nuevo fue Ramón quien entró desde banda para rematar sobre la figura de Alberto. Por el contrario, Bañuelos fiaba el empate a las acciones desde segunda línea de un muy activo Rodri. Pluma dio la enésima lección de posicionamiento y anticipación para cubrir todos los huecos azulones.

El filial de Miranda de Ebro trató de oponer resistencia a base de físico y acumulando hombres en campo propio. Una vez igualadas las fuerzas fue el once visitante quien quiso retomar la iniciativa. Bañuelos dio entrada a Lucas Silva en busca de profundidad y pegada. Sin embargo, su intervención duró un minuto, tras hacer una dura entrada que supuso su expulsión por tarjeta roja directa.

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Fue entonces cuando todo cambió en El Hospital. Contra todo pronóstico, el Mirandés B, lejos de tirar la toalla con un futbolista menos, decidió ir a por la pelea en campo rival. Aprovecharon los visitantes la falta de valentía de los locales, convencidos de vivir cerca de su portería lo que restaba de partido como forma de asegurar la victoria. El equipo rojillo puso un cerco sobre el área rival, primero de forma tímida y después con todos los efectivos.

Todo ocurrió en un minuto de auténtica locura. Primero Santa reventó un balón llovido dentro del área para firmar las tablas. En la siguiente acción, entre los lamentos del equipo granjeño, Zunzu aprovechó el desconcierto para soltar un latigazo tras una jugada individual. No hubo capacidad de reacción para un equipo que veía el partido como un punto de inflexión y que acabó reviviendo fantasmas de una temporada que empieza a tomar tintes dramáticos.

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