Un gol de Conejo da los tres puntos al Tordesillas ante el Numancia B

De inicio, los dos equipos llegaban al partido con sensaciones dispares. Y es que a los vallisoletanos les está costando más de la cuenta mantener la regularidad en lo que a resultados se refiere, mientras que los futbolistas numantinos ocupan la zona alta de la tabla a base de buen juego y un total de siete triunfos en doce encuentros.

No obstante, el Tordesillas saltó al terreno de juego sabedor de las complicaciones que le iba a plantear el rival y pronto se dieron cuenta de que enfrente tenían a uno de los equipos más correosos del campeonato. Sin embargo, los vallisoletanos se mostraron muy entonados e incluso dispusieron de varias ocasiones para adelantarse en el marcador. La más clara la tuvo Martiña en sus botas en el minuto 21, pero finalmente el colegiado anuló el tanto local por un supuesto fuera de juego.

Por su parte, el Numancia trataba de imponer su fútbol habitual, pero se estrellaba una y otra vez ante la ordenada zaga tordesillana. Aun así, los futbolistas de Huerta no perdieron la cara al partido en ningún momento y a la media hora de juego tuvieron una gran oportunidad de gol por medio de Manu Calvo, aunque una sensacional intervención de Farolo acabó por neutralizar el peligro soriano.

En los instantes finales de la primera mitad, el Tordesillas incrementó su presencia ofensiva y a falta de apenas tres minutos para el descanso el guardameta del filial numantino salvó los muebles bajo palos con una buena parada ante la peligrosa internada de Roberto Simón.

Tras el paso por vestuarios, la tónica del partido apenas sufrió variaciones y ambos equipos comenzaron con el habitual baile de sustituciones. Cambios que dieron ideas renovadas al Tordesillas y que dotaron de otro aire al juego de los de Santi Sedano. Pese a todo, los futbolistas rojiblancos lo intentaron hasta el último suspiro y recogieron su recompensa prácticamente con el tiempo cumplido después de que Abel Conejo recogiera un balón suelto en la frontal del área para batir por bajo al guardameta visitante.