El Naturpellet Segovia logra un valioso empate en Cartagena (3-3)

El Naturpellet salió legañoso del vestuario para afrontar el partido más tempranero de la temporada y el tortazo inicial fue sonoro. El primer fallo de Chus no tuvo consecuencias pero sí el siguiente robo, con Raya incapaz de protegerse con su cuerpo ante la llegada de Juanpi, que cedió a Fernández para que batiera la salida de Thiago. Habían pasado 36 segundos. El despertador sonaba atronador pero las sábanas seguían pegadas. Y el Fernández golpeó de nuevo en una gran jugada de pívot con Ique, que cedió a la perfección. Y 59 segundos después de echar a rodar el balón, Cartagena ganaba 2-0.

Se rehicieron con mérito los segovianos. Hubo más pérdidas en elaboración, pero cerraron los caminos al pívot y limitaron el ataque murciano a los tiros lejanos de Batería, que no es poco. La afrenta inicial demandaba una réplica orgullosa, que encabezó Álex Fuentes, en su versión más dinámica. El madrileño puso los primeros problemas al Cartagena con un par de remates rasos bien desviados por Raúl, al que se le coló entre las piernas otro envío de Álvaro Quevedo que se escurrió a córner. Los buenos minutos visitantes tuvieron premio en una buena jugada paralela por el carril izquierdo. Fuentes cedió a Edu, que estuvo muy rápido ante la salida algo precipitada de Raúl -el segoviano estaba escorado y poco perfilado para el disparo- para devolver la pelota al ala, que remató con precisión desde diez metros a puerta vacía.

Ya asentado en el parqué, el Naturpellet bajó pulsaciones y recuperó la normalidad. Cartagena, exigido por el cambio de entrenador y su objetivo de jugar la Copa, adelantó líneas y forzó alguna estirada de mérito de Thiago, pero los visitantes mantuvieron su compostura pese a jugar con cinco faltas los dos últimos minutos del primer tiempo. Iago Rodríguez, más utilizado en labores defensivas, aporta solidez, Antonio Diz fue a más y Fuentes pudo empatar en un balón bien sustraído a la defensa rival antes de enganchar un fuerte disparo sin apenas ángulo que repelió Raúl.

La puesta en escena tras el descanso fue más contemplativa, con el Naturpellet, bien plantado, deseando cabalgar a la contra. Una falta de Raya, ocasión suficientemente para para que los árbitros interrumpieran la ventaja murciana, devolvió las hostilidades. No conviene dar invitaciones a Batería, que aprovechó la cesión en Juanpi para ponerla en la escuadra. Nada pudo hacer Thiago, que se adelantó para reforzar su barrera. Los segovianos acusarían el gol y estuvieron cerca de agravar su panorama al meter con habilidad la puntera Rahali sobre Iago en plena cocina segoviana, así como en una contra posterior.

Aun así, volvió a revolverse el Naturpellet y Álvaro Quevedo se convirtió en un quebradero por el perfil izquierdo. Y los locales, sin titubeos, le derribaron más de la cuenta. Ello, unido a despistes como una falta evitable a Buitre al arranque del segundo tiempo, puso a Cartagena con cinco faltas a 13 minutos del final, todo un estado de excepción. Los minutos se iban escurriendo sin sucesos reseñables hasta que, a cinco del final, el propio Quevedo metió valiente el cuerpo para robarle el balón a Juanpi en el balcón del área, controló paciente y batió a Raúl. Gacimartín aprovechó acto seguido el tiempo muerto de Cartagena para introducir el portero-jugador en busca del empate.

La primera acción de peligro fue dos minutos después de Cartagena en una acción de Juanpi, cuya intercepción casi encuentra puerta vacía, pero el premio sería segoviano. Cartagena sacó portero-jugador tras encajar el empate, pero estuvo más cerca de recibir el cuarto en un tiro lejano de los segovianos que de marcarlo.