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Alejandro Valverde, con su medalla de oro en la sede del CSD. Foto: EFE | Vídeo: Atlas
Ciclismo

Valverde, hasta los 40

«Antes de retirarme me queda un sueño más, que son los Juegos de Tokio», desvela el flamante campeón del mundo

Amador Gómez

Madrid

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Lunes, 1 de octubre 2018, 13:57

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Después de haber cumplido «casi todos» sus objetivos, Alejandro Valverde no se retirará sin intentar hacer realidad «un sueño más», que es participar en los que serían los quintos Juegos Olímpicos de su carrera. Entonces tendrá ya 40 años, pero el flamante campeón mundial desveló este lunes que no piensa abandonar el ciclismo profesional hasta dentro de dos, tras competir en Tokio 2020. «Tengo un año más de contrato (con Movistar), pero alargaré uno más, hasta los Juegos, y entonces será el momento de dejarlo», anunció el corredor murciano a su llegada al aeropuerto de Barajas, el día después de conquistar su primera medalla de oro mundialista tras haber ganado anteriormente seis más: dos platas y cuatro bronces.

«La medalla que más ilusión me hacía era la plata de 2003 (en Hamilton, Canadá, en el que fue su primer Mundial) detrás de Igor Astarloa, que fue algo increíble, pero esto lo supera», reconoció Valverde en alusión al metal dorado conquistado el domingo en Innsbruck (Austria), donde con 38 años y cinco meses se convirtió en el segundo ciclista más veterano de la historia en adjudicarse el título mundial, tras Joop Zoetemelk en 1985. «He superado caso todos los retos que tenía previstos y lo que vaya a conseguir a partir de ahora o lo que he conseguido hace tiempo será un regalo para mí. De momento esto es un regalazo que va a durar un año entero», destacó Valverde, que estrenará el maillot arcoíris el próximo día 13 en el Giro de Lombardía.

«Con esta medalla de oro ya me puedo retirar tranquilo», insistió el ciclista que el domingo logró su victoria número 122 para ampliar un magnífico palmarés, 14 meses después de su grave lesión en la contrarreloj inaugural del Tour de Francia de 2017, cuando sufrió una fractura en la rótula de la pierna izquierda y otra en el astrágalo, además de un profundo corte en la tibia que puso incluso en duda su continuidad en el ciclismo. «Pensé que ahí se acababa mi carrera deportiva, pero supimos reponernos de este mal trago y ha salido una temporada buenísima», subrayó después de su decimocuarto triunfo del curso, «el más especial» de su trayectoria, «que ha tardado mucho, pero ha llegado en el momento justo». «Lo saboreo mejor ahora que si hubiese llegado con 25 años. Tiene un sabor especial después de mi lesión. Ha venido en el momento exacto», reiteró quien quiso agradecer el trabajo de todos los integrantes de la selección española que compitió el domingo en el Mundial en ruta. «Esto es una fiesta en torno a mí, pero es en torno a la selección. Ellos me han convertido en campeón del mundo. Desde el kilómetro 0 cualquiera es partícipe de esta victoria», subrayó el ciclista del Movistar en alusión al resto de corredores del equipo dirigido por Javier Mínguez.

Pese a la gesta lograda a su edad, después de convertirse en el cuarto campeón del mundo en carretera del ciclismo español -junto a Abraham Olano, Óscar Freire, en tres ocasiones, y el citado Astarloa-, Alejandro Valverde rechaza, lógicamente, ser considerado el mejor corredor nacional de la historia. «Ahí están Miguel (Induráin), Perico (Delgado), Purito (Rodríguez), Alberto (Contador)... Yo tengo un palmarés muy bueno, pero no he ganado ningún Tour», recordó quien logró su mejor puesto en la ronda gala (tercero) en 2015. Fue un lustro después de haber sido sancionado con dos años de suspensión por una bolsa de plasma con restos de EPO que una prueba de ADN evidenció que le pertenecía y fue intervenida durante la 'operación Puerto', aunque el murciano nunca ha dado positivo en un control antidopaje.

También quiso destacar Valverde la concentración del equipo nacional previo al Mundial en Sierra Nevada, «que dio una confianza y una unidad impresionantes». «Todos hemos sido culpables de que todo haya salido bien. El domingo todo el mundo funcionó de 10. También en otros Mundiales, aunque al final, por una cosa o por otra, por un error mío o de mis compañeros, no se corrió de la manera que se corrió en Innsbruck», se congratuló Valverde, que ya veía «casi imposible» subir a lo más alto del podio en un Mundial. «Ser campeón del mundo es algo increíble. Por eso esa emoción, esos chillidos y esa rabia cuando crucé la meta», apuntó el ciclista de Movistar en la sede de Telefónica, donde no ocultó «el cariño» que le tienen todos sus rivales. «Vi un sentimiento muy generalizado de que querían que ganara yo. Creen que el ciclismo me lo debía y al final se ha podido conseguir», comentó quien a lo largo de una jornada sobrecargada de actos también estaba deseando regresar a Murcia para reencontrarse con los suyos. «Yo no he cambiado nada, y creo que es parte de mi éxito», proclamó con orgullo.

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