El Atlético Tordesillas prolonga sin brillo su buena racha
El cuadro rojiblanco vence por la mínima, de penalti y sin apenas fútbol, a un Astorga inofensivo
Juan Díez Regidor. ADG
Tordesillas
Sábado, 9 de octubre 2021, 20:41
El Atlético Tordesillas jugó su peor partido en lo que va de temporada. Aun así, ganó. La importancia de una buena dinámica se vio reflejada en su encuentro frente al Astorga, que muy probablemente en otra racha de resultados habría caído del lado leonés. Esta vez, sin ningún brillo, sin el más mínimo criterio con la pelota, llegó el tercer triunfo consecutivo.
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Tordesillas
Farolo; Jony, Abraham, Cachuli, Anderson, Villa (Calleja, min. 77); Héctor, Yuste (Beni, min. 88), Miguel (Ivi, min. 62); Campos y Ayllón (Cada, min. 62).
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Astorga
Sergio; Luismi (Pablo, min. 74), Nacho (Sergio, min. 46), Víctor (Dani, min. 83), Viti (Herrador, min. 46), Jaime; Prada, Escarda, Abad (Álex, min. 65); Peláez y Jesús.
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Gol 1-0 Villa, de penalti (min. 28).
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Árbitro Piñuel Peña (Zamora). Amonestó a los locales Miguel, Jony y Miguel de la Fuente (entrenador) y a los visitantes Peláez, Jesús y Sergio.
Fue gracias a un penalti un tanto discutido. Campos chutó a portería, de las primeras y únicas veces en el partido, y ya era el minuto 25. Le dio, presuntamente, en la mano al zaguero del Astorga y el colegiado, bien situado, pitó la pena máxima. Villa, con inteligencia, aprovechó la altura de Sergio para disparar abajo. Solo pudo adivinar el lado del lanzamiento.
Villa confirmó el idilio del Torde con los penaltis. Ya van dos que le otorgan victorias y dos en contra, detenidos por Farolo, que evitan la pérdida de puntos. Los once metros parecían la única opción de adelantarse para un equipo desconocido. La dureza que planteaba el Astorga había espoleado a Miguel de la Fuente a colocar a tres centrales. No se equivocaba al pensar que el choque iba a ser físico, nunca dejó de serlo, pero resultó demasiado extremista olvidarse completamente de la pelota. Echaba humo y ningún jugador del cuadro rojiblanco quería quemarse. Solo se libró Ayllón.
Su moto se fue quedando sin gasolina a lo largo del partido. Tanto que fue sustituido, aunque daba la sensación de que él al 60% iba a aportar más que muchos otros con el tanque lleno. Durante todo el primer tiempo lo buscaron y él cogió la pelota, siempre mirando hacia delante. Pero imposibles no podía hacer. Cuando tenía veinte metros hasta la portería mostraba peligro, con treinta solía decaer antes de tiempo y con sesenta era una odisea. Pero daba igual porque esa era la única forma de crear peligro.
Campos lo acompañaba en ataque, pero sin amenaza ofensiva. Ayudó en ocasiones a defender, sin aportar en fase ofensiva, pese a la confianza ciega de su técnico, que dejó a dos delanteros fuera de convocatoria y a Beni, de nuevo, en el banco, para salir en el 90.
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El encefalograma de los visitantes era plano, cada vez que el esférico llegaba al extremo –que ya era un logro– los envíos se los quedaba Farolo sin ningún tipo de problema. En otro centro, este en el área contraria, Cachuli rozó el segundo con la testa gracias a un caramelo de Ayllón. El susto llegó cuando el colegiado perdonó a Miguel la segunda amarilla en un contragolpe.
El Atlético Astorga cambió primero el dibujo, tras el descanso. Pasó a defensa de cuatro y emergió una figura que por fin hizo sonreír a los que fueron a Las Salinas a ver fútbol. Escarda comenzó a maniobrar con demasiada soltura en el centro del campo y durante cuarto de hora sus compañeros penetraron en el área con más facilidad. Ese control de Escarda obligó al técnico local a modificar también su sistema. También pasó a zaga de cuatro y, desde ahí, el Tordesillas frenó al contrincante, pero siguió sin querer el balón.
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Es más, hasta lo despreciaba. La presión del bloque leonés tampoco asfixiaba por lo que podía bajarlo, manosearlo, pero ni por esas. Se centró en defender y eso lo hizo de fábula. La presión intensa en cuanto se pasaba de campo hacia efecto y atrás los dos centrales daban espectáculo. Cachuli, en su línea, pero también Anderson, intangible todo el encuentro, que se llevó el premio al mejor de su equipo.
Ninguno de los cambios aportó nada, solo algo más de orden para frenar a un rival que se fue diluyendo. Por mucho que el colegiado quisiera prolongar la contienda, ya hacía tiempo que Farolo vivía relajado. El Torde había amarrado tres puntos que le dejan al borde del liderato. Qué buena pinta empieza a coger un equipo que hasta en una tarde tan mediocre saca el mayor botín.
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