Zancadas para dejar atrás un ictus
Luis Fernando Robledano, que correrá este domingo la Monumentrail de Segovia, encuentra en el atletismo una forma de superación personal
Fue un mes de marzo de 2017; una fecha más en el calendario para muchos, pero no para Luis Fernando Robledano. «Ese día me sentí ... extraño cuando saqué de paseo a los perros y me eché a dormir; fue un gran error porque si te lo cogen a tiempo se pueden recuperar cosas». Fue cuando sufrió un ictus (un infarto cerebral) que le dejó con ciertas discapacidades; muchas ni sabía entonces que existían, como hemianopsia (que le ha hecho perder un 50% de su campo visual; si los demás vemos un campo de 180 grados, él ve 90) y hemiparesia (que no puede sentir ni mover la mayor parte de su cuerpo, «tengo como dormido un 50% del cuerpo) además de otras que afectan a la memoria de trabajo. Ninguna se aprecia a simple vista, de hecho parece increíble que pueda mantener una conversación normal con un amplio nivel de vocabulario.
Estas discapacidades le impiden leer y escribir con normalidad. Lo que no le impiden es correr. Ya en ese año 2017, en el Centro Estatal de Atención al Daño Cerebral en el que estuvo ingresado durante ocho meses se dio cuenta de que podía correr. Los médicos no lo veían tan claro al principio, por esa falta de equilibrio, pero Robledano no se dio por vencido. Ya lo hacía antes, cuando sacaba a pasear a sus perros, y como entretenimiento. Empezó incluso a hacer más deporte. Sabía que tenía que reinventarse y hacer frente a las adversidades. Fue duro (más casi habituarse a los entrenamientos), pero no se dio por vencido. Había que salir adelante. Y se lo tomó más en serio. «No quedaba otro remedio», apuntó. Y es que cuenta con un 66%de discapacidad.
Primero fueron unos metros, unos pocos segundos, pero poco a poco, a base de esfuerzo, se fue animando. Tanto que a los dos meses de dejar el centro se apuntó a la Monumental de Segovia. Poco importaba su tiempo su final, lo importante es que era capaz. Participó también en la Media Maratón de Segovia y recuerda con diversión que llegó sudoroso a la línea de meta porque había llegado de Trescasas (las secuelas le impiden conducir), la localidad en la que reside, a la salida, corriendo. «Hice unos 28 kilómetros en lugar de los 21 de la prueba», añade riéndose. «El deporte es una bombona de oxígeno, tanto anímica como físicamente; hace que uno se sienta mejor y anima a seguir superándote. Y uno se siente muy bien cuando se va superando, se ve como más optimismo para seguir adelante», comentó, a la vez que destacó sobre todo el apoyo recibido por familiares y amigos, incluso compañeros que estuvieron con él en Madrid en el Centro de Atención al Daño Cerebral. «Siempre es muy importante». Eso sí, cuando corre va mirando al suelo «porque tengo que ir viendo donde piso para no tener percances;tengo que ir con mucho cuidado. No me libro de esguinces, torceduras...», añade sin perder el buen humor.
Corre todos los circuitos que puede, también el circuito de carreras pedestres de Segovia, y siempre que puede añade algún elemento diferenciador, como correr con lastre o llevar símbolos que tengan que ver con sus discapacidades. El domingo correrá la Monumentrail de Segovia que forma parte del circuito de carreras Patrimonio de la Humanidad. Y lo hará por tres motivos. Uno es personal; le gusta correr, por eso no ha dudado en aceptar la invitación de los organizadores de la prueba. La segunda razón es dar visibilidad «a este daño invisible y por eso animo a todos los que hayan sufrido daño cerebral o a sus familiares. Creo que puede ser una forma de animar a los demás, que si uno se lo propone, se puede conseguir». Y la última razón enlaza con el proyecto en el que se había embarcado Luis Fernando Robledano, denominado TourSnapp, una aplicación, arraigada a su historia personal, que permite descubrir las ciudades de una forma espontánea «y hacerlo en Segovia encaja magníficamente», apuntó. Y qué mejor forma que una carrera como la Monumentrail, que conjuga deporte y turismo.
Estos días se encuentra con molestias en la rodilla derecha. «La tengo un poco jorobada, pero si no me ha parado un ictus no me va a parar esto. Estará en la carrera y haciéndolo lo mejor que pueda».
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