Ignacio Cuesta posa en la pista que lleva el nombre de Manuel Zaloña en la Hípica de Valladolid. Montse Álvarez

El hombre que puso el pádel en el mapa de Castilla y León

Uno de los nuestros ·

Los orígenes de este deporte en la comunidad se vinculan a la Real Sociedad Hípica allá hacia 1993 cuando Manolo Zaloña decidió construir en ese emplazamiento las primeras pistas. También en ese mismo lugar brotaron las raíces de la Federación Regional

Santiago Hidalgo

Valladolid

Domingo, 10 de enero 2021, 07:55

Si alguien le hubiera dicho a Enrique Corcuera que ese deporte al que jugaba en su casa de Acapulco (México) iba a ser practicado por ... varios millones de personas solo algunos años después, le hubiera tomado por loco. Sin embargo, hay ideas que funcionan, aunque nazcan de la necesidad, de la ocasión o del destino. El mejicano Corcuera trató de adaptar una pista a un espacio que tenía de aproximadamente 20x10, no se sabe bien si adyacente a un muro de un garaje, o simplemente las paredes eran para que no se le fueran las pelotas o no entrara la vegetación. Y quiso jugar a algo parecido al tenis, que en su momento, 1969, denominó Paddle-Tenis o Paddle-Corcuera.

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El empresario y noble y príncipe, mitad alemán mitad español, Alfonso de Hohenlohe, invitado por el propio Corcuera, conoció en 1974 este deporte «más sencillo y menos exigente que el tenis» y con las mismas se lo trajo a España, montando las dos primeras pistas en Marbella. Allí precisamente, el tenista Manolo Santana sirvió de mecha para que esta especialidad explosionara en principio en la Costa del Sol.

Luego está la versión de Julio Alegría que como vasco arrima el ascua a su sardina al señalar el origen incierto del pádel (él habla de los marineros ingleses que jugaban a algo parecido a ese deporte en los barcos, con las redes de los pescados), pero lo que sí es meridiano, indica, es «su renacimiento». Claro, en Getxo y en Bilbao. ¡Dónde si no! Alegría, que organizó muchas de las primeras pruebas del Padel Pro Tour (antecedente del WPT) y otorgaba a los campeones una gran txapela, sí puede presumir de que el 17 de enero 1992 fundó la Federación Internacional de Pádel y estableció un reglamento a nivel internacional, muchos años antes incluso, es verdad, de que se creara la Federación Española de Pádel. Finalmente está, como efecto boomerang, que un jugador de polo, Julio Menditeguy, acercó el pádel hasta Argentina. El resto ya se sabe…

Pero vayamos a lo nuestro. ¿Cuándo y cómo aterriza este deporte en Castilla y León? Pues tuvo un nombre, un apellido y un lugar. Manolo Zaloña y la Real Sociedad Hípica de Valladolid.

La Sociedad Hípica, cuya fundación data del 5 de agosto de 1904 y en 1919 obtuvo el título de Real, siempre una especial dedicación hacia el deporte del caballo. Sin embargo, desde 1943 y tras la fusión de la Sociedad Tenis del Arco, dio bastante predicamento también a la raqueta.

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Los representantes de los clubes firman ante notario la constitución de la Federación de Castilla y León de Pádel

El desaparecido Manolo Zaloña Delgado era vocal de deportes de la Hípica desde 1990 hasta 1998 en una directiva en la que aparecía Luis Fernández Cuesta de presidente. Fue en ese momento cuando la Hípica pasó de su antigua ubicación al lado del viejo estadio Zorrilla a la Cañada Real. Cuenta Ignacio Cuesta, que igualmente fue vocal de deportes en la misma institución desde 2005 hasta finales de 2020, que Manolo «vio quizás el pádel en Madrid y, como aquí en la Hípica había espacio suficiente, decidió poner cuatro pistas de muro para intentar que aquí se jugase también». Era 1993 y Zaloña tuvo el buen acierto y la intuición de construir las primeras cuatro pistas de pádel en Castilla y León. Luego llegarían otras: El Montico, Hotel Lasa…, pero en la Hípica fueron las primeras gracias a este impulsor de mente preclara. Curioso porque, según dice Cuesta «tenían un sistema para echar agua que a menudo enfangaba las mismas». Pese a que Ignacio no estaba en Valladolid en el momento en que se construyeron, sí que le hicieron llegar que, para la inauguración, «vinieron los principales jugadores españoles de ese momento».

En esas fechas de 1993, los que más practicaban el pádel eran los monitores de tenis como Tomé, Rubén Alonso, Eduardo Maseda… Poco a poco el público comenzó a engancharse a su rebufo y al tratarse de un deporte tan social como sencillo de jugar mínimamente. El deporte del pádel comenzó su crecimiento inexorable. La propia RS Hípica contribuyó a ello con más de 400 niños en sus escuelas de pádel a las órdenes de Rubén Monzón, pasando de cuatro pistas a las once actuales, una de las cuales, la central, aparece ahora dedicada al propio Manolo Zaloña. En el fondo, muchos socios comenzaron a jugar a este deporte. Pero no fue este el único hito de la RS Hípica. En el año 2008 se empieza a barruntar la creación de la Federación regional de pádel. Los componentes de más de 25 clubes, los que había en la comunidad, se reúnen varias veces con esa intención hasta que el 16 de mayo se constituye como tal ante el notario Julián Manteca; en 2009 se inscribe en el registro de federaciones de la Junta de Castilla y León y el 20 de mayo de 2010 se designa su primera junta directiva presidida por Juan Hernández, siendo vicepresidente Ignacio Cuesta. El peso de la RS Hípica en esta federación se dejó notar desde el principio de todas las gestiones previas, incluida la creación de un circuito regional, hasta que se produjo el feliz alumbramiento.

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Además, la RS Hípica seguía siendo el lugar de celebración de campeonatos regionales y nacionales de todas las categorías y gracias a este empuje fue condecorada con el premio Nacional de pádel por la FEP en 2009. Más recientemente, su equipo femenino ha sido tres veces campeón de España de segunda categoría, militando varios años en la máxima división, pugnando con muchas de las mejores jugadoras del World Pádel Tour y las 8 mejores escuadras.

El pádel sigue viviendo su propia eclosión, pero en el origen en Castilla y León estuvo la Real Sociedad Hípica y el visionario (q.e.p.d) Manolo Zaloña. Ahí queda.

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