Objetivo: 20 puntos

Las cuentas para lograr este curso la salvación no están claras. La Liga es impredecible y la segunda vuelta del campeonato puede deparar tanto grandes rachas de los equipos situados en la parte baja de la clasificación como hundimientos de aquellos que cerrarán 2018 en una zona tranquila de la tabla (O Parrulo, Zaragoza y Cartagena). Sin ningún equipo con claros síntomas de ser candidato al descenso y con varios conjuntos a los que el final de temporada se les puede hacer largo sin ambiciosos objetivos, las últimas jornadas ligueras son una incógnita que tan solo el paso de las semanas logrará resolver.

Si se atiende a promedios matemáticos, la permanencia en la categoría estaría cerrada en los veinte puntos (o incluso menos). De hecho, durante los últimos diez años tan solo dos equipos han descendido a Segunda División habiendo superado dicha barrera: el Burela del curso 2016-2017, con 25 puntos; y el Cartagena de la temporada 2011-2012, con 24 puntos (aquel año el Marfil Santa Coloma jugó promoción tras haber logrado 28 puntos en Liga). Dos casos fuera de la media, que sitúa el alambre entre los 15 y los 20 puntos, precisamente los que están en proyección de alcanzar los tres equipos más implicados en la lucha por la salvación: Naturpellet Segovia, Valdepeñas y Antequera, que de repetir en la segunda vuelta los resultados de la primera acabarían el curso con 16 puntos los dos primeros y con 14 los andaluces.

Pero por suerte, el fútbol sala no se rige por leyes matemáticas y cualquier cálculo realizado a cinco meses del final de la competición corre el riesgo de quedar lejos de la realidad. La temporada pasada fue un claro ejemplo de ello. La primera vuelta se cerró con cuatro equipos por debajo de los diez puntos, en lugar de los tres de esta campaña. Hace doce meses, Peñíscola (9), Santiago (7), Gran Canaria (6) y O Parrulo (4) terminaron la primera parte de la Liga como serios aspirantes al descenso de categoría. De esos cuatro, dos incrementaron de manera notable su rendimiento en la segunda vuelta del campeonato. Peñíscola sumó 17 puntos más para cerrar la Liga con 26, mientras que O Parrulo, que empezó el año como colista, añadió 20 puntos a su casillero para lograr la permanencia con 24, condenando a Santiago al descenso con 19 puntos.

No obstante, la temporada con más similitudes a la actual en la lucha por la salvación es la 2015-2016. Hace tres cursos, también eran tres los equipos que protagonizaron una intensa pelea por evitar el descenso. Elche, que concluyó al primera vuelta con 7 puntos, y Jumilla y Antequera, que cerraron el primer acto con 6, lucharon por la salvación hasta las últimas jornadas. Finalmente, Jumilla alcanzó el objetivo con 21 puntos, mientras que Elche y Antequera embarcaron rumbo a Segunda con 17 puntos cada uno.

Salvo casos excepcionales, como el de Gran Canaria el año pasado, los equipos inmersos en la lucha por la permanencia suelen protagonizar mejores segundas vueltas que primeras. A ello contribuye un mayor conocimiento de la competición, la relajación de equipos sin nada en juego que se convierten en rivales asequibles durante las últimas jornadas y, también, los refuerzos llegados en el mercado invernal, como los que ha protagonizado Valdepeñas en los últimos días (Chino ya ha firmado y se espera la llegada de Lluc).

El Naturpellet Segovia, sin los recursos económicos para mejorar de forma clara su plantilla, tendrá que luchar por la permanencia con un calendario que en la segunda vuelta establece ocho partidos en el Pedro Delgado y siete a domicilio. Como local, el conjunto dirigido por Diego Gacimartín tendrá que recibir a los cinco primeros clasificados (ElPozo, Barcelona, Movistar Inter, Palma y Osasuna), comenzando este mismo fin de semana con el actual campeón de Liga y de Europa. Por otro lado, tendrán que afrontar a domicilio los duelos directos por la salvación frente a sus dos principales rivales, Antequera y Valdepeñas, y también contra Zaragoza y O Parrulo, otros dos equipos que podrían verse en la pelea.