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Jonathan Prado da instrucciones a sus jugadores desde la banda de La Balastera. MARTA MORAS
El cerebro del Palencia Cristo

El cerebro del Palencia Cristo

El técnico Jonathan Prado ha guiado al equipo hasta la segunda plaza, acariciando la clasificación al ‘play off’

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Miércoles, 4 de abril 2018, 11:13

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Una enfermedad le obligó a colgar las botas -prematuramente- a la edad de quince años. Luisito, su entrenador en el Padre Claret, le animó a que le echase una mano y siguiese, de esta manera, vinculado al mundo del fútbol. Quince años después de sentarse en un banquillo sin vestirse de corto, ha batido el récord nacional de victorias consecutivas en esta temporada en Primera, Segunda, Segunda B y Tercera División. Doce. Jonathan Prado está haciendo historia al mando del Palencia Cristo Atlético, actualmente segundo en la clasificación -a falta de seis jornadas para que concluya la fase regular-.

«¿La clave del éxito? Ser humilde, trabajar mucho todos los días, respetar a los rivales y salir al campo a dar más que el adversario, y trabajar mucho en las dos áreas», señala Prado, que es licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, además de poseer el título nacional de fútbol (entrenador UEFA PRO), que le permite entrenar cualquier categoría en todo el mundo.

Al mando de cuatro equipos

Del banquillo del Padre Claret, Prado ha continuado dirigiendo equipos como la CIA, durante siete años; la Sur, cuatro años; y las dos últimas temporadas estuvo en el Real Valladolid en la Liga Nacional Juvenil para recalar el verano pasado en el vestuario del Otero. «El comienzo fue muy complicado porque los que quedaban del año anterior no eran todos titulares y algunos de los fichajes llegaban de Regional Preferente y otros llevaban meses sin jugar. También estaba el caso de Kaká, que era como abrir un melón, ya que salía de categoría juvenil», argumenta Prado, que trabajó codo con codo con el director deportivo, Juan Julián Martín, en la confección de la plantilla.

«Tenían que adaptarse a la nueva categoría y, además, en un estadio muy distinto. Sabíamos que se iba a notar y que lo pagaríamos, pero creo que al final lo pagamos en exceso», afirma el técnico morado, en referencia al único punto sumado en las primeras cinco jornadas. Por este tropezón inicial, junto con un equipo con la mayor parte de la plantilla recién llegada, al igual que el técnico, nadie quería hablar del objetivo del ‘play off’. Pero, después de doce triunfos consecutivos y de ascender a la segunda posición, el equipo trabaja día a día para poder jugar la fase de ascenso por segundo año consecutivo -y por segunda vez en la historia del Palencia Cristo Atlético-.

«El récord me da un poco igual, la verdad. El objetivo es hacer el ‘play off’, y a final de temporada se nos valorará hacer eso», reconoce. «Que un club haya hecho diez triunfos seguidos la pasada campaña y doce este año habla muy bien del Cristo y señala que se está trabajando muy bien», agrega Prado con orgullo.

Desde el 27 de agosto que arrancó la temporada, el equipo palentino ha perdido a seis jugadores, cinco de ellos por motivos laborales (Rubo, Cristian, Blanco, Isma y Mikel) y uno por jugar en un club de mayor categoría (Héctor Galiano). Como refuerzos llegó Adrián en noviembre, y Calzado, Chema, Álex y Jesús Torres en el mercado de invierno. «Dice mucho de este equipo que, a pesar de todas las bajas, nos hayamos recuperado y estemos ahí», concluye con orgullo Prado, figura clave en el éxito del club del Otero.

«El primer día botaba el balón como un conejo»

El primer entrenamiento de pretemporada al mando del Palencia Cristo Atlético arrancó con una charla con la plantilla en el vestuario del Otero, donde hizo una presentación de la metodología de trabajo y de la profesionalidad que pedía a cada jugador en el día a día. Después, saltaron al campo, que es donde realmente hay que hablar. «Me sorprendió que el balón botase como un conejo en el campo del Cristo, había entrenado en campos difíciles, pero realmente nunca había visto nada igual. Solo pensaba que si los rondos iban a ser así, lo teníamos complicado esta temporada», rememora con humor. «He de reconocer que no había visto un campo así en mi vida, del nivel del que estaba el del Cristo. Poco a poco nos fuimos acostumbrando todos y el caucho que echaron también nos ha ayudado en los entrenamientos», señala.

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