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Contador posa con sus equipos de la Fundación Contador.
Contador, proyecto 2016 y/o 2017
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Contador, proyecto 2016 y/o 2017

El ciclista aspira al Tour y los Juegos Olímpicos antes de intentar la creación de un equipo profesional propio en el que retirarse

Javier Bragado

Lunes, 15 de febrero 2016, 14:59

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Alberto Contador no se decide. Las cartas con las que cuenta en su mano apuntan buenas opciones pero ninguna es definitiva. Por un lado, el pinteño se mantiene como uno de los ciclistas mejores pagados del pelotón en el Tinkoff y ha podido preparar con cierta libertad su programación para su despedida en 2016. Pero en el otro lado observa como crece su proyecto para jóvenes vertebrado en la Fundación Alberto Contador y sueña con poner la guinda con un conjunto profesional liderado por él mismo. Ambas son compatibles pero la variable que las complica es una posible retirada. «Como dije hace un año hay varias opciones para no retirarme: sacar equipo profesional y que haya un percance en el Tour. En Francia no sé lo que va a suceder pero la otra opción está más cercana», sirvió el pinteño con sus características dudas dos días antes de estrenar su posible última temporada en le Vuelta al Algarve.

El presente se viste de amarillo a las órdenes de un multimillonario ruso en el Tinkoff. «No hay revancha porque lo de las revanchas es año tras año. El año pasado hice un calendario realmente ambicioso con Giro de Italia y Tour de Francia y durante el Tour pagué un poco los esfuerzos del Giro. Estoy muy contento por el resultado, pero este año me preparé a conciencia para el Tour y seguro que llegaré en mejores condiciones», reconoció con su habitual optimismo sobre las citas que le esperan en 2016. Para la 'grande boucle' ya ha señalado un adversario en su camino más difícil de controlar que el favorito Christopher Froome. «El Sky realmente impresiona. Sinceramente no hay ninguno al mismo nivel. Tiene un presupuesto elevadísmo, aparte del gran trabajo que hacen. El otro día me ponía pensar y pueden hacer dos equipos para el Tour de Francia de máximas garantías. Es el equipo que tiene más potencial y el rival es el equipo entero», analizó sobre la meta de las tres semanas.

Pero no sólo piensa en amarillo por el uniforme de su escuadra sino porque un objetivo que sumar al maillot del Tour de Francia y es el dorado metal de los ganadores olímpicos. «En Río estoy emocionado con poder participar y representar a mi país. Es un recorrido que al contrario que en las últimas Olimpiadas y Mundiales se adapta bastante bien no sólo en línea, sino también en al contrarreloj, que es dura. Creo que puedo hacer un gran papel, la preparación está encaminada y puedo llegar en buenas condiciones», adelantó el madrileño. Sin embargo, en el horizonte choca su idea con la de una combinación española con más escaladores aspirantes al dorado como Alejandro Valverde y Joaquín 'Purito' Rodríguez. «Hay gente que piensa que es un problema, pero nada. Una Olimpiada es una carrera loca en la cual es complicado controlar porque los equipos que más plazas tienen son cinco y en una carrera como en los Juegos es difícil controlarla. Mientras más bazas haya es mucho mejor. Va a ser una etapa parecida a una del Tour con puertos de ocho kilómetros justo después de la ronda francesa y eso hace que varios corredores tengamos opciones y eso es bueno para el deporte español», sostiene sobre una escuadra con varias guerras internas recientes. Sólo hay un situación en que reconocería una opción indiscutible: «En caso de llegar un grupito pequeño el que más opciones tiene es Alejandro por su punta de velocidad y cómo se desenvuelve».

En cambio, del Mundial de ciclismo en ruta que se celebrará en Catar se descuelga del grupo de favoritos. «No, no es un objetivo. Creo que en el ciclismo se debería instaurar que cada año se alternara: un Mundial para esprinters uno y otro duro para que la gente tenga opciones otro. Si no, van a hacer que sea una carrera que quizás no esté valorada igual que tiene que estarlo», teoriza. Por tanto, el potencial fin de la carrera del ciclista se agenda para el verano. «Quiero que la gente recuerde a Alberto Contador al máximo nivel. Una vez que no pueda optar al Tour de Francia habrá que dejar la bicicleta a un lado. Me encuentro físicamente muy bien, a nivel mental disfruto de lo que hago y con el físico podría seguir un par años al máximo nivel con garantías para el Tour, no con un pequeño porcentaje. No son muchos años, quizás dos o tres. Ya veremos lo que apuramos año tras año», desprende como un juguete para los pronósticos quien ya apuntó posibles finales de carrera en años anteriores.

Por otra parte, en la frontera de su marcha ha surgido la Fundación Alberto Contador con un puñado de ciclistas sub-21 y juveniles. A veces entrena con los muchachos y eso ha propiciado pensamientos sobre un posible sueño moldeado con su mano y con él mismo tirando del grupo. «Al final el objetivo es seguir creciendo y el siguiente paso es sacar un equipo profesional. Estamos trabajando duro para ello y las cosas están difíciles sobre todo porque si sacamos un equipo profesional queremos que sea al máximo nivel, optando para estar en el Tour de Francia», lanza a la caza de apoyos en la complicada tarea de lograr una escuadra y una licencia necesaria. Suena a lejano, pero desvela un último acertijo: «Estamos pensando en 2017». Pero es otra carta en su mano.

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