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Quini y Paco Santamaría, delegados del Sporting y el Real Valladolid, se saludan en un partido en Zorrilla. Ramón Gómez
El amigo que preside la casa de Pepe Moré

El amigo que preside la casa de Pepe Moré

Cuatro exjugadores blanquivioletas rememoran la figura de Quini a través de sus encuentros en el terreno de juego y, en una curiosa coincidencia, la única duda de los rivales del delantero se centra en si era mejor jugador o persona

Fernando Bravo

Valladolid

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Jueves, 1 de marzo 2018, 11:19

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Podrían ser víctimas de la nostalgia o de la costumbre de llevar a los altares a los que nos dejan, sin tener en cuenta su circunstancia vital. Incluso sin conocer su peripecia profesional. Pero no parece ser el caso. A Enrique Castro ‘Quini’ se le conocía incluso fuera de los circuitos futbolísticos y su trayectoria profesional, con los hitos más notables –cinco veces pichichi de Primera, 219 goles en la categoría de oro, y dos en Segunda– era bien conocida. Y no ha sido notable por querer sacarle un rendimiento especial a su vida deportiva ni a la extradeportiva.

Quizás por eso, cuatro exjugadores del Real Valladolid que se cruzaron profesionalmente con uno de los mejores delanteros nacionales de su momento, coinciden en destacar sus virtudes en el terreno de juego pero, sobre todo, como persona. A todos ellos les dejó Enrique Castro ‘Quini’ un recuerdo especial. Y no, no parecen ser víctimas de la nostalgia. De hecho, por distintos motivos, Antonio Santos y Pepe Moré no parecían dispuestos a hablar de ello. Antonio Santos, porque le podía la emoción y tenía que callar para disimular los sollozos. Pepe Moré, porque ha renunciado a hablar de ciertos aspectos del fútbol delante de un micrófono. Al final, como también Gail y Jorge Alonso, se desataron en elogios hacia Enrique Castro ‘Quini’, mezclando virtudes en el campo y como persona, sin saber muy bien en qué ámbito admiraban más al recientemente fallecido jugador asturiano.

Tampoco recurrieron a descripciones grandilocuentes. Tal como le definieron, su carácter excepcional lo marcaron la sencillez, la naturalidad, la cercanía.

Antonio Santos | Defensa central

«Me recordó que salía de un secuestro»

«¡Joder Antonio, que he estado en un zulo. Dame un poco de aire!» le dijo Quini a Antonio Santos poco después de ser liberado, en un encuentro disputado en el Camp Nou. Debió ser una chanza, incluso un halago a la labor defensiva del jugador zamorano del Real Valladolid, que le tenía un gran respeto personal, pero se empleaba a fondo debido a la efectividad del asturiano. Antonio Santos recuerda aquel momento hipando, porque le pueden los recuerdos y la emoción, poco después de conocer la muerte de Enrique Castro. «Le tenía un gran respeto, era generoso, voluntarioso, y enseguida se veía lo que aportaba al equipo» recuerda Santos.

Pepe Moré | Mediocentro

«Su foto tiene un lugar privilegiado en mi casa»

Reacio a hablar de ciertos aspectos de fútbol, Pepe Moré enseguida acepta hacerlo de Quini. Pero pide un segundo. El que necesita para cerciorarse de que su fotografía como capitán del Real Valladolid, al lado de Quini, capitán del Barça, en un encuentro en el Camp Nou, sigue en la sala de estar de su casa. «Creo que puede definir bien lo que siento por Quini. Me preguntas por él y te respondo diciendo que ocupa un lugar privilegiado entre mis recuerdos. Porque él está entre los mejores. Elegí esa foto porque Quini representaba para mí la honradez, la humildad, nada que tuviera que ver con la egolatría a pesar de ser quien era en el mundo del fútbol. Pepe Moré le admira también como futbolista:«Era un fenómeno, porque hacía lo que nadie era capaz de hacer en el área. Y era tan humilde que, siendo de los mejores futbolistas de España, él no lo daba importancia. Era todo lo contrario a un divo. Vestía normal, hablaba normal y en el campo nunca le vi dar una patada a nadie. Era lo que llamamos un buen tipo», recuerda Moré, que siguió la trayectoria de Quini, incluso después de que dejara el fútbol activo. «Cuando lo dejó tampoco se expresaba como si fuera un ídolo y siguió relacionándose con compañeros y rivales con la misma naturalidad. Pero, además, desempeñó las tareas que le encomendaron en el club dándolo todo, porque le gustaba su club y no le ponía peros a nada, a pesar de ser quien era. «Hizo muchos kilómetros en autobús como delegado del equipo, recorriéndose media España con los jugadores. Quería a su equipo y no le importaba meterse 10 horas de autobús para acompañar a los jugadores a cualquier campo. Pero, además, llegaba a su destino y venía a verte, a saludarte con un afecto que notabas en seguida, aunque hiciera tres años que no le veías». A Moré parecen amontonársele los recuerdos cuando habla de Quini y vuelve a definir el físico que tantos éxitos le dio como futbolista. Sin ser un atleta, porque no tenía un físico especialmente atlético, le sacaba un gran partido a su inteligencia. Conocía su situación dentro del área y llevaba al central donde quería. Era el mejor delantero español. Cruyff y Maradona eran lo que eran, pero él era el mejor español».

Jorge Alonso | Centrocampista

«No sé si fue mejor jugador o persona»

«Mucho después de retirarnos, siendo entrenadores, ha venido a saludarme cuando hemos coincidido, como si nos conociéramos de toda la vida». Jorge Enrique Alonso Mantilla, centrocampista que defendió durante diez años los colores blanquivioletas y tiene el honor de haber marcado el primer gol en el Nuevo Zorrilla, conserva también un gran recuerdo de Quini, a quien admira. «Era sencillo y amable, siendo, además, el mejor jugador que había en España». Jorge Alonso destaca, además, el buen carácter del desaparecido jugador. «Jamás le vi enfrentarse a nadie. Nunca le he visto enfadado a lo largo de su carrera. Era también respetado pero no recuerdo haberle visto siquiera especialmente enfadado, a pesar de que por su demarcación y efectividad, tuvo que aguantar marcajes a veces duros. Y tampoco he oído a nadie hablar mal de Quini».

Luis Miguel Gail | Centrocampista

«Siempre le caía el balón a él»

«Tuve la fortuna de marcarle en el viejo estadio de Zorrilla», afirma Gail que admite que no tuvo trato personal con él fuera del campo pero que, conociéndole como jugador, fácilmente puede adivinar sus virtudes como persona. «Era un jugador noble. No necesitaba meter codos o hacer cualquier pillería para hacer su trabajo. Nos saludábamos tanto en Zorrilla como en el Molinón. Era una persona leal», afirma el más precoz de los jugadores del Real Valladolid, que debutó como poco más de 16 años con el primer equipo. «Su comportamiento era correcto y nunca tuvimos ningún problema, a pesar de que en el campo vamos a cien por cien y siempre se produce algún choque. ¿Si le lesioné? Puedo asegurar que jamás le hice nada, entre otras razones porque en mi vida deportivo no recuerdo haber lesionado a nadie. A Quini, seguro, tampoco». Pero Gail, como Moré, destaca una de las virtudes de Quini como delantero: su capacidad de descolocar a los centrales, de alejarlos del balón sin que él perdiera el contacto con el cuero. Cuando le marcaba, era capaz de alejarme el balón, a pesar de que éste volvía a él. Es una característica de los buenos delanteros, que solo pueden hacerlo ellos. Por eso le llamaban El Brujo. Maradona también destacó eses aspecto de Quini. Decía que si un balón rebotaba en el larguero o en un poste, al final siempre le llegaba a Quini. Cosas de los goleadores». Luis Miguel Gail no tiene que rebuscar demasiado en la memoria para describir al que fuera uno de los mejores jugadores de fútbol de su época. Por eso, aunque sin relación con Quini fuera del campo, le tiene tan presente y puede definir su forma de juego perfectamente. Gail concluye su relato sobre Quini sin disimular su satisfacción porque también en Valladolid se rinda homenaje al jugador asturiano. «En toda España se le reconoce. Me parece perfecto que también aquí permanezca su recuerdo».

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