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Adri se escapa por la banda para tratar de centrar ante la defensa de dos jugadores de La Bañeza. LOF
Tercera División

El Cristo Atlético paga sus errores en La Bañeza

Los de Huerga caen ante un rival directo tras adelantarse en el marcador y desaparecer en la segunda mitad

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La Bañeza

Domingo, 23 de septiembre 2018, 23:06

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Pablo Huerga volvía a la que fue casa. Esa en la que tantas alegrías dio a su afición y en la que sufrió al frente del Palencia Cristo Atlético. Antes de que empezara el partido, La Bañeza aprovechó para homenajear al ahora entrenador palentino, que durante muchos años lució la camiseta legumbrera y que fue titular de su banquillo la temporada pasada. Después de los actos protocolarios empezó el partido de verdad. Porque los palentinos visitaban La Bañeza con la intención de acceder a las cuatro primeras posiciones de la tabla clasificatoria que otorgan sitio en zona de 'play-off'. Sin embargo, el equipo de Pablo Huerga, se volvió de vacío y terminó la jornada siendo adelantado por los leoneses, que van a ser uno de los rivales directos por el ascenso. Todo parecían buenas sensaciones para un Cristo Atlético que estrenaba tercera camiseta y que arrancó el partido con buen juego y dominando a su rival.

La Bañeza

Kuny, Sergi (Roberto, min. 82), Pablo González, Guille (Sampedro, min. 60), Miguel, Cristian, Mateo Zambranos, Albertín, Álvaro, Fernández y Pablo Martínez (Adri Rojo, min. 60).

3

-

1

Palencia Cristo

Samu, Ángel (Simal, min. 81), Garci, Ramón, Dani Burgos, Abajo (Viti, min. 40), Chuchi (Alvarito, min. 70), Adri, Zubi, Ivi y Adrián Herrera.

  • goles. 0-1, Adri, (min. 15). 1-1, (min.28), Samu (propia puerta). 2-1, (min.80), Miguel. 3-1, (min.81), Adri Rojo.

  • Árbitro. Rivera García. Amonestó a los locales Guille, Sampedro y Álvaro y a los visitante Dani Burgos, Adri, Chuchi y Ramón.

Los primeros minutos dejaron claro que el Cristo quería la victoria, pero también que La Bañeza no iba a dar ninguna facilidad. Se hacía pesado el campo, muy seco, con 30 grados y poca afluencia de público ante la visita de Vinicius con el Castilla a tierras leonesas. No conseguían los protagonistas dar ritmo ni combinar más de cuatro pases que siempre terminaban con balones al costado e intentando el uno contra uno por banda. Un fútbol que no parecía muy productivo hasta que Adri decidió hacer una de sus cabalgadas, deshacerse de Pablo González y presentarse ante un Kuny que nada pudo hacer más allá de aplaudir la acción individual del fino extremo morado.

Trató de rehacerse sin éxito La Bañeza, que tratando de encontrar su lugar en el campo veían cómo los de Pablo Huerga estuvieron a punto de lograr el segundo tanto. Adrián Herrera enfocó la pelota después de que el colegiado hubiera señalado fuera de juego. Eran, sin duda, los mejores minutos de un Cristo Atlético que jugaba a placer ante un rival que no veía las cosas claras, perdido ante los buenos minutos de los morados. Sin embargo, una vez más, faltó esa pizca de ambición que después echaría en falta a toro pasado. El Cristo Atlético tuvo la oportunidad de rematar a La Bañeza, pero dejó al herido con vida. Un error fatal que no perdonó La Bañeza, que en una extraña escaramuza por banda la aprovechó para empatar el partido. Un balón largo de Sergi, que podría definirse como objeto volador no identificado, sirvió para que Álvaro entrase con todo, el esférico chocase en la madera y en el portero previo paso de las redes. Un gol extraño para un partido muy extraño en el que el Cristo ya no se sentía tan cómodo en La Llanera.

Cambios

Sin embargo, el devenir del encuentro lo marcaron dos sustituciones. La primera de ellas, la salida de Víctor Abajo al sentir un pinchazo con lo que los morados perdieron a su timonel y a su perro de presa. Sin duda le echó mucho en falta Pablo Huerga en la hora que restaba del partido. Tanto es así que, tras una acción poco afortunada de Adrián Herrera, La Bañeza tuvo hasta dos ocasiones para irse con ventaja al descanso. Primero, una vez más, Álvaro entrando en segunda línea. Después, Pablo Martínez haciéndose grande en el área pequeña.

La segunda parte amaneció con muchos parones y poco fútbol. Daba la sensación de que los dos equipos daban por bueno en empate, que les mantenía en posiciones nobles de la tabla. Las defensas se dedicaron a colgar balones sobre los delanteros y el mediocampo trataba de presionar y no romperse. Las ocasiones llegaban con cuentagotas en un terreno de juego que ya mostraba su peor aspecto. Era complicado maniobrar y tampoco parecía que los protagonistas tuvieran mucha intención de agradar al escaso público asistente.

Alguna llegada de Zubi, como su disparo lejano que no encontró portería, un libre directo de Chuchi que se marchó saludando la escuadra defendida por Kuny. Se zafaba La Bañeza con más pundonor que acierto tratando de aprovechar algún error, pero sobre todo de dificultar la salida de balón de los visitantes. La segunda sustitución importante fue la entrada de Adrián Rojo. El mediocampista leonés demostró en media hora todas las razones por las que está considerado un superdotado técnico en esta tercera categoría del fútbol español. Se adueñó del medio del campo y sobre todo se le vio especialmente motivado ante el que fuera su entrenador. Ambas partes no terminaron demasiado bien la temporada pasada y Rojo quiso ajustar cuentas pendientes. No tardó mucho en hacerlo ante la pasividad del doble pivote palentino sin la presencia de Víctor Abajo. Ya amenazó con un pase filtrado que no encontró rematador, pero poco después, en menos de un minuto, destapó el tarro de asistencias para dejar la victoria en casa y para llevar a los suyos al delirio.

Primero lució pegada con un remate al poste en el que Miguel se erigió como el más listo de la clase adelantándose a su par para aprovechar el rechace. Poco después, una inocente pérdida de balón en la medular propició un balón largo que el propio Rojo convertiría en una pequeña obra de arte. Toque sutil con la puntera de vaselina para dejar con cuerpo de estatua a Samu. Todo pasó en un minuto en el que a Pablo Huerga, sin duda, se le tuvo que pasar toda la película del partido por la mente: la falta de pegada, la lesión de Abajo y la poca chispa de unos extremos que, en la primera parte, cada vez que encaraban se marchaban de su par, pero que se borraron del partido tras el paso por vestuarios.

En definitiva, una derrota que escuece por lo que supone en la tabla clasificatoria, pero, sobre todo, por la imagen dada ante un equipo con unos recursos muy limitados más allá del gran día que tuvo Adrián Rojo.

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