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marco alonso
Sábado, 5 de noviembre 2016, 21:56
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Las previsiones meteorológicas no fallaron. La lluvia caló hasta los huesos al Cristo y al Villaralbo, pero los que recibieron un baño fueron los zamoranos.
Los morados se dieron un nuevo festín de juego ofensivo y de goles a costa de un colista que hizo aguas por todos los lados, especialmente, en defensa.
El baño empezó bien prontito y el que se encargó de abrir el grifo fue Pelayo cuando solo habían transcurrido nueve minutos. Adrián se escapó por la banda derecha, puso un buen centro y el 8 morado remató el balón a las mallas para comenzar a ahogar a un Villaralbo que acabó con el agua al cuello en el minuto 23, cuando la conexión Adrián-Pelayo acabó en el segundo gol.
Se sabía que el encuentro iba a ser fácil para el Cristo, pero lo fue tanto que parecía un partido de alevines contra el mismísimo Real Madrid. Aitor se encargó de marcar el tercero en el minuto 29 y William anotó el cuarto en el 35. El Villaralbo estaba completamente hundido y ninguno de sus jugadores parecía capaz de achicar agua en un partido que acabó la primera mitad con un 4-0 para el que sobran toda clase de adjetivos.
Llovía a mares, hacía frío y la segunda parte sobraba por completo, pero los partidos duran 90 minutos y los últimos 45 también dieron otras seis alegrías a los morados. La primera la dio García en el 51, cuando remató un saque de esquina que despejó el portero, pero su despeje rebotó en el propio García, que, con esta carambola, puso la manita en el marcador. Faltaban más goles por llegar y el sexto entró en la portería por mediación de William, que aprovechó un pase de Javi Bueno para marcar el segundo en su cuenta particular.
El Villaralbo llevaba ahogado mucho tiempo, pero el Cristo no dejaba de apretar la cabeza del rival contra el fondo de la bañera y el séptimo lo firmó Adrián. El Villaralbo era un juguete en manos del Cristo, aunque Omar consiguió el gol de la honra en el minuto 65. Guille estaba adelantado y el central del Villaralbo se sacó un zapatazo desde 30 metros que pasó por encima del portero y se metió dentro. Pero el Cristo no había dicho su última palabra, a pesar que había dicho todo sobre el campo. Aitor marcó el octavo; Adrián, el noveno y William completó la decena en un partido para la historia.
El baño fue antológico y los jugadores salieron del campo como una sopa, pero con una enorme sonrisa en sus caras. Este equipo apunta alto y no hace falta mojarse demasiado para afirmar que este Cristo es un serio aspirante a disputar el play off de ascenso a Segunda B.
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