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Pedaladas extremas y solidarias

Pedaladas extremas y solidarias

Miguel Mongil y Sergio Monge consiguieron finalizar la Titan Desert, una carrera en la que participaron para recaudar fondos para Nacho y Lucia, dos niños con enfermedades raras

Irene Ruiz

Valladolid

Viernes, 18 de mayo 2018, 10:09

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Miguel Mongil y Sergio Monge encontraron en la Titan Desert 2018 parte de su casa, de «su Valladolid» en el desierto marroquí. Sergio no olvidará la meta de la sexta etapa, la última, cuando Miguel acompañado de su mujer le esperaron en la línea de llegada para celebrar juntos la consecución de sus retos solidarios. Corrieron, en sus respectivos equipos, por Lucía y por Nacho, para conseguir financiación para mejorar la calidad de vida de estos niños con enfermedades raras.

Las sensaciones tras la carrera en el equipo de Asdent y del Proyecto Solidario son cuestión de gustos. Miguel Mongil, de este último combinado, viajó a Marruecos con los nervios impregnados en el maillot sabiendo que sería una Titan de récord con etapas de aventura reconducidas hacia lo extremo. Finalmente fue «una prueba más», pero matizada: en «un entorno complicado desde la primera etapa». Para el equipo de Mongil lo más duro fue la primera parte de la prueba, «muy montañosa, con puertos especiales con los puntos de control en la cima». Y cuando se zafaron de los nervios llegaron las etapas maratón donde además de la bicicleta de montaña «vas cargado con un saco de dormir, alimentación… ». «¡Y una colchoneta!» añade Sergio Monge, a quien Miguel le responde que a pesar de verse muchas recomendaciones en youtube optó por no llevarla.

Ana Colina

Puntos de control escondidos

Las dunas y la arena fueron lo más duro para Sergio Monge, quien ayudó a la madre de Nacho, Eva Giménez, que tiene un 49% de discapacidad por la esclerósis múltiple que padece, a conseguir llegar a meta. «En el desnivel nosotros podíamos apoyar a Eva pero en las dunas y la arena es más difícil y nos costó más». Aunque ambos coinciden en que el desgaste de las etapas es acumulativo, «además, el hecho de dormir poco y el riesgo de coger diarreas hace que se compliquen aún más las cosas», argumenta Miguel. Y más si le sumamos las tormentas de arena, como la que sufrieron en la última etapa, donde «la arena o la propia lona de la jaima se nos caía en la cara y apenas dormimos».

Pero si algo caracterizó a esta decimotercera edición fueron los puntos de control situados en la duna más alta o escondidos para evitar que los corredores se orientaran con las marcas de los todoterreno de la organización. «Había que hacer un esfuerzo extra para poder llenar la mochila de hidratación», señala Miguel. La experiencia de las Titan Desert del 2013 y 2014 le decían a Sergio que esta edición mantuvo la dureza pero le añadió esfuerzo al no situar los puntos de control en los lugares de paso naturales de la carrera. Monge recuerda también que la suerte es un factor a tener muy en cuenta además de los entrenamientos y la adaptación al medio. «Recuerdo como a falta de 40 kilómetros para terminar la carrera un corredor se cayó y se rompió el psoas, la unión muscular entre el tronco y las piernas. Es cruel desgarrarte un músculo cuando casi lo tienes hecho», reflexiona.

Aunque aún no tienen datos económicos ambos señalan que este tipo de carreras sí ayudan a recaudar fondos. Y más teniendo en cuenta que aunque los cien primeros son profesionales de estas carreras, muchos de los demás estaban allí por un objetivo solidario. Ambos recuerdan el grupo de Cris contra el cáncer o a Álex Roca, el primer atleta con parálisis cerebral en disputar una Titan, que finalmente no pudo terminarla. Deysa patrocina a Miguel Mongil, -del proyecto solidario de Lucía, una niña con una encefalopatía epiléptica-, quien recuerda que el objetivo de su equipo es recaudar 7.000 euros para conseguir una silla que evite problemas de espalda, y para ello realizaran una fiesta de clausura en Madrid donde explicaran su proyecto e intentarán llegar a esa cantidad. Sergio Monge, de Asdent, destaca que una parte del patrocinio de Stermotor se ha ido a sufragar los gastos de la carrera y que todo lo recaudado, más lo que Asdent pueda conseguir, irá íntegramente al hospital Vall d´Hebrón para seguir investigando la enfermedad de Dent.

Miguel Mongil, a la izquierda, con el equipo
Miguel Mongil, a la izquierda, con el equipo Gonzalo de Benito
Sergio Monge
Sergio Monge Stermotor

Miguel Mongil y Sergio Monge volvieron a casa con el objetivo conseguido, lograron terminar una de las carreras más duras del mundo. Pero aunque ahora el cuerpo les pide descansar por su cabeza ya circulan nuevas ideas. Sergio, de momento, no se plantea repetir pero sí está a disposición «de lo que me diga Eva», por su cabeza circula la idea de plantearles ir a Mongolia, un formato de carrera que se adaptaría a las condiciones de Eva. Por el radar de Miguel Mongil ya circulan otras ideas como participar en otras carreras para Lucía o abrir el proyecto a otros colectivos, como el autismo u otras asociaciones. Miguel señala que aunque su equipo no descarta invertir en retos más generalistas, lo harían sin perder el foco en «lo cristalino»: ayudar a otras personas.

En la misma situación se encontraron a Valentí Sanjuan, un youtuber deportista que realiza carreras de este tipo y siempre intenta aportar luz a proyectos solidarios. Los equipos de Miguel y Sergio coincidieron en Marruecos con éste y otros 'influencers', y confían en que se mencionen sus respectivos proyectos en el documental que la productora de Sanjuan realizará de esta carrera. «Estos formatos nos ayuda porque aporta repercusión si finalmente Valentí menciona algo», explica Miguel. Ambos aparecieron en algunos de los resúmenes de etapa que Valentí Sanjuan fue subiendo a su canal de Youtube. «Sabemos que Milton Ramos, nuestro coordinador y además ciclista profesional de mountain bike, aparece en uno de los vídeos mencionándonos», añade Mongil. Sergio figura en otro vídeo mientras apoya a Eva en plena etapa, «me hizo mucha ilusión verlo», comenta.

Los vallisoletanos solidarios encontraron en Marruecos parte de «su Valladolid» cuando se abrazaron en la línea de meta, pero recuerdan que aunque las carreras tengan un punto y final la lucha por mejorar la vida de Nacho y Lucía no termina aquí. La esclerósis múltiple, la enfermedad de Dent, las encefalopatías y el resto de enfermedades raras no tienen ediciones deportivas anuales, sino que han comenzado con una meta aún por definir. Al igual que Asdent y Proyecto Solidario en la Titan Desert 2018, la lucha por las enfermedades raras no reside en la posición final, sino en llegar a meta.

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