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Dourte intenta superar a la defensa conquense. Rodrigo Jiménez
Balonmano

El Recoletas tira la primera mitad y encaja la cuarta derrota consecutiva

Los de Óscar Ollero intentaron remontar tras el descanso pero la ansiedad y la precipitación se lo impidieron

Jueves, 14 de noviembre 2019, 00:23

El Recoletas Atlético volvió a ejercer de equipo desorientado, sin ideas y sin garra a lo largo de los treinta primeros minutos y ello le supuso la condena pese a que en la reanudación reaccionó y llegó a enjugar los cinco goles de desventaja con los que llegó al descanso, pero después fue incapaz de aprovechar esa remontada y regresó a la precipitación y la falta de dirección en los momentos claves.

Recoletas Atlético

(13+12), César (10 paradas), Nico, Turrado, Dani (2), Adrián (2), Manu García (3), Víctor Rodríguez (4) –siete inicial–, Dourte (6), Diego (5 de penalti), Miguel Martínez (2), Patrianova, Miguel Camino (1), Roberto , Álvaro Martínez.

25

-

28

Liberbank Cuenca

(18+10), Maciel (18 paradas), Vainstein, Natán Suárez (3,1 de penalti), Moscariello (3), Fekete (1), Marrochi (5), Sergio López (3) –siete inicial–, Ponciano (1), Doldan (5), Eskericic (2), Hugo López (5,1 de penalti), Lindblad.

  • Parciales cadad cinco minutos: 4-4, 6-7, 7-10, 9-12, 13-14, 13-18; 16-20, 20-22, 22-23, 22-25, 23-26, 25-28.

  • Árbitros: Sergio Rodríguez y Andrés Rosendo. Excluyeron a Nico (min.21), Dourte (min.51), Adrián (min.51) y Diego (min.56), y a Moscariello (min.5, 23 y 59 -descalificado-), Lindblad (min.29), Natán Suárez (min.38), Fekete (min.46), Marrochi (min.55), del Liberbank Cuenca.

  • Incidencias: 1.758 espectadores en Hueta del Rey.

Y es que sobre el parqué de Huerta del Rey fue el Recoletas el que hizo todo. Lo bueno y lo malo. Sin duda el Cuenca se encuentra en un buen momento y tiene jugadores determinantes como el guardameta Maciel que con sus 18 paradas amargó la noche a los pucelano, pero los manchegos se limitaron a aprovechar la auténtica pájara del Recoletas en la primera mitad, conseguir una sustancial renta y poner un poco más de cabeza a la hora de encarar los minutos decisivos. Porque fue el conjunto vallisoletano el que le puso en bandeja el partido con una salida en la primera mitad para olvidar. La defensa fue un auténtico coladero hasta el punto de que Ollero se vio obligado a pedir su primer tiempo muerto a los doce minutos (6-9) por que el equipo hacía aguas por todos los lados. Pero los cambios tampoco ofrecieron nada mejor, en especial porque Patrianova, afectado de un proceso gripal, fue una rémora los minutos que estuvo en cancha y que por supuesto el Cuenca no dejó pasar la ocasión sin distanciarse en el electrónico. Hubo un atisbo de reacción local aprovechando la exclusión de Moscariello, con un 2-0 de parcial y varios balones al pivote Dourte que apretaron el marcador (12-14) a falta de cinco minutos para el descanso. Pero justo cuando parecía que el equipo podría recomponerse, que enfilaba el buen camino, el partido se convirtió en un auténtico correcalles, en unas idas y venidas sin sentido, con pases pérdidos, malas entregas, peores decisiones y evidentemente con un Cuenca con mucho más oficio, sobre todo a través de su central Natan Suárez, su lateral Marrochi que lanzaba siempre con comodidad, y los pases a sus pivotes, que puso poner tierra de por medio.

Y es que a pesar de la mala primera parte que había ofrecido el Recoletas, quedaba el consuelo de que los pésimos treinta minutos se iban a quedar en una nimia desventaja, pero los errores se sucedieron hasta el 13-18 que ponía muy cuesta arriba luchar por la victoria.

El primer ataque local de la segunda mitad, en superioridad, se convirtió en un mal pase y la consiguiente pérdida. Era una premonición. Con todo, la defensa del Recoletas mejoró ostensiblemente, ya no se quedaba pegada a la línea de seis metros y con ello evitaba los lanzamientos desde el perímetro. Además, la agresividad en defensa tenía su continuidad en un ataque donde el francés Dourte sacaba rendimiento a sus 206 centímetros. El Cuenca, consciente de su ventaja, seguía ofreciendo su juego lento, cociendo cada jugada al límite del pasivo porque el tiempo jugaba a su favor, pero el Recoletas, poco a poco le iba comiendo el terreno.

El técnico manchego paró el partido (19-21) para cortar la racha de los locales, pero en esos momentos el Recoletas estaba lanzado, eufórico por la remontada sobre todo cuando Dani anotaba el 22-22 que empataba el choque.

Era el momento de apelar a la inteligencia para no dejar escapar la oportunidad. El partido había vuelto a empezar y no se podía volver a cometer los errores anteriores. Hasta ese momento el corazón y las ansias de remontar, afortunadamente , habían sido suficientes para conseguir igualar el partido, pero llegaba el momento de plantearse la opción de ganarlo. Y ahí el Recoletas no encontró a nadie capaz de reconducir la situación. Errores en los lanzamientos y malas elecciones en los ataques propiciaron una nueva ventaja manchega (22-24, min. 46). Aún había tiempo de rectificar, de volver al buen camino con una nueva superioridad, pero la ansiedad le pasó factura al conjunto de Ollero. Faltó orden e ideas claras para atacar la defensa de cinco hombre del Cuenca y se desperdió la ocasión. Una doble exclusión local parecía finiquitar el encuentro, pero tampoco el Cuenca lo aprovechó y dio al Recoletas una nueva opción (25-26) en los últimos cinco minutos, pero entre el portero Maciel y la precipitación de los locales la balanza cayó del lado de los manchegos.

Con esta cuarta derrota consecutiva, el decimotercer puesto de los vallisoletanos no ayudará precisamente a recuperar la confianza y el buen juego.

Ollero protesta una decisión arbitral. Rodrigo Jiménez

Ollero: «Me voy con la sensación de que hemos regalado treinta minutos»

Óscar Ollero, técnico del Recoletas Atlético Valladolid, señaló en sala de prensa que su equipo había regalado la primera mitad. «Hay que felicitar a Cuenca, que ha sabido aprovechar que no queríamos ganar el encuentro. La sensación con la que me voy es que no hemos querido ganar el partido», indicó.

No encontró explicaciones para la pésima primera parte de los suyos. «No lo entiendo. Estamos trabajando durante toda la semana unas determinadas cosas y llega un equipo que nos mete 18 goles en la primera mitad. No lo comprendo. Cuando hemos empezado a defender un poco bien, encima con una defensa abierta, solo nos hacen diez goles en la segunda parte. Me voy con la sensación de que hemos regalado treinta minutos. Es lo que hay. Debemos seguir trabajando e intentar salir de la dinámica en la que estamos metidos ahora mismo», comentó.

Sobre el buen partido de Robin Dourte, Ollero comentó que se había trabajado bien en su posición , «pero luego no hemos sabido materializar muchas veces en los lanzamientos, ya que tiramos desde los extremos y el día que no tenemos efectividad lo pagamos. Creo que nos han hecho 16 ó 17 paradas o errores del lanzamiento. Hacemos muchas menos pérdidas, que era nuestro talón de Aquiles, pero erramos lanzamientos».

Lamentó la falta de tiro exterior de su equipo, limitado por la gripe con la que jugó Patrianova y la ausencia por lesión de Rubén Río. «Pero no sirve como excusa. Si hubiéramos jugado como debíamos y nos hubiésemos regalado esos treinta minutos, el partido podía haber sido nuestro», explicó.

«Durante toda la semana estamos trabajando muy bien», prosiguió. «Yo lo achacó lo que ha pasado a la juventud. En momentos determinados de partido, por hache o por be, los lanzamientos no entran. Parece que tenemos el codo pegado al cuerpo y no logramos lanzar, y con un portero como Maciel eso se complica más. Si metemos uno o dos lanzamientos que hemos tenido de los extremos, creo que estábamos en partido. Luego está lo de los rechaces, que parece que siempre son para el contrario».

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